La historia se repite en las horas más críticas de la planta de Azot: asedio, ultimátum y más guerra
Ucrania rechaza la amenaza de Moscú entre reproches por el fracaso del corredor humanitario en un enclave básico en la conquista del Donbás. El guion se parece mucho a Azovstal.
Diario de guerra, día 112. Mismo relato, distinto escenario. Más de 300 kilómetros y más de un mes de guerra separan a Azovstal de Azot, pero sus nombres representan lo mismo, un símbolo de la resistencia ucraniana a la que se enfrenta Rusia. Si en mayo el objetivo fue la acería de Azovstal en Mariúpol, ahora el foco está en la planta química de Azot, que sirve de bastión en la ciudad de Severodonetsk.
Las tropas de Putin han lanzado un ultimátum fallido contra la planta de Azot que caducaba este miércoles. Moscú había exigido a los soldados ucranianos en el interior de la industria detener la “resistencia sin sentido y que depusieran las armas”. Pero Ucrania ha rechazado las amenazas del enemigo, siguiendo el guion ya desarrollado hace mes y medio en los primeros embates en Azovstal, antes de que acabara cayendo en manos rusas.
Por el momento, las cifras no están claras, pero distintas fuentes apuntan a que en el interior del complejo químico se resguardan alrededor de 800 civiles, además de varios centenares de soldados nacionales. Enfocados en los primeros, Rusia anunció un corredor humanitario con destino a zona prorrusa entre las 8:00 y las 20:00 de este miércoles que, de acuerdo con el relato de las tropas separatistas de la zona, ha fracasado.
“Nosotros cesamos el fuego y organizamos un corredor de la entrada en la fábrica hasta la salida de Severodonetsk, pero la parte ucraniana comenzó a disparar”, ha apuntado Alexandr Nikishin, representante de las milicias populares de Lugansk.
No es un objetivo en sí mismo
A diferencia de lo ocurrido en Mariúpol, el enclave de Azot no le interesa a nivel industrial a Rusia, como apuntó hace días el gobernador regional de Lugansk, Serguéi Gaidai. La planta se utilizó antes del conflicto para producir amoníaco, fertilizantes y otros productos como acetato de vinilo. Pero el hecho de que sea de propiedad privada y, sobre todo, que apenas queden productos químicos en su interior evita que sea un objetivo a nivel químico. Las autoridades la vaciaron en los primeros compases de la guerra, en previsión de que pudiera convertirse en epicentro de los combates. En cambio, sí es un objetivo de Putin a nivel humano, para asestar el golpe definitivo a Severodonetsk.
Más allá de las fronteras de Azot, la batalla que se libra en la ciudad no cambia la fotografía. Calle por calle, prácticamente metro a metro, Rusia asedia el enclave básico para conquistar la región de Lugansk, mayoritariamente en manos de Moscú y las tropas separatistas de ideología prorrusa.
El acoso a Severodonetsk se sucede desde hace semanas, hasta convertir la ciudad en un enorme escenario de escombros y destrucción. Pero no es el único frente abierto; también hay acciones en localidades vecinas como Lisichansk o Sloviansk, con el Donbás cada vez más inclinado del lado de Putin.
Más armas para Ucrania
Al anuncio de EEUU para apoyar con 1.000 millones de dólares adicionales a la defensa ucraniana así como el entrenamiento de soldados se han sumado otros países que también seguirán colaborando con la resistencia a los ataques rusos.
Tanto Alemania como Eslovaquia, Canadá o Países Bajos también se han sumado a mover armas de largo alcance a Ucrania que incluye municiones e incluso helicópteros.
Ataque contra un convoy de alimentos
El chef José Andrés ha denunciado a través de sus redes sociales que un misil ruso ha impactado contra un tren en el que trasladaba ayuda humanitaria por el este de Ucrania.
El propio chef ha reconocido que en el ataque no ha habido heridos ni víctimas y que solo ha afectado a los alimentos que transportaban en uno de los vagones.
“Esto no nos va a frenar”, ha expresado tras conocer sobre el ataque.
Rusia y China convalidan su apoyo
Los presidentes de ambos países han mantenido una conversación telefónica, la segunda desde el inicio de la invasión, en el que han estrechado sus lazos bilaterales.
Tras la llamada, se ha informado que Rusia y China se comprometen a apoyarse económica y energéticamente en medio de las sanciones impuestas por Occidente.
Durante la invasión, China ha jugado un papel indeciso a la hora de posicionarse de parte de Rusia o de Ucrania, pese a condenar la invasión.
Desafío gasístico a Italia (y a Alemania)
La gasista Gazprom ha reducido en un 15% el suministro de gas a Italia, según el relato de la empresa transalpina, que ha citado una comunicación desde la compañía rusa. En su comunicación, un portavoz de la gasista italiana, Eni, ha asegurado que Gazprom no ha querido explicar los motivos del recorte.
La reducción a Italia, con cuyo primer ministro mantiene conversaciones Putin, se suma a la quita de un 40% a Alemania a través del gasoducto Nord Stream, atribuyéndolo a razones de carácter técnico, después de que en los últimos meses haya endurecido sus políticas para los países considerados “hostiles”. Previamente, Polonia, Bulgaria, Finlandia, Países Bajos y Dinamarca habían sufrido cortes completos.