Lo que nos traerá políticamente el 2022
España entra de lleno en la batalla electoral con Castilla y León y Andalucía.
No hay paz electoral en España. Este 2022 viene políticamente marcado por la celebración de comicios en Castilla y León y Andalucía, que servirán para activar la gran maquinaria de las urnas en el país, con la vista puesta ya en las autonómicas, municipales y generales del año que viene.
El 13 de febrero se abrirán las urnas en Castilla y León, en un adelanto orquestado por Alfonso Fernández Mañueco (PP), destrozando la relación con Ciudadanos. El PP ha apretado el botón sabiendo que las encuestas son favorables en ese territorio y queriendo frenar, además, el avance de la España vaciada. Asimismo, Génova 13 espera sacar rédito de la posible victoria para agarrarse a un supuesto cambio de ciclo político y vender el tirón de las siglas frente al fenómeno Isabel Díaz Ayuso.
Y, después, llegarán las elecciones en Andalucía. Oficialmente tendrían que ser a finales de año, pero Juanma Moreno ya ha puesto sobre la mesa un adelanto (a la espera de fijar la fecha). Las encuestas también soplan a favor de los populares en Andalucía y Pablo Casado se frota las manos pensando en encadenar dos victorias. El PSOE de Juan Espadas no consigue levantar vuelo demoscópicamente y tiene como principal objetivo recuperar al medio millón de votantes socialistas que se quedaron en sus casas en la anterior cita de 2018.
Sobre el horizonte de este 2022 se vislumbra el estoque final a Ciudadanos, que, según las encuestas, tendrá peores resultados en las dos comunidades y previsiblemente saldrá de estos dos gobiernos (los únicos en los que seguía teniendo presencia). Parece un epílogo de los naranjas, que pagan ahora una política de pactos fallida de Albert Rivera y la pérdida del valor de su marca frente al PP y Vox.
Y esto tendrá una consecuencia muy directa si se cumplen las encuestas: el mapa de las derecha dejará de ser a tres para pasar a un bloque con sitio sólo para el PP y Vox. Por lo tanto, la ultraderecha emergerá como el único socio posible de los de Pablo Casado. Lo hará además poniendo condiciones cada vez más duras y con la vista puesta en empezar a formar parte de los gobiernos. Esto podría materializarse en un paso no dado hasta ahora (los apoyos son externos en otras instituciones) y será una anomalía en las democracias europeas similares a la española, donde se impone la regla del cordón sanitario frente a la extrema derecha.
En el PSOE piensan poner toda la carne en el asador en estas dos citas electorales y Ferraz se volcará primero con Luis Tudanca, en Castilla y León. Quieren frenar esa sensación de cambio de ciclo que pretende imponer el Partido Popular. Además, creen que este año será el de la caída de careta del PP mediante pactos con los de Santiago Abascal. Esto, piensan muchos socialistas, puede hacer despertar al electorado socialista, ante la amenaza de Vox. Y analizan en los cuarteles del PSOE que luego vendrán unas municipales y autonómicas en mayo de 2023 donde tienen más fuerza en otros territorios.
Será un año clave de cara a las generales de 2023, con la mayoría de encuestas frenando el ascenso del PP y recuperándose el PSOE, con un Vox que todavía no toca techo en la tercera posición. En La Moncloa quieren que se palpe la recuperación a pie de calle, con buenos datos, por ejemplo, en el empleo, pero con lastres como la factura de la luz y la subida asfixiante del IPC (el más alto desde 1992).
Este año será también clave a la izquierda del PSOE, ya que la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, arranca su “proceso de escucha” de la sociedad para lanzar su plataforma de cara a las generales. Por el momento poco se sabe de cómo se articulará, pero existe un hecho: ella es la líder mejor valorada por los españoles, según el CIS, y la segunda opción favorita para ser presidenta por detrás de Pedro Sánchez, superando a Pablo Casado y Santiago Abascal. Ella es la figura de moda, junto a la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso.
El otro gran fenómeno a seguir es el surgimiento de la España Vaciada, que se presentará sólo en la mitad de circunscripciones en Castilla y León, pero que se mueve ya para presentarse de norte a sur y de este a oeste en las generales. Y el pastel es muy grande: las 23 provincias que han perdido peso demográfico colocan 92 de los 350 diputados en el Congreso (algo más del 26%).
La política volverá a estar marcada por el estado de la pandemia, con un arranque de año batiendo todos los récords por la rapidez con la que se está expandiendo la variante ómicron por toda España. Por el momento las medidas son laxas y no se prevé ninguna contundente, como un confinamiento o cierres perimetrales por parte de las autonomías. Además, el Gobierno no tiene un cómodo paraguas legal después de las sentencias del Constitucional sobre los dos estados de alarma.
Este 2022 será también el año en el que se tendrá que decidir finalmente la gran batalla interna dentro del PP: el congreso en Madrid. Isabel Díaz Ayuso sigue enfrentada a Génova 13 y no tiene el apoyo para coger el partido, ante una dirección nacional que ve con buenos ojos una tercera vía o lanzar a José Luis Martínez-Almeida. Teóricamente se debe celebrar en el segundo trimestre del año, pero Casado ha frenado los procesos internos hasta que pasen las elecciones en Castilla y León, por lo que el cónclave en Madrid puede retrasarse todavía más.
Lo que está descartado es que Pedro Sánchez diera un susto y adelantara las elecciones generales. El presidente acaba de sacar los presupuestos en el Congreso en los últimos días de diciembre y se ha asegurado un suelo de cuentas hasta finales de legislatura. Él mismo ha rechazado llamar antes a las urnas y espera que estos meses sirvan para recuperar brío en las encuestas en un clima cada vez más crispado y polarizado. Una de sus principales misiones será lograr los apoyos de sus socios para ratificar en las Cortes la recién aprobada reforma laboral, acordada junto a sindicatos y patronal.
Otro de los puntos a los que siempre hay que estar atentos es a Cataluña, donde la política ha bajado algunos decibelios. No obstante, en este comienzo de año se debe celebrar otra reunión de la Mesa de Diálogo y, desde la Generalitat, Pere Aragonés ha reivindicado que deben empezar a verse ya algunos resultados.
Hay otro lugar fuera de nuestras fronteras del que se hablará mucho internamente: Abu Dabi. En la esfera política se da por hecho que Juan Carlos I regresará a España este año, previsiblemente si se cierran las investigaciones que tiene abiertas la Fiscalía. El archivo del caso en Suiza predice que en España pasará lo mismo (aunque quedaría abierta la causa interpuesta por Corinna Larsen ante los tribunales británicos). El Gobierno deja ese movimiento en manos de la casa real, que, como siempre, guarda silencio.
Queda mucho políticamente. Y siempre vendrán algunas (y grandes) sorpresas.