ONU: 49 millones de personas en 43 países se encuentran en niveles de emergencia de hambre
“No abrir los puertos de Ucrania es una declaración de guerra a la seguridad alimentaria”, denuncia la organización.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha alertado de que alrededor del 60% de las personas desnutridas del mundo viven en zonas afectadas por conflictos y 49 millones en 43 países se encuentran en niveles de emergencia de hambre.
“La mayoría de los 140 millones de personas que padecían hambre aguda en todo el mundo vivían en solo diez países: Afganistán, República Democrática del Congo, Etiopía, Haití, Nigeria, Pakistán, Sudán del Sur, Sudán, Siria y Yemen”, ha indicado.
Guterres ha informado de que, para responder a la crisis, el Fondo Central de Respuesta a Emergencias va a dedicar 30 millones de dólares (28,3 millones de euros) “para satisfacer las necesidades urgentes de seguridad alimentaria y nutrición en Níger, Malí, Chad y Burkina Faso”.
El secretario general de la ONU ha vuelto a insistir en la inseguridad alimentaria que sufre el Cuerno de África, así como el aumento de precios y la crisis de refugiados derivada de la invasión rusa a Ucrania.
Migración y seguridad alimentaria
Estas declaraciones se producen tras una reunión en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre conflicto y seguridad alimentaria y el Foro Internacional de Revisión de la Migración convocado bajo los auspicios de la Asamblea General en Nueva York.
“Hoy, más del 80% de los migrantes del mundo se mueven entre países de manera segura y ordenada. Pero la migración no regulada, el reino cruel de los traficantes, continúa teniendo un coste terrible”, ha indicado Guterres.
Así, ha pedido a la comunidad internacional “hacer más para romper el yugo de los contrabandistas y proteger mejor a los migrantes en situaciones vulnerables, en particular a las mujeres y las niñas”, según un comunicado de Naciones Unidas.
“Miles de migrantes aún mueren cada año en busca de lo que todos perseguimos: oportunidad, dignidad y una vida mejor. Debemos hacer más para evitar la pérdida de vidas, como un imperativo humanitario y una obligación moral y legal”, ha advertido.
El secretario general de la ONU ha señalado que hay que “enfrentar la xenofobia y el racismo con una clara comprensión de los hechos” para verlo “como una posible solución” y “lograr una cooperación fortalecida entre los estados y partes interesadas”.
“A lo largo de la pandemia, hemos visto a migrantes excluidos de las medidas de recuperación y negados el acceso a los servicios básicos, ya sea atención médica o protección social. Los migrantes son parte de nuestras sociedades; deben ser parte del contrato social”, ha dicho Guterres.
El secretario general de Naciones Unidas se ha reunido este jueves en Nueva York, en el marco de este encuentro, con el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, para tratar las consecuencias alimentarias de la guerra y también de la crisis humanitaria.
Ambos han compartido “perspectivas sobre la respuesta de Naciones Unidas al agudo sufrimiento humano en Ucrania y sus alrededores”, así como “la expansión del acceso humanitario en Siria”, según ha indicado el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en un comunicado.
“El secretario afirmó que Estados Unidos espera asociarse con la Secretaría de la ONU, los Estados miembros y otras partes interesadas clave para avanzar en la iniciativa Nuestra Agenda Común, planteada por Guterres”, ha agregado.
Abran Ucrania
David Beasley, el director del Programa Mundial de Alimentos dijo, por su parte, al Consejo de Seguridad de la ONU, que el bloqueo ruso a los puertos de Ucrania puede ocasionar hambrunas, desestabilizar naciones y provocar migraciones masivas. Antes de la crisis de Ucrania, el mundo ya se enfrentaba a una “tormenta perfecta” por los conflictos, el clima y el covid, indica, pero la situación se ha agravado.
Beasley sostuvo que es imperativo reabrir los puertos de Ucrania y vaciar los depósitos de grano para aliviar la crisis actual. Antes de la guerra, la mayor parte de los alimentos producidos por Ucrania -suficientes 400 millones de personas- se exportaba a través de los siete puertos del Mar Negro del país.
“Verdaderamente, no abrir los puertos de la región de Odesa sería una declaración de guerra a la seguridad alimentaria y resultaría en hambrunas, desestabilización y migraciones masivas por todo el mundo”, señaló.
“Hay suficientes alimentos para todos en el mundo. El problema es la distribución, y está profundamente vinculado a la guerra en Ucrania”, concluyó Guterres.