Najwa Nimri: "Todo lo que acabe con ismo no me interesa porque no tengo fundamento ni argumento"
La actriz y cantante habla sobre sus proyectos y de Zulema Zahir, su personaje en 'Vis a Vis'.
Najwa Nimri (Pamplona, 1972) viene del primer día de rodaje de la cuarta temporada de Vis a Vis(FOX). Llega con media hora de antelación a la cita, magullada, con ropa deportiva, despeinada y sin maquillar. Ha habido un malentendido y ha fallado la coordinación. Tendría que haber salido preparada del set, pero nadie la avisó de que el equipo de maquillaje y peluquería la estaba esperando. Si hubiese sido otra clase de diva, habría cancelado la entrevista en ese mismo momento, tal y como le aconseja su representante.
Pero no lo hace. "No os voy a dejar tirados", afirma rotunda. Hace un par de llamadas, pide un estuche de maquillaje a una de las chicas que gestiona la madrileña Sala Equis, el lugar en el que hemos quedado, y se acicala ella misma. Se pone un vestido que lleva de urgencia en la mochila y se calza unos botines de tacón. "Estoy lista", exclama sin sentirse del todo a gusto con el resultado. La entrevista empieza con media hora de retraso, pero empieza, al fin y al cabo.
Este lunes 11 de junio se emite en FOX el último capítulo de la tercera temporada de Vis a Vis y la producción de Globomedia acaba de comenzar la grabación de la cuarta. Quieren aprovechar el tirón de haberse convertido en una de las series más vistas de las cadenas de pago, como indican los medidores de audiencia.
¿Cómo ha comenzado el rodaje de la cuarta temporada?
A golpes. Con entrenamientos severos. Por todo lo que estoy recibiendo, creo que la cuarta va a ser una maravilla pero se está recrudeciendo todo. Vamos a más y cada vez más duro. Solo he leído tres capítulos pero los guiones me han encantado. Creo que va ser la mejor temporada. Pero por lo que me han dicho y me han avanzado en rodaje, va a ser heavy. Da un poco de miedo.
En cada temporada se ha visto una faceta diferente de tu personaje. ¿Qué te gustaría que se viese a Zulema?
Nunca me había visto en un embolado así, en el que van pasando los años y vas creciendo como personaje. Al principio empiezas a apuntar lo que no quieres y dialogas con los guionistas y con la gente que tienes alrededor que ha confiado en ti y así vas construyendo al personaje y dirigiéndolo hacia donde quieres ir.
Nosotros siempre quisimos con Zulema algo bastante arquetípico y de cómic, que tuviera un dibujo muy claro, muy icónico. A fin de cuentas, sin el villano no hay cómic.
La apuesta era hacer un personaje sin necesidad ni ánimo de redención, que no pidiera disculpas, es decir, hacer un persona a la que odiara todo el mundo. Y desde esa libertad de no intentar caer bien a nadie ni gustar construimos un personaje con todas las pautas que se han visto. Lo más importante es que con Zulema se ha respetado esa máxima: no intentar gustar. Y desde ahí es donde al final hemos gustado, pero en ningún momento hubo esa intención.
Y ¿qué opinas de tu personaje? Si te la cruzases, ¿crees que te llevarías bien con ella?
Procuraría no tratar con ella. Nunca me lo había planteado, es una persona que va muy a saco, en un momento además en el que la moralidad se ha perdido de una manera muy heavy, no hay código de ningún tipo...
Creo que si me encontrase con Zulema hay algo de ella que sí me gustaría mucho, que es su nivel de no miedo, de que no le da miedo mirar a los ojos a la gente y se queda con quien le apetece y con quien no, no. Pero, para esta mujer la libertad dejó de ser algo bonito y algo bueno. Hasta el sueño ese que tiene está corrompido. Habría algo fascinante en mirarla en un primer momento y luego si te he visto no me acuerdo.
