El fantasma de la corrupción sacude otra vez a Génova 13
Casado se enfrenta a los escándalos de su ‘casa madre’ del PP de Madrid.
La nueva dirección del Partido Popular siempre ha defendido que los malos resultados del PP en las urnas se han debido a la herencia del pasado, a los casos de corrupción que azotaban al partido anteriormente y a la gestión del ‘marianismo’ en temas como el catalán.
Y en estos días andaban convencidos de que se si repetían las elecciones subirían muchos escaños. En su mente ronda que muchos votantes de Vox volverían al partido y que Ciudadanos está a la baja. Los pactos regionales les habían salido bastante bien y Pablo Casado se consolidaba como figura referente de la derecha frente a Santiago Abascal y Albert Rivera.
Pero, de repente, se han encontrado con un auténtico mazazo para Génova 13: los casos de corrupción y las sospechas. Regreso al pasado (y a la planta primera de la sede). Y todo centrado en el PP de Madrid, la casa madre de Pablo Casado, de donde provienen la mayoría de personas de su confianza y cuyos mentores siempre ha citado.
Casado guarda silencio tras las imputaciones múltiples por Púnica hechas públicas este lunes, con Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes a la cabeza. Y las declaraciones de las investigadas se producirán en octubre, en plena precampaña si se repiten elecciones el próximo 10 de noviembre.
La estrategia, por el momento, oscila entre la delgada línea roja: intentar rebajar la situación, poner distancia pero sin condenar las actuaciones de los investigados -todos ellos conocidos del propio presidente del partido-.
En las primeras horas, el PP se limitó a través de fuentes oficiales del partido a decir que respetaban la decisión judicial, pero apelando siempre a la presunción de inocencia. Y este martes le ha tocado el turno al ‘número dos’, Teodoro García Egea, que ha intentado serpentear las preguntas sobre la investigación con respuestas criticando a Pedro Sánchez por supuestamente querer elecciones y por los datos del paro. Peras y manzanas.
García Egea, la mano derecha de Casado, ha querido lanzar el mensaje de que el partido sigue “trabajando por los españoles” y no ha querido concretar sobre la situación de Aguirre y Cifuentes hasta que concluya el proceso. En el PP intentan que escampe el temporal apelando a que la primera es simple afiliada y la segunda ni siquiera ya es del partido.
Y además se ha intentado a través del secretario general del partido restar importancia a que uno de los actuales miembros de la dirección del partido, Antonio González Terol -secretario de Política Local- aparezca en el sumario.
La primera crisis PP-Cs: Avalmadrid
El epicentro de todo es el PP de Madrid. Los populares han conseguido retener la Puerta del Sol para Isabel Díaz Ayuso, con un pacto con Cs y Vox. Y hoy se han llevado un varapalo por parte de sus socios ‘naranjas’, que han apoyado la creación de una comisión de investigación sobre Avalmadrid solicitada conjuntamente por PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos-Izquierda Unida Madrid en Pie.
Ciudadanos ha vendido siempre su defensa de la regeneración y su lucha contra la corrupción como principal arma frente al Partido Popular. No quieren verse salpicados por ningún escándalo que afecte a su socio y su pasado. El vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado, lo ha dejado claro al mostrar su apoyo a la comisión: hay que investigar ”le pese a quien le pese y caiga quien caiga”.
La comisión, según el escrito de registro de la oposición, versará “sobre las presuntas irregularidades y trato de favor en la concesión y posterior seguimiento financiero de las operaciones realizadas de préstamo, crédito o avales por parte de Avalmadrid (Sociedad de Garantía Recíproca) desde el año 2007 al año 2018”. De esta manera se investigará también el polémico préstamo de 400.000 euros a una empresa del padre de Isabel Díaz Ayuso que nunca se devolvió. Esto, sin duda, tensará la relación entre los dos socios del Gobierno autonómico, que trabajan juntos pero que pelean día a día por convertirse en los líderes de la derecha.
Y este martes ya ha tenido consecuencias: el secretario general técnico de la Consejería de Sanidad, Francisco Lobo, ha sido cesado en el Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, tras ser imputado por el juez del caso Púnica.
Desvíos y saqueos millonarios en Sanidad y Educación
Una jornada en la que se van conociendo más detalles de esa trama de supuesta financiación irregular del PP de Madrid, que, según el juez de Púnica, ideó la mismísima Esperanza Aguirre. En el auto del magistrado Manuel García Castellón se detalla que la caja B del PP madrileño se nutrió de varios millones de euros públicos bajo la supervisión de la expresidenta y mediante varios mecanismos, uno de ellos el de la cláusula del 1%, que sirvió para desviar alrededor de 3 millones de la construcción de hospitales y centros de salud.
Además, Francisco Granados -que fue mano derecha de Aguirre- y sus socios habrían saqueado 15 millones de euros a cooperativas escolares en una década, según el juez.
Titulares que vuelven a sacudir al PP. Aunque en su estrategia más dura intenta desactivar la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, que ha defendido al partido criticando las “conclusiones lapidarias y definitivas” de algunos medios de comunicación sobre la implicación de Aguirre. Y ha mostrado su preocupación por el hecho de que personas imputadas en este procedimiento se enteren de su situación “antes por los medios de comunicación que por las propias instituciones de justicia”.
No se la ha jugado tanto su compañera de partido Andrea Levy, que ha dicho: “Yo las manos en el fuego no las pongo por nadie”. Su jefe en el Ayuntamiento de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, fruto del aguirrismo, deseó suerte a la expresidenta ayer pero se reivindicó como miembro de una “nueva generación”.
El fantasma de la corrupción vuelve a sacudir al PP. Y lo hace en un momento en el que las urnas aparecen detrás de la esquina.