Mónica Carrillo: "Me descubrí valiente a la hora de narrar escenas sexuales"
La periodista de 'Antena 3' Noticias publica 'La vida desnuda' y habla de "vida privada" y de "vida secreta": "No me importan los titulares de las revistas. No afectan a mi vida cotidiana y no los llevo al drama".
Sus hijos. Así llama Mónica Carrillo (Elche, 1976) a sus novelas. Así que ya es familia numerosa: La vida desnuda es el tercero en nacer. Y pesó bastante: ganó el Premio Azorín 2020.
El libro, publicado el martes 9 de junio, es seguramente su novela más personal. Una obra dramática que entrelaza varias historias.
“Mi gran reto fue crear una historia coral en la que todos los personajes tuvieran importancia, a pesar de que la protagonista, Gala, es la que desnuda a todos”, explica la periodista.
Famosa tanto por su faceta de presentadora en Antena 3 Noticias como por sus libros y sus microcuentos en Twitter, Mónica Carrillo ya ha encarrilado su carrera como escritora. La vida desnuda es la prueba de ello.
Ya hay #microcuentos en este libro. Respecto a ellos, hay dos vertientes: las que te definen como “intensita” y los que ven en ti a la periodista “de la nueva poesía”. ¿Con cuál te identificas más?
No me gustan las etiquetas. Me identifico con una periodista y escritora a la que le gusta comunicar y contar historias. Intento emocionar y pellizcar al lector con esos ‘micropoemas’ y con las novelas intento emocionar y hacer reír.
¿Qué tiene un microcuento para llegar a tanta gente en Twitter?
Creo que consigo ponerle palabras a sentimientos y emociones incapaces de verbalizar. De una manera tan escueta, disparo con pocas palabras.
Leyendo tus libros, ¿se puede decir que coqueteas con la tristeza para escribir?
No, reflexiono sobre la vida, que se compone de momentos agridulces. Te puede tratar bien a ratos, pero en la manera en la que te enfrentes a ello es muy importante. Por ejemplo, ahora que ha fallecido Pau Donés, se puede decir que fue un ejemplo de entereza por la manera en la que encaró el cáncer. La vida hay que capearla y vivirla. Me paseo por las emociones. También tiro de sentido del humor para desdramatizar.
Y además lo tienes, al menos en los Informativos de Antena 3 se nota. Puede que Matías Prats, con el que presentas, te arranque alguna risa...
Nos parecemos bastante, compartimos mucho el sentido del humor, siempre con respeto. Obviamente no es lo mismo que en otro formato, pero aporta cercanía, normalidad, no resta ni credibilidad ni formalismo, al contrario, conectas con el público. Es naturalidad.
Hablemos de naturalidad. Eres, quizás, una de las escritoras del momento que mejor describe las escenas sexuales en los libros.
(Ríe) Me lo tomo como un piropo. Me gusta ser natural en todo y me descubrí valiente a la hora de narrar escenas sexuales porque he reflejado todo. He podido quitarme la coraza del informativo e intentar ser lo más libre, escribo con mucha libertad para hacer ficción.
La gran cuestión de los autores: ¿escribes para ti o para tu público?
Escribo para ser leída. Al principio sí escribía para mí, cualquier autor lo hace aunque sea por pura necesidad, pero se crea un vínculo especial con el lector. La escritura es un ejercicio de intimidad y la lectura también es muy íntima, de ahí el vínculo, porque parece que te conozcan. Las emociones son el hilo invisible que nos une a todos. No somos tan especiales, y lo digo en el buen sentido de la palabra, nos parecemos mucho.
Empiezas La vida desnuda hablando de la culpa.
Hay secretos desde muchas perspectivas: la culpa, el tabú, la presión social de la educación, la presión familiar... Todos tenemos secretos porque todos vivimos la intimidad de manera excepcional. Lo que para mí puede ser un secreto inconfesable para ti puede ser más liviano, pero los secretos nos afectan y nos componen a todos.