Cuando empezó la tercera temporada dijiste que te había costado mucho hacerte con el personaje porque venías de un registro completamente diferente. Ahora con la cuarta, ¿te ha vuelto a pasar?
Sí, de hecho, todavía no estoy. Me pasa una cosa así como por el cuerpo, me entra cansancio... En los ensayos estoy como a medio fuelle, porque la de Zulema es una energía muy densa. Más que densa, pesada. Entonces cuando ya me visto pienso: "Buff, esta pesadilla otra vez". Pero dicen acción y ya me lanzo. Luego me lo paso bien.
¿Y al revés? ¿Te cuesta soltar el personaje, quitarte a Zulema de encima y volver a ser Najwa Nimri?
Tengo un hijo, entonces a diario es fácil. Vuelvo muy rápido porque él enseguida me baja. Me dice: "Uy, qué miedo" y se me pasa. Entonces, gracias a que tengo un hijo, todo es fácil. Relativizo rápido.
Pero sí, me cuesta. En realidad, soy mucho más dulce y más suave. Cuando acaba la temporada tengo que ir a un entorno natural, pegarme unos baños, echarme unas risas y así hasta que me sacudo a Zulema.
Aunque en esta ocasión tampoco me lo podía sacudir completamente porque sabía que el periodo entre tercera y cuarta no era muy largo. Entonces he estado medio boxeando y sin salirme del todo del personaje, porque si no, desconecto.
¿Qué significa el apodo de El elfo del puto infierno? Lo hemos oído varias veces tanto en la serie como en la vida real. ¿De dónde viene?
Esa fue una frase que dije porque en un capítulo llega una reclusa nueva y suelta: "Ese peinado, ¿de dónde te lo has sacado, del elfo de El señor de los anillos?". Y yo le respondo: "No, soy el elfo del puto infierno, ¿te gusta?". Y ahí se quedó. Empezaron a tuitearlo y se quedó como una frase emblemática. Y ser el elfo del puto infierno es bastante gracioso. Sí, la verdad me encanta. Es la típica cosa que podría contestar yo.
Vis a Vis está siendo un rodaje muy duro. ¿Recuerdas alguna secuencia que te haya resultado especialmente difícil?
Todas en las que hay pelea. Por ejemplo, la secuencia en la que Altagracia me pega. Esa pelea la han dejado muy corta, pero ahí me llevé lo más grande. Porque a la porra se le fue el foam (el plástico que recubre la imitación de la porra de policía), y me llevé dos golpes con la barra de plástico dura. Luego lo que sale en metraje es muy poco, pero te tiras todo un día haciendo una pelea. Te acaban cayendo. Hay muchos días duros porque no tenemos extras para las peleas, hacemos lo que hacen los especialistas.
Durante toda tu carrera como actriz has hecho fundamentalmente cine. ¿Cómo está siendo mantener un personaje durante tanto tiempo?
Una maravilla, para empezar tengo horario por primera vez en mi vida. No he tenido horario nunca, desde los 19 años. Nunca he vivido una rutina y tenerla ha sido lo más. Me ha parecido muy guay y más teniendo familia. Saben cuándo vuelvo a casa y cosas así, que parecen muy normales pero las bendigo.
Ahora estás llegando a un tipo de público muy diferente al que estás acostumbrada. ¿Ha cambiado en algo tu relación con los fans?
Básicamente es que tienen 25 años menos. Las posibilidades de que con 46 años la petes con un personaje y conectes otra vez con la gente joven, y con joven me refiero a gente 25 años menor que yo, pues son muy improbables. Es decir, puedes ser una persona famosa que los niños recuerdan porque sus padres son fans, pero que se enganchen a algo que estás haciendo es complicado. Según mucha gente, es algo que no tiene valor porque es consumo rápido pero para mí tiene todo el del mundo, porque lo hemos vuelto a conseguir.
Además, sabes esquivar bien a los haters.
