La locura en Qatar: lluvia de goles, Brasil y Portugal no fallan y CR7 desatado reclamando un gol que no es suyo
Las dos, junto a Francia, son las únicas ya clasificadas para octavos al final de la segunda jornada.
El día más absurdo y a la vez, divertido de contar. Hubo goles, juego, desvarío y hasta un espontáneo reclamando derechos LGTBI (y notoriedad) en Qatar. No está mal para empezar la semana...
Este lunes, noveno día del Mundia, ha terminado la segunda jornada de grupos. Y de las 32 solo hay 3 selecciones que pueden respirar. Francia, desde el sábado, y desde esta noche, Brasil y Portugal. Ya están en octavos, a falta de decidir si como primera o como segunda.
Pocas certezas deja un torneo tan caótico como el de 2022, pero entre lo que sí, algo tan obvio que a veces se olvida. Brasil es Brasil y con poquito que haga le suele valer. Y otra, CR7 es como El Cid en versión futbolera. Solo con pisar el césped impone. De hecho, hoy se habla mucho de él sin necesidad de haber marcado un gol que él sigue reclamando como suyo. El típico ‘la toqué con el pelo’ que solo pueden argumentar los que disfrutan de pelazo... Pero anécdota aparte
El alma portuguesa y el fogonazo de talento de la canarinha fueron lo más relevante de una jornada que comenzó bellísimamente absurda, con una lluvia de goles en los primeros actos.
Camerún 3-3 Serbia
Con partidos así cuesta menos madrugar futbolísticamente. El lunes comenzó con una fiesta del gol y el fútbol enloquecido en el partido, hasta entonces, más animao del torneo.
Las cosas del balompié, domina Serbia y la que marca es Camerún a la primera que tiene. Corría el 28′ y Castelletto adelantaba a los africanos para pasmo de los balcánicos, que solo reaccionarían en el último instante del primer tiempo. ¡Y cómo!, porque en un suspiro se pasó del 1-0 al 1-2 aprovechando la endeblez camerunesa atrás y el poderío de los atacantes europeos.
Pintaba bien el partido para Serbia y más cuando en el 5′3, tras una jugada colectiva, Mitrovic hacía el 1-3. Pero como antes, todo cambió en un puñado de minutos. Aboubakar se puso al mando de Camerún para marcar y regalar el empate a Choupo Moting. 3-3 y 20 minutos (más el descuento de SOLO seis minutos) para romper el empate. Porque a estas alturas determinados empates suman muy poco, especialmente para las dos derrotadas del primer día en el Grupo H. Pero en el continuo ir y venir del balón faltó el acierto de antes y todo quedó en tablas.
Corea 2-3 Ghana
La fiesta del gol siguió celebrándose en el turno de ‘comida’. Fueron cinco y otros tantos que se quedaron por el camino en uno de esos partidos que gustan más al espectador que a los entrenadores. Y en el caos reinó, esta vez sí, la Ghana de un Iñaki Williams que sigue compactándose a su nueva selección.
Corea reventó muchos de los cánones del fútbol de hoy en día y pasó del toque-toque-toque a bombardear el área africana, con un Kang-in Lee como revulsivo desde el banco. Dos de esas las cazó Cho en un doblete casi instantáneo para responder a otros dos zarpazos que Ghana había asestado en el primer tiempo, con Ayew en calidad de asistente y Kudus como estrella.
El empate servía de muy poco para Ghana, especialmente tras haber ido 0-2 arriba, así que las estrellas negras optaron por su única opción, ir a todas a por la victoria. Y entre Williams y Kudus llegó el 2-3 en el 67′ que parecía de todo menos definitivo, vista la ansiedad surcoreana. El asedió duró hasta el 100′. Media hora de constante ofensiva por todos los medios, pero nada sirvió y Corea tiene pie y medio en el avión de vuelta a casa, mientras Ghana gana enteros para verse en octavos.
Brasil 1-0 Suiza
La canarinha mostró lo mejor y lo menos bueno de una selección hecha para ganar el Mundial. Pero un poco de Brasil es mucho y con solo un poco valió para ganar a la siempre dura Suiza, uno de esos equipos a evitar en todo sorteo y no precisamente por el brillo de su juego.
Esta vez, lejos de resistir agazapada a la espera de una oportunidad, los europeos llegaron a dominar el partido y a meter el miedo a Alisson. Fue en la segunda mitad, cuando ambos ya se habían medido en un primer tiempo de tanteo y una clara ocasión de Vinicius. Pero Suiza quería su cuota de protagonismo y acumuló ocasiones cerca del área brasileira. El problema es que este equipo tiene tanta seriedad en el bloque como poca capacida de ‘matar’ partidos. Y si le perdonas a Brasil la historia está casi contada.
También perdonaron los de Tité, que echaron de menos a un Neymar entre algodones. El gol llegó en el 63′ con una acción soberbia de Vinicius (nada que ver con el jugador de hace dos-tres años) pero quedó anulado por fuera de juego de Richarlison.
El de verdad llegó rato después, con una combinación de ‘adn madridista’ entre el propio Vini, Rodrygo y Casemiro, que aunque esté en el United no olvida de donde viene. Y en un fogonazo de tres toques, su tiro acabó rozando en Akanji, que desvió el balón y dejó vendido al meta Sommer. Sin podería suizo para remontar, Brasil acabó gustándose para irse directa a octavos.
Portugal 0-0 Uruguay
Un precioso correcalles sin ningún sentido pero sí mucha emoción. Así se pasaron los primeros 45 minutos. No hicieron falta ni los goles, con el ritmo era suficiente. Por momentos, Portugal fue un torbellino en ataque, con más velocidad que control. Y por momentos, fue Uruguay la que llevó el peligro.
Hay anécdotas que marcan los partidos y fuese coincidencia o no, la aparición de un espontáneo luciendo la bandera LGTBI en suelo catarí, país que no respeta los derechos humanos, fue el punto de inflexión, buscado o no, porque instantes después llegó el gol. CR7 hizo que tocó un centro chut de Bruno Fernandes y entre que la rozaba y no, engañó al meta uruguayo y dejaba herida de muerte a la sudamericana.
Uruguay se lanzó con todo lo que tiene (y es mucho), pero con más corazón y ansiedad que verdadero acierto, no vio el modo de estrenar su cuenta en Qatar. Extrañamente, un equipo con Darwin Núñez, Cavani, Luis Suárez, Valverde y compañía lleva 0 goles en 180 minutos.
Fernando Santos quiso frenar la sangría atacante uruguaya y sus cambios, tres de golpe incluido Ronaldo, surtió efecto. Con el partido roto, Bruno Fernandes se vino arriba y se provocó y transformó un penalti para matar el partido. Y aún se fue enfadado porque tuvo el hat-trick en un par de ocasiones más.