'National Geographic' recomienda visitar una capital de provincia española: "Vale la pena"
Se centra en uno de sus museos.
La prestigiosa revista National Geographic ha incluido a la ciudad de Cáceres entre las recomendaciones que hace a los estadounidenses para viajar por el sur de Europa.
La publicación ha dado una serie de consejos a la hora de hacer turismo en Italia, España, Grecia y Francia entre las que incluye pruebas de COVID-19, certificado de vacunación y paciencia.
En cuanto a España en concreto, la revista explica que se necesita todo eso y, además, completar un cuestionario de salud dentro de las 48 horas posteriores a la salida.
En este sentido, explica que el turismo en España es “un poco menos social” que antes y que cualquiera que venga buscando fundamentalmente vida nocturna o conciertos saldrá “decepcionado”.
“Pero los visitantes a los que les gusten las actividades al aire libre encontrarán que hay mucho que explorar”, destaca National Geographic. Al hilo de eso, recomienda una “ruta de senderismo inspirada en El señor de los anillos” de más de 120 kilómetros de recorrido en la sierra de Madrid.
Y, sobre todo, destaca que “vale la pena visitar la ciudad medieval de Cáceres, sede del recién inaugurado Museo Helga de Alvear y que “muestra una parte impresionante de la extensa colección del marchante de arte, que incluye obras de Louise Bourgeois, Wassily Kandinsky y Pablo Picasso”.
No es la primera vez en los últimos meses que una publicación extranjera recomienda una escapada a Cáceres. Por ejemplo, el prestigioso periódico económico británico Financial Times incluyó entre su selección de “descubrimientos de viajes de 2020” a la ciudad, a la que describía como “medieval y fantasma” porque el autor del artículo, Tim Moore, apenas encontró gente por la calle durante su visita del pasado verano.
“Cáceres floreció en la Reconquista, un puesto de avanzada de riqueza y esplendor en la provincia más pobre y rústica de España, y permanece en un estado de desarrollo detenido”, se podía leer en el artículo, donde el autor expresaba su sorpresa porque en cada ventana había rejas como de mazmorras, arcos en cada puerta y escudos de armas por todas partes.
“Y no había ni un alma a la vista, los callejones vaciados por la doble dosis de desolación de la siesta y una pandemia”, decía Moore, que subrayaba que había conocido otros “pueblos fantasmas” pero ninguno con el “ambiente místico y cautivador” de Cáceres.