Una May acorralada por las dimisiones y la oposición defiende su acuerdo para el Brexit
"Reino Unido va a ser un Estado independiente una vez más", ha asegurado este jueves en el Parlamento británico.
"Reino Unido va a ser un Estado independiente una vez más". Así de contundente se ha presentado la primera ministra británica, Theresa May, ante el Parlamento británico. Necesita sonar así, fuerte y segura, porque tiene ante sí el difícil reto de convencer a toda la Cámara de que el borrador del acuerdo para el Brexit es el mejor que se podía alcanzar. Sus palabras han quedado debilitadas por una realidad: antes de pronunciarlas tres ministros, incluido el del Brexit, Dominic Raab, habían anunciado su dimisión. Mientras hablaba, una cuarta anunciaba su salida.
Pero ella ha continuado con su speech, intentando sonar convincente. Sin embargo, entre rumores de una moción de confianza en su contra, la líder conservadora ha provocado las risas de los diputados al cantar las virtudes del borrador, del que ha advertido que no es el acuerdo final, y al afirmar que el texto permitirá que el Reino Unido salga del bloque comunitario "de manera fluida y ordenada" el 29 de marzo de 2019.
May ha defendido que "hubiera formado parte de cualquier acuerdo" el plan para evitar una frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda, el punto más controvertido en este país, puesto que era una exigencia clave de Bruselas. Este protocolo dicta que, en ausencia de un acuerdo comercial bilateral definitivo al término del periodo de transición, el Reino Unido formará una unión aduanera, pero Irlanda del Norte tendrá una equivalencia regulatoria más estricta con la UE, para evitar una frontera con Irlanda.
Los detractores, entre ellos los dos ministros dimisionarios, mantienen que esto amenaza la integridad territorial del Reino Unido.
La oposición laborista, en contra
La tensión ha estado presente en todo momento en el Parlamento. De hecho, diputados de todos los grupos parlamentarios han indicado que votarán en contra de este pacto en una eventual votación en los Comunes en diciembre. En la primera réplica que ha tenido el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, ha confirmado lo que ya era un secreto a voces: que va a pedir a los suyos que voten en contra del acuerdo.
"Siempre he dicho que establecer una nueva relación iba a ser duro. Ha sido un proceso frustrante, pero un Brexit que está dentro del interés nacional es posible. Cuando logremos el acuerdo final lo voy a traer al Parlamento y pido a los diputados que tengan en cuenta al votar el interés nacional", ha dicho May.
"Podemos elegir salir de la UE sin acuerdo, podemos elegir que no haya Brexit o podemos elegir unirnos y respaldar el mejor acuerdo posible", ha enfatizado ante la Cámara de los Comunes, donde partidarios y detractores del Brexit han fustigado el texto aprobado la víspera por el gobierno.
Especialmente duro ha sido el líder de la oposición británica que ha asegurado que el Gobierno del Reino Unido es un "caos" y que la primera ministra no cuenta con el "apoyo" ni de "su gabinete, ni del Parlamento ni del país". Corbyn se ha preguntado cómo pretende la premier que Reino Unido confíe en un acuerdo de salida de la Unión Europea que "el propio ministro del Brexit -Dominic Raab- que lo ha negociado, no puede apoyar" y que, por ello, ha decidido dimitir.
Plan para una salida sin acuerdo y nada de extender el tiempo de negociación
Por si todo esto fuera poco, el diputado conservador Jacob Rees-Mogg, cabecilla del ala más euroescéptica del partido, ha dejado caer que se plantea formalizar la petición de que se someta a la primera ministra británica a una moción de censura. El político, que lidera a unos cincuenta parlamentarios del denominado European Research Group, ha dicho que la premier no ha cumplido "sus promesas sobre abandonar la unión aduanera, mantener la integridad territorial y prescindir de la jurisdicción del Tribunal Europeo de Justicia" en el acuerdo.
Consciente de la crítica situación tanto para ella como para el acuerdo, May ha dejado claro que el Ejecutivo "continuará con los preparativos" para el caso de que el Reino Unido abandone drásticamente la UE el 29 de marzo de 2019. La primera ministra conservadora ha respondido así a un diputado de su formación, Steve Baker, que la ha instado a acelerar esos preparativos ante la oposición que ha suscitado el texto preliminar pactado con Bruselas.
Lo que ha descartado May ha sido extender el periodo de negociaciones con la Unión Europea. A preguntas de un diputado en la Cámara de los Comunes, May ha subrayado que "la posición del Gobierno es clara, no se extenderá el artículo 50", la cláusula del Tratado de Lisboa activada por Londres en marzo de 2017 para dar comiendo a los dos años de negociaciones con Bruselas para el Brexit.