El PP asume que a Casado sólo le queda una oportunidad: “Si pierde en 2023, a la calle”
Los nervios en la recta final de la campaña de Castilla y León agitan internamente el partido y reabren el debate sucesorio.
Las últimas encuestas han provocado muchos nervios en el Partido Popular. Las elecciones en Castilla y León debían servir para un paseo triunfal de los populares, pero los barómetros dibujan un escenario peor: sin mayoría absoluta y en manos de un Vox que crece cada día más. El plan diseñado por Génova 13 se tambalea, muchos ya en el partido buscan culpables y se preparan, si las urnas no van bien, para el día después.
Desde el PP se espera que Castilla y León sirva como pistoletazo para un supuesto cambio de ciclo electoral en España, al que deberían seguir las andaluzas (Juanma Moreno tenía previsto adelantarlas) y las autonómicas y municipales de mayo de 2023. Todo en bandeja para un supuesto triunfo posteriormente en las generales de finales del año que viene.
Pero la preocupación se extiende en muchos sectores del partido, según dirigentes y parlamentarios populares consultados por El HuffPost, ante los sondeos y los pactos que tendrían que venir después. Además, hay un temor latente: que se compruebe que las elecciones de Madrid fueron una especie de espejismo y que su resultado fue principalmente por la personalidad arrolladora de Isabel Díaz Ayuso
El tirón de Ayuso ensombrece a Casado
Esta es otra constante que se repite estos días entre muchos dirigentes del PP: Isabel Díaz Ayuso sí tira electoralmente mientras que la dirección nacional no suma tanto en la campaña. Cada vez que va la presidenta madrileña los medios de comunicación se multiplican y hay lleno en los actos. La gente la para por la calle, le dice piropos en una tierra que no es la suya. Es decir, muchos ven en ella el tirón electoral del que no goza el actual líder, Pablo Casado.
El debate sucesorio se ha reabierto así durante los días finales de la campaña de manera soterrada. Ayuso y Casado han firmado una tregua de cara a estas elecciones, pero la guerra sigue latente y todavía no se ha resuelto la eterna batalla del congreso del PP de Madrid. Y, encima, en esta fase final el presidente de Castilla y León ha decidido tirar más de ella para intentar arañar los votos de los indecisos y frenar las buenas expectativas de la ultraderecha.
Ayuso, fiel a su estilo, ha querido marcar su propia impronta. Además de titulares escandalosos como llamar “errores” a los delitos de abusos de la Iglesia, se ha pronunciado directamente sobre el día después y Vox: “Prefiero pactar con el partido de Ortega Lara que con quienes lo secuestraron”. Esto deja a los pies de los caballos al propio Mañueco y a la dirección nacional, que siguen insistiendo en que no quieren gobiernos de coalición y evitan hablar directamente.
“A Pablo sólo le queda una oportunidad”, como reconoce un parlamentario próximo a Pablo Casado. En la familia popular se empieza a dar por hecho que el actual líder se la juega a la tercera (ya perdió las dos elecciones generales de 2019). En el partido hay muchos sectores que ya planean cómo quitarle la silla a Casado si no le sale bien este ciclo y vuelve a dejar al PP en la oposición. El proyecto de Ayuso no es sólo para Madrid, aunque ella no pare de repetirlo, y si en en un primer momento contaba con el rechazo de muchos de los barones, hoy estos la llaman para llenar actos.
Un dirigente territorial se muestra así de claro sobre Casado: “Si pierde en 2023, a la calle”.
Las críticas internas en estos momentos se dirigen especialmente hacia Teodoro García Egea, el ‘número dos’ del partido. Aunque, como señala otro dirigente territorial: “Pero Teo es Pablo”. El fiasco de la votación de la reforma laboral ha dejado muy mal sabor de boca en muchos en el partido y se aprovecha también para criticar a muchos de los dirigentes que tiene Casado en su órbita, como Alberto Casero. Se reanudan esas lamentaciones al estilo de la que hizo Esperanza Aguirre de que Génova está llena de “niñatos” y “chiquilicuatres”.
Y fuentes populares críticas con Casado subrayan también, por ejemplo, cómo se ha “quemado” al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, poniéndolo como portavoz nacional y utilizándolo como posible alternativa a Díaz Ayuso en la carrera por el PP de Madrid. Asimismo, muchos se fijan cómo también desde Vox se han encargado de quemar al alcalde retirándose su apoyo mientras sostienen sin dificultades en la Asamblea a Díaz Ayuso. Como dice otra fuente del PP: “Es que Almeida está haciendo lo que criticamos en el Congreso. Lo que decimos de pactos con ERC y Bildu lo hace él pactando con la izquierda los presupuestos”.
Andalucía enfría las elecciones
En Andalucía están muy atentos a lo que pase este domingo. Juanma Moreno tiene en sus planes adelantar las elecciones -que tendrían que ser en diciembre-. Durante una visita a Fitur en enero en Madrid tocó el tambor de guerra: convocaría si en febrero Vox y el PSOE bloqueaban el Parlamento andaluz. Ha ido hasta Castilla y León para apoyar a su compañero Mañueco, en un mitin reciente llegó a decir: “Por Dios, sacad un buen resultado y que tengamos una mayoría suficiente”.
En el sur los ánimos de adelanto se han templado mucho viendo lo que está pasando en Castilla y León, se va empañando esa posibilidad que se filtró de ir a comicios en abril. Esas ansias se están acabando, como se reflejaba en las palabras de la mano derecha de Moreno y consejero de Presidencia, Elías Bendodo, este miércoles: “Quedan meses de legislatura en Andalucía”. Además, entre los populares andaluces empieza a cundir la sospecha de que Vox está más fuerte de lo que muchos piensan y que una posible candidatura de Macarena Olona puede hacer más daño del esperado.
En esta batalla interna que se abre en el PP se vivió un capítulo muy doloroso para Génova durante la campaña por las palabras de José María Aznar, mentor de Pablo Casado. Escocieron expresiones como: “Hay muchas personas que se agarran a supuestas soluciones baratas, mágicas, a populismos mentirosos o falsos, porque no tienen un referente fuerte en el cual confiar”. Hace tiempo que el expresidente está muy alejado de su pupilo, la órbita de Faes pulula ahora más con Isabel Díaz Ayuso. Como le pasa a Esperanza Aguirre, que hasta en su perfil de Whatsapp tiene una imagen abrazándose con la actual presidenta madrileña.
Para que se monte una guerra es necesario siempre que haya enemigos y una de las cosas que está pasando en el PP es que están creciendo los críticos internos en varios territorios al haber perdido o verse de lado en la renovación de los congresos. Algunos creen que Casado y García Egea están colocando a los suyos para el día final de la batalla. Y no sólo el malestar es visible en Madrid, sino que también asciende por momentos en sitios como Extremadura.
Todos en vilo. Un dirigente territorial del PP prepara el terreno: “El domingo será un día difícil para Génova”. Los cuchillos ya están preparados.