Miles de personas dan el último adiós a Benedicto XVI en la plaza de San Pedro del Vaticano
Cerca de 50.000 fieles han asistido a una homilía atípica, encabezada por el papa Francisco y en la que ha destacado que la Iglesia debe "seguir sus huellas".
Un funeral diferente a los que se han producido en el Vaticano en los últimos siglos. Cerca de 50.000 fieles han despedido al papa emérito Benedicto XVI a las puertas de la basílica de San Pedro y con el papa Francisco presidiendo el funeral.
Eran las 08.50 horas cuando un grupo de doce sediarios, los antiguos portadores de la Silla Gestatoria de los Papas, han llevado a hombros el féretro con los restos del pontífice germano hasta el altar preparado para el acto.
El papa Francisco ha llegado casi 30 minutos después de que el diera comienzo el funeral y lo ha hecho con una imagen habitual en los últimos meses, en silla de ruedas, por los dolores que sigue sufriendo en su rodilla derecha que le dificultan la movilidad.
Al no ser un papa “reinante”, el funeral no ha contado con algunos elementos que han compuesto las ceremonias solemnes de otros pontífices. Se han eliminado las súplicas finales de la Iglesia de Roma y de las Iglesias orientales de la liturgia fúnebre y también se han cambiado todas las lecturas de la liturgia de la Palabra respecto a las del funeral papal, así como todas las oraciones utilizadas.
El papa Francisco insta a la Iglesia a “seguir sus huellas”
El papa Francisco ha dejado un discurso muy emotivo con el que ha recordado el trabajo de Benedicto XVI al frente de la Santa Sede y ha reivindicado su “búsqueda apasionada” por comunicar el Evangelio y ha instado a la Iglesia a “seguir sus huellas”.
El pontífice ha encabezado una homilía que se ha celebrado, además de con las personas que se han acercado hasta la ilustre plaza de San Pedro, junto a 120 cardenales, cerca de 400 obispos y casi 4.000 sacerdotes.
“También nosotros, aferrados a las últimas palabras del Señor y al testimonio que marcó su vida, queremos, como comunidad eclesial, seguir sus huellas y confiar a nuestro hermano en las manos del Padre: que estas manos de misericordia encuentren su lámpara encendida con el aceite del Evangelio, que él esparció y testimonió durante su vida”, ha destacado durante su discurso.
El papa Francisco solo ha nombrado en una ocasión a Benedicto XVI y lo ha hecho para destacar que ha sido un “fiel amigo del Esposo (Dios)”. Algo que contrasta con las ocho veces que el papa emérito nombró a Juan Pablo II en la misa de exequias de 2005.
El acto se ha cerrado con un rezo del papa Francisco frente al féretro de Benedicto XVI a las puertas de la basílica de San Pedro, justo antes de que los 12 sediarios hayan llevado los restos del papa emérito al interior de la basílica.
En la ceremonia ha participado la Reina Sofía en representación de España, acompañada por el ministro de la presidencia, Félix Bolaños, y la embajadora de España ante la Santa Sede, Isabel Celaá.
Al no tratarse de un funeral de Estado, solo son dos delegaciones oficiales; las de Italia y Alemania, país natal del difunto, si bien también han acudido autoridades de otros países, pero a título personal como el rey Felipe de Bélgica y su esposa Matilde, o el presidente de Polonia, Andrzej Duda, entre otros.