No quiero volver a la normalidad después de la vacuna porque he encontrado el lado positivo de la pandemia
El coronavirus nos ha dado la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva. Hay que aprovecharla.
Cuando anunciaron la aprobación de la vacuna de Pfizer en el Reino Unido, lo celebré ante la perspectiva de que esta pandemia tuviera los meses contados.
Pero mi emoción pronto se convirtió en ansiedad al darme cuenta de que la vuelta de la normalidad también supondría el regreso de mi antigua vida, una vida que no tengo demasiadas ganas de retomar.
Muchos recuerdan con nostalgia la vida antes de la pandemia, pero lo cierto es que esa normalidad ya tenía sus propios problemas antes de que nos golpeara el coronavirus.
Muchos no ven la hora de volver a la normalidad, pero ¿de verdad es necesario abandonar tan de repente la vida que hemos construido para nosotros mismos durante el confinamiento?
Por muchos memes que publiquen sobre quienes pasamos el confinamiento aprendiendo a hacer bizcochos, sigue pareciéndome una buena idea. Hemos tenido mucho tiempo este año para explorar nuevas ideas. ¿Por qué no incorporamos al 2021 todo lo bueno que hemos aprendido?
En 2020, la vida nos ha cambiado de muchas formas distintas. Por ejemplo, los divorcios aumentaron notablemente durante el confinamiento. Un motivo quizás sea porque el encierro ha exacerbado los problemas existentes en la relación, pero no es descabellado pensar que mucha gente ha empezado a darse cuenta de lo que de verdad les importa en la vida.
En muchos lugares, la pandemia ha provocado mudanzas, cambios de trabajo y nuevos estilos de vida. Todo eso indica que 2020 ha iniciado una avalancha de decisiones que cambiarán nuestra vida para siempre. Y eso no tiene por qué ser malo.
Las nuevas restricciones no estaban en nuestra lista de deseos para Navidad, pero al menos nos están brindando otra oportunidad para retomar las riendas de nuestra vida.
Si te ha gustado el cambio al teletrabajo y te alegra ahorrarte el viaje de ida y vuelta todos los días, alégrate por eso. Si te has dado cuenta de que solo te gustaba tu trabajo por el ambiente con tus compañeros, ahora ya sabes que necesitas un cambio. Nunca es tarde para ir a por lo que de verdad quieres en la vida. El coronavirus ha demostrado que la vida a veces es demasiado corta, así que ¿por qué perder un segundo más haciendo algo que no te gusta?
Creo que la gran diferencia entre el antes y el después de la pandemia es que ahora sabemos que tenemos elección. Sabemos que el mundo ha seguido su curso aunque no hiciéramos lo mismo que el resto de la gente.
De ahora en adelante, quiero mantener esa mentalidad. Cuando decida reservar un viaje, cambiar de trabajo o incluso empezar una nueva afición, lo voy a hacer porque de verdad me apetezca, no porque me hayan dado envidia en Instagram cinco personas.
Con lo mucho que ha cambiado la vida en 2020, todos hemos descubierto algo sobre nosotros mismos y sobre nuestra forma de vivir antes de la pandemia, y no creo que debamos avergonzarnos de que haya algunos aspectos de nuestra antigua vida a los que no queramos volver. De hecho, es crucial que resistamos la urgencia de volver a nuestra vida anterior sin pensarlo bien. El coronavirus nos ha dado la oportunidad de hacer borrón y cuenta nueva. Hay que aprovecharla.
Ya llevo un tiempo pensando cómo puedo acoplar lo mejor de 2020 a mi vida en 2021, porque es innegable que ha habido cosas buenas. Que me obligaran a frenar un poco y reflexionar era justo lo que necesitaba.
Por mucho que haya echado de menos ciertas partes de la normalidad, también hay muchas cosas que no me va a dar pena dejar atrás.
Este post fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.