¿Es la culpa incompatible con el sentido del humor?
El sentido del humor no es incompatible con nada, debería estar prescrito por los médicos. Hay que reírse de uno mismo, de las situaciones, es muy terapéutico. La culpa hay que atarla más en corto, no puede traumatizarnos.
Los capítulos los titulas como “vida privada” y “vida secreta”. ¿Cuál es tu secreto inconfesable?
Tengo varios secretos inconfesables que no contaré. Cuando lo compartes con una sola persona, deja de ser un secreto. Reivindico conservar parcelas inconfesables y secretas, el derecho a mantener el misterio, que es positivo.
¿Has llorado escribiendo este libro?
(Seria) Sí. He llorado escribiéndolo y releyéndolo. Me sorprende poder emocionarme con algo que he escrito, ser capaz de leerlo como si no hubiese sido mío. Sin haberlo vivido porque es ficción. Las escenas con la protagonista me llevan a mis abuelos, a mi infancia, mi niñez.
No lo has vivido pero remueve tu infancia, así que parece un libro muy personal...
La sensación de que sea personal es por hablar de emociones en primera persona, parece que esté contando mi vida. Es un gran halago que haya momentos en los que se pueda pensar que yo he vivido momentos así.
Cuando hablas tanto del miedo, ¿a qué te refieres? ¿Miedo a qué?
El miedo a que a uno le digan lo que le pasa cuando no sabe qué le pasa, sobre todo en las cuestiones emocionales, cuando alguien lo esta pasando mal. Además, hay un tabú con el tema de las cuestiones mentales que se va rompiendo, gracias a que los jóvenes las viven con más naturalidad. Igual que alguien va al médico cuando le duele una rodilla, cuando te sientes mal emocionalmente también hay que ir a un especialista.
Tus libros son algo dramáticos. ¿Vivimos instalados en el drama?
Depende. Toleramos poco la frustración y el dolor. Eso puede hacer que cuando nos golpea la vida, aunque sea de manera leve, no lo aceptemos bien. Tenemos comportamientos de sociedad caprichosa. No convivimos bien con los noes.
Retomando aquello de “vida privada” y “vida secreta”. ¿Cómo toleras titulares de revistas que juegan con tu vida privada? Supongo que se te vendrá a la mente alguno.
Sí, se me viene uno. Antes de ser conocida siempre había sido muy reservada. He tenido muy marcada la vida pública, la privada y la secreta. Al principio, al ser conocida, fue un gran proceso que viví, lo del hecho de poder suscitar interés mas allá de mi trabajo. No me importa, no siento invadida mi intimidad, no me afecta mi vida cotidiana, no lo llevo al drama. Es algo con lo que hay que vivir.
Frases de Mónica Carillo que merecen una explicación:
Real como la vida misma. Las personas que van pasando por nuestras vidas nos dejan vivencias, te van conformando como persona, pero puedes dejar de amarlas.
La felicidad empieza en uno mismo, en cómo se plantea la vida y afronta las situaciones. La pareja es importante, pero no ha de ser tan determinante. No quiero banalizar con la idea de que uno no es feliz porque no quiere. Lo de ‘no estés triste o no te deprimas’ hay que dejarlo aparte cuando se convierte en un problema que hay que tratar médicamente. La depresión hay que tratarla y no es una cosa de actitud. Hablo de que hay que proponerse encontrar la armonía contigo mismo. Así es más fácil encontrarla con los demás. Es algo que se ha visto en este confinamiento.
Al miedo a la pérdida y a un falso concepto de posesión. Ni siquiera responde a un hecho real, se sufre por algo que no existe.
(Ríe) Todos tenemos esa parte de mirarnos el ombligo por naturaleza, pero hay que mantener el ego firme y la forma de hacerlo es mirar alrededor y empatizar. Eso hace que tomemos perspectiva, que seamos más generosos y nos quitemos importancia. Es difícil. Sino, no habría tantos libros hablando de emociones.