¿Ni una guerra nos hará entendernos?
El Gobierno y el PSOE hemos puesto todo de nuestra parte para lograrlo, alcanzando acuerdo con agentes sociales y económicos y tendiendo la mano a todas las formaciones políticas.
El 24 de febrero de 2022 comenzó la injusta e injustificable guerra de Putin y la
invasión a Ucrania. En poco más de 60 días, en dos meses, todo ha
cambiado por completo, la vida ha dejado de existir en las calles de las
principales ciudades, devastadas, se ha destrozado la vida de millones de
ucranianos, más de cinco millones de personas se han visto obligadas a huir
del país. Se han cometido crímenes contra la población civil en ciudades como
Bucha o Mariupol que nos han encogido el alma y que merece la mayor de las
condenas. ¿Cómo puede ser que los seres humanos no hayamos aprendido
nada de la historia reciente? En menos de 100 años después del fin de la
Segunda Guerra Mundial, otra devastadora guerra está arrasándolo todo a las
puertas de nuestras fronteras. El horror, de nuevo, más cerca que nunca.
Las consecuencias económicas de esta invasión no se han hecho esperar y la
Unión Europea ya sufre la repercusión de la caída de los flujos comerciales con
Rusia, la agitación de los mercados financieros y el aumento del precio de la
energía. La guerra, como antes la pandemia, ha vuelto a demostrar que
vivimos en un mundo global e interconectado, que no somos ajenos ni vivimos
aislados de lo que pasa a nuestro alrededor y que todas las circunstancias
volátiles y cambiantes que se producen nos afectan de forma directa. El
Gobierno de Pedro Sánchez es el primer gobierno de la democracia que ha
entendido que ante situaciones globales sin precedentes, hay que actuar con
respuestas globales sin precedentes.
El presidente del Gobierno logró en la última reunión del Consejo Europeo el 25 de marzo la excepción ibérica que permite a Portugal y España establecer de forma excepcional y temporal un límite al precio del gas que se usa para generar electricidad, bajando rápidamente la factura para los consumidores y
las empresas. Un éxito colectivo, un triunfo del país del que muy pocos hablan
pero que ha demostrado la importancia de liderar respuestas globales en el
contexto europeo como está haciendo el presidente Pedro Sánchez.
Un acuerdo que se ha materializado ayer en una reunión de la Vicepresidenta Teresa Ribera y el ministro de Medio Ambiente portugués con la Comisión Europa estableciendo un precio máximo de 50 euros megavatio hora, reduciendo sustancialmente la factura de la luz, reforzando la protección a los consumidores.
La voluntad de alcanzar un gran acuerdo con unidad para responder a este nuevo desafío haría imprescindible, en un país y una democracia consolidada como la nuestra, contar con el apoyo del principal partido de la oposición. Daríamos un ejemplo a la ciudadanía de que somos capaces de dejar al lado nuestras diferencias para trabajar por el interés general por encima de cualquier otra cuestión.
El Gobierno y el PSOE hemos puesto todo de nuestra parte para lograrlo,
alcanzando acuerdo con agentes sociales y económicos y tendiendo la mano a
todas las formaciones políticas para sumar la voluntad, las ideas y el esfuerzo
de todos para mitigar los efectos y las consecuencias de la guerra de Putin. Un
Plan Nacional que busca proteger a la ciudadanía, garantizar suministros y
bajar precios de combustibles y electricidad, con medidas específicas para
ayudar al sector del transporte, subidas de un 15% del Ingreso Mínimo Vital,
ampliación del bono social eléctrico a más familias, la rebaja mínima de 20
céntimos en cada litro de combustible o ayudas para los sectores de
agricultura, ganadería y pesca.
Ahora es el PP el que debe decidir qué hacer, demostrar que ha cambiado y que se suma a un gran acuerdo de país o seguir primando sus intereses partidistas sobre los intereses generales, de nuestras pymes, autónomos y empresas, y de los sectores más afectados de nuestro tejido productivo. A menos de un día para apoyar y votar la convalidación en el Congreso de los Diputados del Real Decreto que contienen las medidas para dar respuesta a las consecuencias económicas y sociales de la guerra aún no han dicho qué van a hacer. El PP de Feijóo solo tiene dos opciones, sumarse a una mayoría que trabaja con acuerdos para defender a nuestro país o continuar oponiéndose a todo con irresponsabilidad y ausencia de patriotismo. ¿Ni una guerra nos hará entendernos?