Marcelo se despide del Real Madrid: "No me voy a quedar aquí por pena"
El brasileño, capitán y figura clave de los éxitos recientes, se va tras 16 temporadas y 25 títulos, aunque asegura que "no soy una leyenda".
Adiós a un pedazo grande de la historia el Real Madrid. El brasileño Marcelo Vieira se ha despedido del club blanco después de 16 años y tras haber logrado “todo” en títulos, juego y cariño de una afición que hizo suya, hasta convertirse en capitán. Un capítulo que llega a su fin cuando tocaba, ha dejado claro, asegurando que “no me voy a quedar un año más por pena”.
Este lunes ha sido el día. El lateral izquierdo, que no ha podido ocultar las lágrimas durante su intervención, ha querido recordar su sentimiento madridista, al señalar que “no me siento una leyenda y sí un canterano”. No en vano, Marcelo llegó al Madrid con 18 años, en un mercado de invierno y más de tres lustros después se marcha como buque insignia de la institución. No en vano, con sus 25 títulos es el jugador del Real Madrid con más trofeos en su palmarés. El último la ‘Decimocuarta’ Champions, ganada recientemente en París.
El tiempo ha pasado y su rol, en el campo, ya no era el mismo, algo de lo que también ha reflexionado en su adiós: “He tenido la suerte de jugar mucho más de lo que no he jugado. Cada entrenador tiene su filosofía y su manera de pensar, me ha aportado algo. Esta temporada no he jugado casi nada, pero vi que lo importante no está solo en jugar, he sido muy útil sin jugar mucho. Jugándolo todo no me sentiría tan útil”.
“He sentido una responsabilidad muy grande, me cabreé con Ancelotti, discutimos y al día siguiente estábamos dándonos besos y abrazos. Me di cuenta que para ser importante, ganar una Liga y Champions, no hace falta jugar, hay que hacer equipo y ayudar al entrenador aunque quieras jugar mucho más”, ha añadido al repasar los desencuentros con el entrenador actual por sus escasos minutos sobre el campo.
Finalmente, su papel cada vez menor como futbolista ha pesado más que su inicial deseo de seguir un año más de blanco, como ha confesado. El equipo “de mi vida” se reconstruye, tras las salidas de Bale e Isco, ya anunciadas. El futuro del brasileño ahora será lejos del Bernabéu: “Tuvimos una reunión, hablamos todos y decidimos en conjunto que lo mejor era salir ahora. Es algo que duele porque no es fácil despedirte del club de tu vida, pero con el tiempo mejoró la sensación y vi que era una realidad”. Si me quedo un año más aquí por pena... eso no va a pasar”, ha rematado.
Un futuro con otro escudo, una sensación que ahora se le presenta y que acepta: “No hay ningún problema en salir de un equipo, el mundo no se acaba ahora, no voy a dejar de vivir por salir del Real Madrid. Hay cosas bonitas en la vida fuera del fútbol. Quiero seguir jugando. Lo decidimos en conjunto así y es un día de alegría, no me voy pensando que quería un año más. Siempre seré un aficionado más del Real Madrid, no podía estar aquí sin aportar. Es la mejor manera, salir por la puerta principal mirando a la cara de todos”, ha continuado.
“No soy una leyenda”; ha insistido, antes de rechazar haber ‘superado’ a su compatriota y compañero de posición, otro mito madridista como Roberto Carlos. Un futbolista que es “mi ídolo”. “Fue muy difícil cuando llegué y la prensa me ponía como el sustituto de Roberto Carlos. Yo nunca quise ser su relevo, quise hacer mi historia. Soy Marcelo y quiero hacer mi historia con mi estilo y forma de jugar. Para mí, en el fútbol, no hubo ningún lateral izquierdo como Roberto. Es el mejor de la historia. Yo he hecho la mía, que todavía no ha terminado pero él ha sido el mejor”.
En su adiós ha habido un momento especial al referirse a Raúl González Blanco, mito del madridismo y actual entrenador del filiar: “Gracias Raúl por ser un capitán y un ejemplo para mí. Nunca lo dije pero fuiste mi modelo a seguir, gracias”.
Por todo ello, más que los 25 títulos levantados en estos 16 años, Marcelo se queda con “el legado” que deja a los jóvenes y a la parroquia blanca: “Que no me vean como Marcelo que ha ganado cinco Champions, que me vean como la persona que soy”. Y sonriendo, como casi siempre se le ha visto y como hoy ha vuelto a pedir a los aficionados.
“Mi vida ha sido siempre una alegría. Mis padres y mis abuelos me enseñaron a sonreír a la vida porque si no lo haces tienes un problema. Cuando tengas un problema de verdad no vas a poder sonreír, hazlo mientras no lo tienes. Me veo como un ejemplo para muchos niños y me siento feliz”.
Por último, ha dedicado un mensaje a la afición madridista: “La voy a llevar siempre en el corazón, me han dado muchas alegrías. Recuerdo un día de mi cumpleaños que corearon mi nombre y me cantaron el cumpleaños feliz en el Bernabéu. Fue inolvidable. Dejo mi legado en la afición y es muy bonito”.“Me alegra dejar algo más que dar patadas a un balón, la persona es más importante”, ha sentenciado Marcelo en su gran despedida como madridista.