Los hateo yo más que ellos a mí. A mí me han insultado mil veces en Twitter, y en todo, pero me meto a insultar también. No tolero que me troleen. Si por redes te pones a bajarme de la burra te voy a crujir. Porque tengo cabeza. Me pongo a indagar en todo lo que tienen, me pongo a husmear hasta trolearlos a muerte. Pero vamos, que me han hecho de todo. Lo que pasa es que los pongo a raya.
En redes solamente hago defensa propia, defensa personal y comento cosas que me interesan. Lo que no hago es meterme en temas polémicos o políticos. Todo lo que acabe con ismo no me interesa porque no tengo fundamento ni argumento.
¿Qué opinas de estos tiempos en los que siempre hay que ser políticamente correcto?
Me parece fenomenal que todo sea políticamente correcto. Nunca he opinado sobre nada. Mis opiniones no han salido en ningún sitio porque nunca las doy. No digo lo que opino sobre la política interna, externa, feminismos, machismos, sobre nada. Nunca.Jamás he dado una opinión. Ni cuando los terroristas, ni cuando los etarras, ni cuando PP, ni cuando PSOE.... Me importa un bledo y jamás voy a opinar.
Y te aseguro que he tenido momentos puntuales en los que he tenido que morderme la lengua. 11M, 11S... Por árabe y por vasca me lo han puesto muy fácil para hablar y muy complicado para no hacerlo. Me han llamado de periódicos importantes para que opinase.
Y no, no, no. ¿Dónde, en Twitter te vas a poner a decir lo que piensas? ¿Sobre qué? ¿Sobre Gaza? ¿Sobre cómo se cargan a la gente? ¿Sobre qué puedes dar tu opinión? ¿Sobre lo que pasa realmente en el mundo? Eso lo hablo con la personas que sé que puedo hablarlo. No es políticamente incorrecto o correcto. Creo que estamos en un momento en el que, literalmente, si quieres hacer algo lo tienes que hacer en secreto. No creo en los movimientos de puertas afuera.
Está bien que parte de la sociedad se movilice y tener la satisfacción que te da el saber que hay gente que todavía sale a la calle y expresa su opinión. Por desgracia, creo que la cosa no está para dar opiniones.
Hablemos de cine. En otoño se estrenan dos películas en las que has trabajado. Quién te cantará, de Carlos Vermut, en la que eres protagonista, y El árbol de la vida, de Julio Médem. ¿Cómo ha sido trabajar con Vermut?
Es como si te toca el Gordo de la Lotería y después te vuelve a tocar el Gordo de la Lotería. Pues así me siento, así lo estoy viviendo. Me ha pasado con Vis a Vis y me ha pasado con este regalazo de película.
Quién te cantará, que se estrena el 26 de octubre, es para mí La Película. Y espero que este cineasta haga muchas más porque quiero verlas todas. Y me importa un bledo si estoy en ellas o no. Solo quiero seguir viendo lo que hace.
Y después, el 1 de noviembre, Julio Médem. No hablo con tanta pasión de él porque ya lo conozco. Pero también lo quiero mucho.
¿Y cómo ha sido volver a ponerte bajo su dirección, la de Julio Médem? [Trabajaron en Los Amantes del Círculo Polar, Lucía y el sexo y Habitación en Roma]
Muy bien, pero venía después de Vermut. Me encantó volver a estar con él. Lo que pasa es que es como volver con un novio... Estos directores son autores y es maravilloso trabajar con ellos. Pero tienen su propio mundo y eres tú la que tienes que meterte en él. Ha sido maravilloso otra vez, pero ya le conocía.
¿En qué quedó Drac Pack, la obra de teatro que escribiste y que estuviste representado con Alba Flores y Anna Castillo?
Volvemos. Estuvimos haciéndola un año. Nos ofrecieron quedarnos en Gran Vía y no quisimos. Las tres estábamos desbordadas de trabajo y no lo pudimos compaginar. Ahora pensamos que es una gran cagada porque económicamente hubiésemos solventado todos nuestros problemas... Y retomaremos, aunque de otra manera.
