Miles de personas reivindican la unidad de España en Barcelona
La manifestación del 12 de octubre llena el centro de la capital catalana por segundo año consecutivo.
La manifestación del 12 de octubre en Barcelona, antes residual, ha vuelto a ser masiva por segundo año consecutivo. Decenas de miles de personas –300.000, según la organización, 65.000, según la Guardia Urbana– se han manifestado en la capital catalana y han colmado la plaza Catalunya, un espacio que hasta hace poco no se conseguía llenar para el Día de la Hispanidad.
La fiebre de banderas que se vive en Barcelona ha tenido este viernes su réplica españolista, en una manifestación que ha mezclado a gentes de todas las edades y procedencias en un ambiente festivo. Una mayoría de familias, gente mayor y jóvenes ataviados con rojigualdas han compartido concentración junto a una minoría de ultras que lucían cruces celtas y símbolos preconstitucionales.
La concentración ha contado con el apoyo de Ciudadanos, PP y Vox, que han mandado una nutrida representación de sus cargos más destacados. Por parte de Ciudadanos estaban Inés Arrimadas, Carlos Carrizosa y José María Espejo-Saavedra, entre otros. En representación del PP se ha visto a Xavier García Albiol y a la exministra de Sanidad, Dolors Montserrat, mientras que Vox ha mandado a su secretario general, Javier Ortega. El líder del PSC, Miquel Iceta, no ha acudido a la manifestación.
Antes de que empezara la concentración, tanto Arrimadas como Albiol han condenado la reprobación al Rey aprobada el jueves en el Parlament y han instado al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a convocar elecciones. "Los que deciden los Presupuestos son los que quieren romper España", ha señalado la líder de Ciudadanos.
"Es la segunda vez que salgo a la calle con una bandera de España", explicaba Rosa Mateu, una joven de 28 años. "Y seguiré haciéndolo las veces que haga falta". Muchos de los manifestantes consultados este viernes aseguraban que habían salido a la calle de manera reactiva al independentismo. "Hace unos años ni se me hubiese ocurrido venir al 12-O", remachaba esta mujer.
Entre los manifestantes había muchos ciudadanos llegados desde fuera de Cataluña. Amparo Espinosa y su marido, Paco, explicaban que habían aprovechado el puente de tres días para venir a la manifestación y pasar unos días en el Empordà. Otros habían llegado desde Zaragoza y la Comunidad Valenciana.
Banderas españolas, de Tabarnia, Carlistas y de la Guardia Civil formaban la ensalada de enseñas. También se veían camisetas de la operación Copérnico –el operativo policial desplegado contra el referéndum del 1-O– así como pancartas a favor de la equiparación salarial en los cuerpos policiales. "Hay que demostrar que no somos cuatro gatos joder", respondía José, un policía nacional manchego que vive en Barcelona desde hace 3 años. "Esto es increíble", añadía emocionado.
La jornada en Barcelona se anticipaba convulsa, con hasta cuatro manifestaciones convocadas durante la mañana del viernes. A parte de la concentración organizada por Societat Civil Catalana y 150 entidades civiles más (la más concurrida), la extrema derecha se ha manifestado en Montjuic y los CDR en el barrio de Sants. A pocos metros de la manifestación principal había convocada una marcha antifascista, que ha reunido a unas 1000 personas y que ha sido aislada por los Mossos d'Esquadra para que no coincidiera con la marcha españolista. Sobre las 14 h del viernes, no se había registrado ningún incidente destacado.
La concentración ha transcurrido de manera festiva por el Paseo de Gracia hasta llegar a la Plaza de Cataluña, donde ha habido los discursos de los organizadores. La marcha ha discurrido con gritos a favor de España y pidiendo el encarcelamiento del expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont. Tras el paso de las banderas y los manifestantes desfilaban inmigrantes sudamericanos bailando danzas tradicionales.
En Plaza Catalunya se han escuchado los discursos para culminar la concentración, donde el actual presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha sido el blanco de la mayoría de críticas. Manuel Miró, de SCC, ha instado a Torra a "no hablar en su nombre" y le ha pedido que empiece a Gobernar. El vicepresidente de España i Catalans, Javier Megino, ha reclamado "ni olvido ni perdón" para los políticos catalanes que organizaron el 1-O y ha pedido para ellos "largos años de prisión".