Pelosi advierte del peligro de un "desquiciado" Trump y quiere ya el 'impeachment' para echarle
Ha pedido a los militares que impidan que "ordene un ataque nuclear" horas después de que Trump admitiese su derrota por primera vez.
Objetivo, quitar a Donald Trump cuanto antes o, al menos, evitar que pueda hacer una última barbaridad. La portavoz de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, está maniobrando para evitar que Trump, “un presidente desquiciado”, según sus palabras, “utilice los códigos nucleares”, y así se lo ha comunicado al jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley.
La presidenta del Congreso no quiere esperar al 20 de enero para poner fin a la era del magnate y, vista la imposibilidad de recurrir a la 25ª Enmienda (se requiere el papel del vicepresidente y este no está por la labor), pide su dimisión.
Pelosi se ha dirigido a los congresistas en una carta en la que alerta del peligro que supone el aún presidente y adelanta que si no acepta irse antes de tiempo le someterán a un impeachment de urgencia. Sería el segundo en un año. Joe Biden, que ha vuelto a hablar hoy, lo ha dejado todo en manos de las Cámaras.
El texto se ha publicado esta tarde del viernes, unas horas después de que Trump admita por primera vez ¡en dos meses! su derrota electoral. En ella la demócrata reconoce haber hablado con el jefe del Estado Mayor Conjunto sobre la posibilidad de “tomar las precauciones disponibles para evitar que un presidente inestable inicie hostilidades militares o acceda a los códigos de lanzamiento y ordene un ataque nuclear”.
“La situación de este desquiciado presidente no podría ser más peligrosa, y debemos hacer todo lo posible por proteger al pueblo estadounidense de su ataque desequilibrado a nuestro país y a nuestra democracia”, explica Pelosi.
El portavoz de Milley ha corroborado que la llamada se produjo, y que el general “contestó a sus preguntas [de Pelosi] relativas al proceso de autoridad de orden nuclear”. Según publica AP, el general habría respondido que ya se han tomado medidas para impedir que Trump active el armamento nuclear.
No es un pensamiento descabello a la vista de cómo ha jugado con las masas, instigando las protestas que terminando con el asalto de los radicales al Capitolio, que dejó cinco víctimas y decenas de heridos y detenidos. El último de ellos ha sido Robert Barnett, el ultra que se fotografió en el despacho de la propia Pelosi.
Quedan 12 días para que Donald Trump deje la presidencia y Joe Biden tome posesión del cargo, pero para la gran mayoría de demócratas, e incluso para algunos republicanos, eso es demasiado tiempo.
Los demócratas han pedido al todavía vicepresidente, Mike Pence, que invoque la 25ª enmienda para destituir a Trump después de la “insurrección” del miércoles, cuando centenares de sus seguidores asaltaron el Capitolio. Pence todavía no se ha pronunciado sobre la cuestión, y tampoco se espera que mueva ficha.
Por este motivo, los demócratas pretenden iniciar la próxima semana un proceso de impeachment o juicio político con el fin de destituir al todavía presidente. Mientras tanto, se esfuerzan por tomar “todas las precauciones”, como señala Pelosi, para evitar daños mayores.
El presidente de Estados Unidos es la única persona con autoridad en el Gobierno para ordenar el lanzamiento de un arma nuclear. La única forma de frenar dicha orden es que un jefe militar determine que la orden es ilegal. Sería ilegal lanzar un ataque nuclear sin motivo o como respuesta desproporcionada a una provocación.
Este miércoles, saltaron todas las alarmas en el país. Centenares de partidarios de Trump que, alentados por él, protestaban en contra del resultado de las elecciones de noviembre, asaltaron el Capitolio con el objetivo de impedir la ratificación de la victoria de Biden.
En medio del caos y los disturbios, murieron cinco personas, entre ellas un policía, y la turba de manifestantes logró acceder a salas, retirar objetos y llevarse documentos que podrían poner en peligro el sistema. Algunas informaciones apuntan incluso a que los asaltantes robaron el portátil de Pelosi, y propiedades de otros representantes políticos, cuando entraron a su despacho.
Ahora algunos temen que Donald Trump, desesperado, se disponga a jugar su última carta, y que esta sea mucho más mortal.