Periodismo y mujer: cuando el techo de cristal y el machismo llega a las redacciones
¿Existe un techo de cristal en el periodismo? ¿Hay machismo en las redacciones? ¿Se está tratando bien la violencia de género en los medios?
Los medios de comunicación son un reflejo de la sociedad. Y si vivimos en una sociedad machista y patriarcal, esos comportamientos se trasladan a todos los ámbitos de la misma. Por eso, es evidente que existe un techo de cristal para las mujeres en muchas empresas e instituciones. También en los medios, donde el porcentaje de mujeres en cargos directivos es de un 27% y en los consejos de administración es casi inexistente.
Es la primera conclusión a la que han llegado las periodistas Montserrat Domínguez (directora de El HuffPost),Magda Bandera (directora de La Marea),Virginia P. Alonso (directora adjunta de Público) y Cristina Fallarás (colaboradora en varios medios) en un debate moderado por la periodista Ana I. Bernal Triviño y organizado por la Universidad Oberta de Cataluña (UOC) este jueves en Madrid. Antes de comenzar, Fallarás ha señalado un dato revelador: la sala del acto estaba llena de personas. Sólo 12 de ellas eran hombres.
En la conferencia se ha denunciado la diferencia de salarios y contratos —ellos son los que tienen más contratos indefinidos mientras que los contratos por obra o de falso autónomo predominan entre ellas—, el machismo dentro de las redacciones, el tratamiento de la violencia de género por parte de algunos medios y el auge de la violencia contra las mujeres en las redes sociales.
Las ponentes forman parte del pequeño porcentaje de mujeres que dirigen medios de comunicación en España y se han reunido para poner sobre la mesa una realidad evidente: la falta de formación y de perspectiva de género en el mundo de la comunicación. "Hay más jefas de redacción que antes, pero es mucho más complicado para las mujeres dar el salto a los puestos directivos. Hay una resistencia pasiva a que las mujeres salgan de la redacción", afirma Domínguez.
Esto, entre otras cosas, podría deberse al "compadreo" que existe entre los hombres de las redacciones, como indica Virginia Alonso. "Hay un compadreo entre hombres y cuando llega una mujer eso cambia. Por eso, a veces suben de puesto aquellos que están capacitados pero que también se llevan bien con el jefe. Esa es la principal baza. Son sus códigos y las mujeres no tenemos manera de acceder", afirma.
Cristina Fallarás va más allá y afirma que uno de los problemas es que "la gestión de la redacción por parte de una mujer no se está notando en los contenidos" y lo achaca a la crisis económica. "Con la crisis ha habido un retroceso en las reivindicaciones", afirma. La diferencia de salarios se debe reclamar "como trabajadoras, no como mujeres", dice.
LOS MEDIOS FEMINISTAS HACEN UN "TRABAJO ADICIONAL"
Las periodistas han elogiado el trabajo de los medios que adoptan una postura feminista y tratan sus temas con perspectiva de género. Aunque admiten que es un "trabajo adicional", un "esfuerzo" o consecuencia de "buena voluntad". Domínguez, algo más optimista, percibe más la formación y el interés de las nuevas generaciones: "Veo redacciones comprometidas".
Sobre el día a día en la redacción, han hablado del machismo que hay entre sus compañeros. "Un día, un señor me dio una palmada en el culo para saludarme", cuenta Fallarás. En este sentido, Pérez destaca que siguen existiendo comportamientos machistas y una ridiculización de la mujer en las redacciones: "No te escuchan si no te conviertes en uno más. Y odio decir eso".
A estos problemas del día a día, Fallarás añade la ausencia de mujeres en algunas tertulias de la televisión. Aunque se ha avanzado mucho en este sentido, "luego están los programas desde los que te llaman porque les falta alguna tía", cuenta con humor, "a mi me han llegado a decir eso: 'Fallarás, ven, que nos falta una tía'. Hace falta una camiseta que ponga 'Hola, soy cuota", bromea.
UN AVANCE LENTO EN LA COBERTURA DE NOTICIAS
Otro de los problemas que se han abordado ha sido la cobertura de las noticias sobre violencia de género. Con una serie de desacertados titulares de los últimos días y el tratamiento del caso de Juana Rivas por parte de algunos medios como ejemplo, Ana I. Bernal ha lanzado una pregunta: "¿Por qué se sigue tratando tan mal este tema?".
Bandera lo tiene claro: "Ni hay formación, ni hay interés en formarse". Fallarás admite que después del caso Juana Rivas ha perdido toda esperanza en que los medios informen con perspectiva de género. "Hay hombres al frente de medios que siguen pensando que la violencia machista es una falacia", señala Alonso. Todas coinciden en la falta de formación en las universidades y la falta de medios y recursos en algunas redacciones precarias para dar el tratamiento adecuado a un tema tan relevante.
Domínguez ha puesto de manifiesto la importancia de que los lectores y las audiencias denuncien estos tratamientos inadecuados: "Los medios nos equivocamos y está bien que nos den un toque. Cuando los lectores te dicen que así no se hacen las cosas, el medio debe sopesarlo para no perder la confianza". En conclusión, los medios "deben hacer pedagogía sobre estos temas", según Fallarás, pero "es importante también que los lectores denuncien".
UN AUGE DEL MACHISMO EN LAS REDES
Por último, se ha hablado del auge del machismo en las redes sociales. Fallarás ha contado las amenazas que recibe desde que denunció varios mensajes del Sindicato Unificado de Policía increpándola por sus opiniones en una tertulia: "Me dicen que me van a matar o a violar delante de mis hijos. Me llaman puta por la calle...". Hablan de un aumento del uso del concepto de "feminazi" y de la impunidad del machismo en internet. "Parece que cuanto más se denuncia el machismo, más se reproduce", apunta Alonso.
Aunque la situación que pintan las ponentes, la moderadora y invitadas de la fila 0 —entre ellas la portavoz de feminicidios.net, Graciela Atencio, la coordinadora de "Micromachismos" en eldiario.es, Ana Requena, la periodista Montserrat Boix y la directora de la agencia Comunicación y Género, Isabel Mastrodoménico,— es desalentadora, en la audiencia decenas de mujeres escuchan atentas y asienten ante estas afirmaciones. Muchas de ellas son jóvenes y futuras periodistas. Quizás el interés por estos temas no se quede estéril.