Miles de solicitudes de última hora de descendientes de judíos sefardíes para lograr la nacionalidad española
Hasta este lunes, cuando acaba el plazo tras cuatro años de procedimiento, se han registrado 127.000 solicitudes
El procedimiento abierto hace cuatro años para conceder la nacionalidad española a los sefardíes, los descendientes de los judíos expulsados de la península en 1492, se cierra este lunes con 127.000 solicitudes registradas, la mayoría de ciudadanos de países latinoamericanos.
Encabezan la lista los sefardíes de México, con alrededor de 20.000 peticiones de nacionalidad; seguidos de los venezolanos, con en torno a 14.600; y los colombianos, con 13.600, aunque se han registrado solicitudes desde decenas de países, de Turquía a Estados Unidos, pasando por Israel, apunta a Efe el director general de los Registros y del Notariado, Pedro Garrido.
Fue en 2014 cuando el Gobierno del PP impulsó un proyecto que, como se destacó entonces, buscaba reparar un “agravio histórico” facilitando la nacionalidad a los descendientes de quienes se vieron obligados a emprender el camino de la diáspora hace más de cinco siglos por los edictos de los Reyes Católicos.
La ley, que permitía solicitar la nacionalidad española sin necesidad de residir en España y manteniendo la propia si se acreditaba el origen sefardí y una especial vinculación con España a través del conocimiento de la lengua y la cultura , se aprobó finalmente en 2015 con una amplia mayoría en el Parlamento.
Dificultades
El año pasado se prorrogó un año, hasta hoy, el plazo de presentación de los solicitudes y el pasado septiembre la Dirección General de los Registros y el Notariado decidió simplificar temporalmente alguno de los requisitos exigidos ante las numerosas peticiones.
Había muchos solicitantes con dificultades para conseguir los documentos necesarios, ya que la Federación de Comunidades Judías de España, que podía probar el origen sefardí, estaba saturada y numerosos aspirantes no habían encontrado plaza para los exámenes del Instituto Cervantes que acreditan el conocimiento de la lengua y la cultura.
Se permitió así registrar las solicitudes si se demostraba que se habían iniciado ambos trámites, con el compromiso de aportar en un año la documentación acreditativa de que se han superado.
En el último tramo se ha acelerado exponencialmente el número de solicitudes. Si hasta finales de agosto se habían contabilizado alrededor de 60.000, en septiembre se han registrado 67.000, 11.000 de ellas este último fin de semana.
En la Dirección General de Registros asumen que los despachos y abogados que se han especializado en estos expedientes han alertado del fin del proceso, por el que se calcula que han cobrado entre 1.500 y 5.000 euros.
Aunque durante la tramitación de la ley se llegó a hablar de la existencia de dos millones de sefardíes en el mundo, la cifra de peticiones no es desdeñable, teniendo en cuenta que el procedimiento exige viajar a España para que un notario acredite el origen sefardí del solicitante.
Una vez concluidos los trámites, el juramente de la nacionalidad ya puede realizarse en el consulado del país de residencia.
El plazo de resolución de los expedientes, apunta Pedro Garrido, debería ser de un año.