Mariano Rajoy vuelve a ser Mariano Rajoy
Las claves del nombramiento del nuevo ministro de Economía
Desde el pasado 21 de diciembre, el PP es un hervidero de conversaciones internas quejosas. El descalabro electoral en Cataluña, el ascenso fulgurante en las encuestas de Ciudadanos, la paralización de la legislatura, el miedo a otra "hostia" -como diría Rita Barberá- en las elecciones municipales y autonómicas del año que viene, el desfile en los juzgados por los casos de corrupción...
Los barones están inquietos. Incluso algunos en voz alta hablaban de problemas de "comunicación" (es la coletilla que se saca en un partido cuando las cosas no van bien). Y todos a la espera de que el jefe moviera ficha dentro del PP y en el propio Gobierno.
Rajoy tenía una ocasión de oro para hacer una remodelación del Gobierno: la salida de Luis de Guindos para ocupar su anhelada plaza de vicepresidente del Banco Central Europeo. ¿Y qué ha hecho? Pues Mariano Rajoy ha vuelto a ser Mariano Rajoy.
El casting de Mariano
El cambio se ha quedado tan solo en el Ministerio de Economía, que a partir de esta semana estará habitado por Román Escolano. Puro perfil 'marianista': discreto, tecnócrata, perteneciente a la Administración del Estado pero con buenos contactos en el sector privado, opositor sin ganas de titulares rimbombantes. Esos silenciosos poderes a los que gusta premiar el jefe del Ejecutivo.
Y, por supuesto, uno de la casa. Escolano ha estado ligado al Partido Popular durante toda su carrera, llegando a ser uno de los asesores predilectos de José María Aznar en el área económica. También fue un fiel consejero de Javier Arenas, el pata negra que sigue susurrando al oído de Rajoy. En Faes también es muy querido.
Además, Rajoy incorpora a un perfil similar al de Guindos, con alma liberal. Se mantiene ese equilibrio en el área económica, con un Cristóbal Montoro con posiciones más centradas y cercanas a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría.
A Rajoy parece que no le importa mucho la política interna, pero es un hombre que cuida hasta la meticulosidad los juegos de poder dentro de su propio Ejecutivo. Una de cal y arena para cada una de las partes, que nadie tape mucho al rey del mambo.
Este era el primer retoque al Gobierno que designó en noviembre de 2016 tras las elecciones de junio. Ha sido el cambio mínimo. Y no es que sea un Gobierno especialmente popular, con todos los miembros del mismo con una nota inferior al cuatro para los españoles, según el CIS. De entre ellos, consigue mejor puntuación Sáenz de Santamaría, con un 3,58, seguida por la titular de Agricultura, Isabel García Tejerina, con un 3,27, y el ministro de Educación y portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, con un 3,03.
El cambio mínimo y equilibrando sectores
El presidente ha vuelto a aplicar la máxima de no cambiar lo que cree que le funciona. Todo ello en un momento de nerviosismo en el PP, en el que muchos se quejan internamente de que no se ha rentabilizado demoscópicamente el 155 y la actuación en Cataluña. Pero es que además ahora crecen problemas dentro de su electorado con el 'levantamiento' de los pensionistas, un nicho de votos imprescindible para ganar las elecciones (más de un 36,5% de votantes mayores de 65 años optó por el PP).
El propio presidente del Gobierno ha confesado, no obstante, que no le empiezan a preocupar las encuestas hasta un mes y medio de la celebración de las elecciones. Y cree que todavía tiene tiempo para recuperar en los sondeos. Las próximas elecciones teóricamente tendrían que ser las andaluzas, en marzo del año que viene. Luego vendrán dos meses después las autonómicas, municipales y europeas.
Ni cambios en el Gobierno ni en el Partido Popular. Internamente continúa confiando en la estructura que desarrolló en el congreso nacional de febrero del año pasado, en el que mantuvo a María Dolores de Cospedal como 'número dos', pero ascendió como coordinador general a Fernando Martínez-Maillo -que lleva el peso del día a día de Génova-. Como vicesecretarios están Andrea Levy, Pablo Casado, Javier Maroto y Javier Arenas.
Los cambios no llegan para muchos ansiososos barones, que están de los nervios con Ciudadanos. En algunas divisiones regionales, como Andalucía, también se intentan presionar para que se designen durante este año a algunos de los candidatos para las principales alcaldías. La lucha se prevé agitada, y los populares solo tienen como gran ciudad en su poder a Málaga.
Pero hoy Rajoy ha decidido mandar un mero comunicado de un párrafo anunciando al nuevo ministro. La toma de posesión será este jueves a las 18.30 horas, casi a la misma vez que empieza la gran manifestación por el 8-M.
Pues eso, Mariano Rajoy vuelve a ser Mariano Rajoy.