No esperes más, ¡jubílate ya!
Hablando con amigos y pacientes, muchas veces me encuentro con que comparten una idea que me llama la atención. La fantasía de un tiempo futuro en el que, ¡por fin! llegará la dicha, la felicidad, la alegría, la paz y el disfrute. Cuando me jubile....
¿Por qué hay que esperar a jubilarse para ser feliz o vivir con alegría? Creo que debemos plantearnos la vida de una manera diferente. Disfrutemos ahora, y cuando nos jubilemos, si eso llega, también.
Hace ya muchos años leí una frase atribuida a Muriel James, maestra mía de Análisis Transaccional y discípula de Eric Berne que decía lo siguiente: "El pasado no existe, ya pasó. El futuro es una fantasía que está por llegar. El presente es un regalo y por eso se llama presente". Esta frase que tenía todavía más sentido al estar escrita en inglés, donde regalo se dice "present", me tocó y me reafirmó en la idea de que lo único que podemos vivir es el presente y ese debe ser nuestro eje: vivir el presente. Disfrutar el presente con objetivos futuros que nos permitan orientar nuestros pasos y hacerlo constructivo con nuestras acciones en el presente.
La palabra jubilación viene del latín "iubilare", que significa "gritar de alegría" y se utiliza para representar el tiempo que viene después de la etapa laboral. Quizás por esto se asocia tanto la alegría o júbilo al tiempo de no "tener que trabajar", y de ahí a las fantasías.
¿Qué necesitamos para poder disfrutar del presente? Decía Eric Berne que los padres transmiten a sus hijos de forma no verbal unos mensajes directivos llamados mandatos parentales que, para asegurarse su amor, llevan al hijo a tomar una decisión de supervivencia. Estará activa durante toda la vida, a no ser que se revoque, y formará parte del "guión de vida".
Hay muchos mandatos parentales. Entre ellos, "No pienses", "No vivas", "No disfrutes", "No sientas", "No seas de tu sexo", "No seas sano", "No crezcas", "No seas independiente" ....
Eric Berne, el padre del Análisis Transaccional, definió otro concepto dentro del guion de vida, el impulsor o contramandato. Los padres, viendo los efectos que producen en sus hijos los mandatos (no verbales) que ellos mismos les han transmitido, intentan contrarrestarlos con mensajes verbales, "los impulsores", que son: "Sé Fuerte", "Sé perfecto", "Compláceme", "Esfuérzate" y "Date prisa".
Tanto algunos mandatos como los impulsores o contramandatos podrán estar implicados en la dificultad para disfrutar el presente, que es lo que nos trae aquí. Daré un ejemplo para ilustrar la idea. Una persona que en su infancia recibió de sus padres mensajes de "No Disfrutes", "No lo logres", "Date prisa" y "Esfuérzate", tendrá serias dificultades para poder conseguir una vida placentera en el momento actual.
Lo mejor sin duda para desactivar los mensajes del guion de vida es realizar una psicoterapia para resolver a nivel emocional profundo. No obstante, hay ciertos pasos que pueden ser útiles para desactivar algunas decisiones arcaicas.
Lo primero es tomar consciencia de que lo que nos pasa una y otra vez no es casualidad ni se justifica con las explicaciones que nos han podido servir hasta ahora. Una vez que hemos hecho consciente lo que antes era inconsciente, podemos "redecidir" sobre nuestras decisiones arcaicas de supervivencia e incorporar permisos.
Para lograr una redecisión profunda, efectiva y duradera, debemos realizarla a nivel emocional profundo dentro de un proceso de psicoterapia, que te recomiendo de corazón. Si esto no fuera posible, podemos actuar con las decisiones del "allí y entonces", decidiendo en el "aquí y ahora" lo que creemos que es más conveniente para mi Yo en este momento. Esto nos obliga a estar mucho más conscientes de cada paso que demos, pues nuestra tendencia interna es actuar desde la decisión de supervivencia activa.
Los permisos forman parte de las técnicas de Análisis Transaccional que se realizan dentro de una psicoterapia. Si esto no fuera posible, se podría actuar internamente liberándose de la prohibición, aunque sea de forma puntual y no permanente. Puedes decirte a ti mismo una frase que te otorgue el permiso. Por ejemplo, para el permiso para disfrutar: "Tu puedes disfrutar de las situaciones que te ofrezca la vida" o "Tienes todo el derecho de disfrutar de tu vida". Lo importante es que revistas a ese acto de potencia emocional para que sea efectivo. Que sientas que lo que le estás diciendo a ese Niño que llevas dentro es bueno y sano para ti.
Otros permisos podrían ser: permiso para tomarme mi tiempo, para dedicarme y cuidarme a mí mismo, para valorar lo que estoy viviendo en el momento presente....
Será muy bueno que te prepares para la jubilación. Que vivas el presente y lo disfrutes, teniendo como objetivo a largo plazo vivir con gozo el momento en el que no tengas que trabajar por obligación. Que, cuando llegue ese momento, el tiempo que el trabajo deje liberado se llene de actividades que te proporcionen bienestar.
No esperes más. ¡Jubílate ya! Puedes cambiar la forma de afrontar mental y emocionalmente el trabajo. Vivirlo sin presión. Desde la elección de que esa actividad la eliges tú en cada momento. Es tu presente y eso es lo que hay y desde ahí eliges disfrutar. Lo importante es que desde este momento disfrutes cada día de tu vida, sin esperar a que algo llegue. No hay excusas para posponer tu conexión con la vida y con su gozo.
Si tu vida es un viaje, el objetivo es disfrutar por el camino, no esperar a llegar al final. Diviértete todo lo que puedas día a día, minuto a minuto. A tu ritmo. Aprovecha el tiempo en compartir con la gente a la que quieres. Familiares y amigos deben ser los compañeros del viaje de tu vida. Lleva en tu equipaje mucho amor y buen humor, flexibilidad, buen talante y una visión positiva.
Si conectas tus emociones a lo que estés viviendo en cada momento, vivirás y no sobrevivirás, disfrutarás y dejarás de postergar la buena vida y el sentirte bien, a que llegue algo que nunca sabes si llegará. El tiempo que estamos viviendo es el presente, pues eso es lo que se puede disfrutar, es lo único que tenemos para vivir. Gózalo ahora, no lo dejes pasar.
Este post fue publicado originalmente en el blog del autor