Además, estás preparando un disco de techno, ¿puedes contarnos algo?
Desde antes de empezar la tercera temporada de Vis a Vis he estado escribiendo. Son como letras de hiphop en las que me pongo muy honesta y muy sarcástica, rollo Zulema. Pero desde Serrano, porque yo vivo en Serrano.
Entonces, tengo un disco que se llama Donde rugen los volcanes, que no es precisamente de mis discos más conocidos, pero es uno de los que más orgullosa estoy. Es en castellano y es techno. Pero nunca llego al baile del todo. Y siempre he estado intentando unir la voz con la línea horizontal, es decir, con que no te miren en el escenario, que esté la gente a su bola bailando, franja cuatro de la mañana.
Lo que busco es estar ahí, amenizando el espacio y susurrando a la gente una monserga de lo que verdaderamente pienso, lo políticamente incorrecto de lo que hablábamos antes. Le envié las letras a Architectural un tipo de techno del sello de Óscar Mulero. Es una pasada el tío.
Y estamos haciendo una cosa que no sé si tiene el menor interés pero estoy muy entregada. Espero que salga en septiembre o en octubre. Es un disco casi hablado y va a ser para pincharlo, para actuar, ir con un micro y unas luces sincronizadas... Y que la gente lo pase bien.
¿Y es en castellano?
Ahí está la gracia. En enfrentarte a tu idioma y en que la gente te entienda. Si cantas en inglés, la mitad de la gente pasa de ti.
Pero después de Donde rugen los volcanes dijiste que no querías sacar más discos en castellano. Además, has hablado varias veces de las diferencias de cantar en inglés y castellano.
Cantar en castellano es mucho más difícil. Para mí sí. No digo que lo haga mejor o peor. Solo digo que es mucho más difícil por la sonoridad del castellano. Además, cuando hago un disco no estoy interpretando un personaje. Estoy hablando de lo que me interesa. Y en Donde rugen los volcanes eran movidas oníricas. Y te arriesgas a que la gente diga "qué flipada ésta". Entonces, al cantar en castellano te enfrentas al rechazo.
Y lo que me pasó con ese álbum fue que en Warner no lo entendieron. Me apoyaron a muerte pero jamás creyeron en el disco. Y cuando cantas en castellano esperas comunicarte. Y probablemente cuando dije eso fue porque no me sentí entendida. Quiero decir que no veía mucho apoyo. Pero de los discos que más orgullosa me siento es de los dos que tengo en castellano.
Tu relación profesional con Carlos Jean ha pasado por varias fases. En una ocasión contaste que al principio tuvisteis un choque importante de egos. ¿Cómo fue esto?
Carlos y yo siempre tenemos choques porque somos la antítesis, somos dos personas muy diferentes. Funcionamos muy bien en el estudio y le quiero muchísimo. Pero tuvimos una experiencia brutal con el primer álbum y ahí ya chocamos. Por eso Till it breaks (hasta que se rompa) se llama así, en plan mofa.
¿Cómo estáis ahora?
Nuestro punto es el de siempre. Somos amigos y nadie descarta que volvamos a hacer colaboraciones, pero yo estoy haciendo el disco sin él. Me sigue llamando, me lanza la caña... Pero él también está haciendo sus producciones.
Cuando tienes que explicarle a alguien a qué te dedicas, ¿qué dices? Porque haces tantas cosas...
Me encantaría decir I am just a little girl (solo soy una pequeña niña) —esta es una frase de la canción Crime, del disco Till it breaks—, pero ya no soy girl anymore (ya no soy niña)... Cuando tengo que rellenar formularios de cualquier tipo sigo poniendo estudiante, que mi profesión es estudiante. Es que si dices actriz, modelo y cantante pierdes toda la credibilidad.