Nueve hábitos antes de dormir que pueden arruinar tu día
Cuidado con las toallitas desmaquillantes antes de acostarse.
Cuando nos sentimos sobrepasados, cansados o ansiosos lo único que queremos es relajarnos en la cama después de un largo día. Sin embargo, a menudo no nos damos cuenta de que los culpables de que el día haya sido tan malo son algunos hábitos que adoptamos a la hora de acostarnos. Desde la calidad del sueño hasta la cantidad de veces que se tienen relaciones, a continuación se incluyen algunos hábitos que pueden perjudicar la calidad de vida.
1. Resolver conflictos de pareja
Esa máxima de "nunca te vayas enfadado a la cama" puede jugar una mala pasada. Quedarse despierto para enzarzarse en una discusión no solo acorta el tiempo de sueño sino que deja a las personas demasiado activas como para poder dormir.
Una alternativa mejor es "estar de acuerdo en no estar de acuerdo por el momento", aconseja la terapeuta Sara Stanizai. "Te puedo garantizar que no vas a resolver nada si estás agotado y activado por el enfado, el estrés y los sentimientos negativos".
En lugar de eso, conviene centrarse en relajarse y descansar: la conversación será mucho más productiva al día siguiente.
2. No seguir una rutina de cuidado de piel adecuada
Hay pocas cosas peores que despertarse con un sarpullido, en especial la mañana antes de una gran reunión o una cita. Por tanto, no hay que irse a dormir sin lavarse la cara. Aunque no se lleve maquillaje, es necesario limpiar la cara de sudor, grasa y contaminación que se va acumulando a lo largo del día en la piel. "Si estás demasiado cansado o deprimido para lavarte la cara, hay un problema. Puede que sea una señal de que no estás durmiendo lo suficiente o que tienes los ánimos alterados", señala Stanizai.
Afortunadamente, una rutina de cuidado de piel adecuada también tiene efectos positivos en la salud mental. Por tanto, es recomendable invertir 10 minutos por la noche para cuidar la cara, así como desprenderse de las toallitas desmaquillantes, pues lo único que hacen es empeorar la calidad de la piel.
3. Hacer ejercicio
Hay quien no hace deporte ni aunque le paguen. De modo que, si eres de los pocos que hacen ejercicio a diario, no deberías dejarlo. Sin embargo, hacer ejercicio por la noche puede conducir a problemas con el sueño.
"Hacer deporte es un hábito saludable, pero es esencial encontrar el momento adecuado. Hacer ejercicio demasiado tarde puede ocasionar trastornos de sueño", asegura Leslie Fischer, y explica que el motivo es que interrumpe el ritmo circadiano.
"Si haces ejercicio demasiado tarde, estás mandando una señal al cuerpo para que permanezca despierto y activo, por lo que se hace más complicado conciliar el sueño", explica.
Siempre que sea posible es recomendable reservar las sesiones de ejercicio para la tarde o, incluso mejor, para la mañana, y así impulsarán el ánimo y la productividad.
4. Fumar
No hace falta repetir lo dañino que es el tabaco para la salud, eso es decisión de cada uno. Pero es aconsejable evitar fumar antes de dormir.
La nicotina es un estimulante. Por lo tanto, fumar antes de acostarse podría dificultar la conciliación del sueño, favoreciendo un sentimiento de irritabilidad y cansancio al día siguiente. "Si puedes, aguanta dos horas sin fumar antes de ir a dormir", señala Stanizai.
5. Tomar un vaso de vino para relajarse
"El alcohol puede causar somnolencia, pero lo cierto es que afecta de manera negativa al sueño", afirma la doctora Dawn Dore-Stites.
En concreto, el alcohol afecta al ciclo del sueño y hace que una persona se despierte con más frecuencia y su sueño sea menos profundo. Así que, en lugar de beber alcohol, opta por una infusión de hierbas o un vaso de leche caliente.
6. Mirar qué escribe Trump en Twitter
Por inofensivo que parezca, darle un repaso a las redes sociales puede provocar problemas para dormir. "Según varias investigaciones, las personas experimentan cambios hormonales en el cerebro cuando miran sus redes sociales", señala la psicóloga clínica Beatrice Tauber Prior. "El cerebro ordena a la glándula suprarrenal que segregue cortisol y adrenalina", explica.
Estimular la segregación de "hormonas del estrés" impulsa los niveles de energía, y esto es lo último que se necesita cuando se quiere dormir. "A largo plazo, el aumento de estas hormonas perjudica la cognición y puede desencadenar depresión y ansiedad", advierte Prior. Es mejor esperar al día siguiente para actualizar el estado de Twitter.
7. Usar el móvil en la cama. Y punto.
Está demostrado que la luz azul que emiten las pantallas, como la del móvil, favorece el insomnio y contribuye, por tanto, el desarrollo de enfermedades graves como la obesidad y el cáncer de mama.
Pero si buscas otro motivo de peso para mantener el móvil alejado de la cama, te informamos de que esto también ayuda a mejorar la vida sexual. Mirar constantemente a la pantalla en lugar de a los ojos de la pareja conlleva tener menos revolcones a largo plazo.
"La cama debería estar reservada para dormir y mantener relaciones sexuales, nada más", sostiene la coach de salud Gabrielle Gray. "Cuando te acostumbras a responder correos de trabajo bajo las sábanas estás creando la rutina de que este es un lugar en el que se trabaja, no en el que se descansa o se practica sexo", afirma.
Además, de acuerdo con Gray, al hacer esto se da luz verde para que los compañeros de trabajo manden mails a las once y media de la noche. "Si estás muy ocupado puedes configurar un mensaje de 'fuera de la oficina' por la noche, para hacer saber a las personas que tendrán noticias tuyas a partir del día siguiente. No van a enfadarse porque te tomes el espacio necesario para descansar y divertirte", asegura Gray.
8. Picar algo por la noche
Los tentempiés de última hora no son tan buena idea. Comer algo salado o dulce antes de dormir hace que las calorías se almacenen como grasa y no se quemen para tener energía. De este modo se aumenta de peso con mayor rapidez, lo cual conduce a problemas más graves a largo plazo, como la diabetes y otras enfermedades crónicas.
No obstante, incluso a corto plazo, comer poco antes de irse a dormir puede ocasionar trastornos en el sueño. "Cuando el cuerpo está ocupado digiriendo la comida no es capaz de descansar adecuadamente, por lo que es probable que se duerma mal", señala Gray.
En lugar de eso, conviene esperar un par de horas después de la cena antes de acostarse y, si tienes un hambre voraz después de cenar, procura añadir más proteína y grasas saludables a la cena.
9. No cuidar el cabello
Para las personas que se duchan por la noche, secarse el pelo después de salir de la ducha puede parecer una tortura. Pero acostarse con el pelo húmedo hace que la rutina del día siguiente sea mucho más dura.
"Frotar el pelo mojado contra la almohada puede dañarlo, además de que es (muy) probable despertarse con un encrespamiento salvaje", advierte la estilista Brandie Flores.
Y, aunque te haya quedado un moño estupendo ese día, asegúrate de quitártelo antes de acostarte. "Recogerse el pelo por la noche provoca mucha tensión en el pelo, causando rotura del cabello y enredos al día siguiente", sostiene Flores.
Si no quieres dormir con el pelo suelto, Flores aconseja las trenzas; así tendrás unas bonitas ondas al día siguiente.
Este artículo fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por María Ginés Grao.