Por qué Marion Cotillard merece el Premio Donostia (y toda la admiración)
El Festival de Cine de San Sebastián reconoce con el galardón la trayectoria de la actriz francesa.
Tiene 45 años y 27 de imparable carrera en el cine, aunque su formación como actriz comenzó mucho antes, siendo apenas una niña de 10. Marion Cotillard, que recibe este viernes el Premio Donostia del 69º Festival de Cine de San Sebastián, es una de las intérpretes francesas más relevantes a día de hoy. Por no decir que, tras más de media vida inmersa en rodajes, se le considera ya una de las damas galas de la industria.
Quiéreme si te atreves (2003) no fue ni mucho menos su primera película, pero sí un largometraje que cambió su vida. Uno de los filmes más conocidos por quienes ni siquiera siguen el cine francés, entendido como una comedia negra, una historia de amor, un cuento de hadas o un drama, capaz de acaparar a todos los públicos.
Allí coincidió con Guillaume Canet (48 años) —al que ya conocía—, pero hasta 2007 no comenzaron los cimientos de la que hoy es una de las parejas más sólidas del séptimo arte.
Ahora, convertida en la musa de Canet en sus numerosas películas como director, son muchos más los que descubrieron en Cotillard su potencial, como Tim Burton, Christopher Nolan, Ridley Scott, los hermanos Dardenne o Woody Allen. Más de 50 producciones la avalan como una actriz en la que se confía.
Por algo Marion Cotillard merece la mayor de las admiraciones y el premio que este viernes se le otorga en San Sebastián a toda su trayectoria:
1. Su emoción por el cine le corre por la sangre desde la infancia: recuerda que la primera película que vio fue E.T. Lloró a pecho descubierto, tanto que el resto del público de la sala pidió que la echaran.
2. Ya en 1994, ganó el primer premio de arte dramático en el Conservatoire d’Orléans.
3. La película con la que el público la conoció, Taxi (1998), fue suficiente para obtener su primera nominación a los César.
4. Su ilusión por el trabajo no ha ido a menos: durmió durante semanas con el guión de Big Fish (2003) para que Tim Burton la fichara en el que fue su primer proyecto en Hollywood.
5. La vida en rosa (2007). Basta con mencionar la película, en la que aparece prácticamente irreconocible como Édith Piaf, para saber que es una de las razones. Acaparó todos los premios, entre ellos el Oscar.
6. Consiguió igualar el hito de Sophia Loren: si la italiana consiguió la estatuilla a Mejor actriz por Dos mujeres en 1961, Cotillard fue la segunda en lograrlo con un papel por una película de habla no inglesa. También fue la segunda francesa en hacerse con el mismo galardón, tras Simone Signoret (1959).
7. Ha compartido elenco con lo mejor de su país natal, por ejemplo, en Pequeñas mentiras sin importancia (2010): François Cluzet, Gilles Lellouche, Benoît Magimel o Jean Dujardin.
8. Los premios la reconocen: un Oscar, un Globo de Oro, un BAFTA, dos César y uno más a la Mejor actriz Europea, así como la Medalla de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, obviando el resto de numerosas nominaciones.
9. Es puro hermetismo en lo que a su vida privada se refiere, pero sorteó como pocas estrellas los rumores de un supuesto idilio con Brad Pitt, con el que protagonizó Aliados (2016): “Esta va a ser mi primera y única reacción al torbellino de noticias al que me vi arrastrada. No estoy acostumbrada a comentar cosas como ésta, ni a tomarlas en serio, pero ya que esta situación está dando vueltas y afectando a la gente que amo, tengo que hablar. En primer lugar, hace muchos años, me encontré con el hombre de mi vida, padre de nuestro hijo y del bebé que estamos esperando. Es mi amor, mi mejor amigo, el único que necesito. Deseo de verdad que Angelina y Brad, a quienes respeto profundamente, encuentren la paz en este momento tan tumultuoso”.
10. Se atreve con el cine musical: es actriz, cantante y compositora. Incluso toca varios instrumentos. De hecho, ha participado en las canciones de algunas de las películas en las que ha trabajado.
11. Estrella y comprometida, y no es un decir: se encadenó en las cercanías del museo Louvre para presionar a Rusia por la liberación de un grupo de activistas de Greenpeace encarcelados.
12. Ha hecho películas que merecen ser recordadas: De óxido y hueso, Dos días, una noche o Taxi, entre otras.
13. Vuela en Hollywood, pero no renuncia a sus raíces: el cine francés sigue contando con ella.
14. Su relevancia es incuestionable: las más de 200 portadas de revistas que ha protagonizado hablan por sí solas.
15. Es una de esas actrices liberadas de complejos. No rechaza trabajar en televisión ni en cortometrajes.
16. Reconoce su suerte, pero no por ello no apoya a sus compañeras: “Está claro que la histórica subordinación de la mujer es un fenómeno que no se puede mantener. El #metoo ha liberado la palabra. Estamos en una revolución en marcha de la que me congratulo por formar parte. Cuantas más mujeres tomen protagonismo, antes cambiaremos la mirada. La mujer tiene la obligación de cuestionar el sistema heteropatriarcal que vivimos”.
17. Su compromiso profesional va más allá del mero éxito: “Soy actriz porque quiero comprender al ser humano”.
El momento más duro
Todo parece idílico, pero no toda su vida ha sido en rosa. Fue pareja de Julian Rassam en la década de los noventa. El actor se quedó parapléjico tras caer desde el cuarto piso de un hotel. Dos años después, en 2002, se quitó la vida.
Marion Cotillard sigue más activa que nunca. El pasado Festival de Cannes presentó Annette, la película en la que comparte elenco con Adam Driver.