Manuel Valls reivindica su catalanismo y anuncia su candidatura a la alcaldía de Barcelona
El exprimer ministro francés se desmarca del discurso de Ciudadanos y mantiene la puerta a otros partidos que quieran sumarse a su “plataforma transversal”.
El exprimer ministro francés Manuel Valls ha despejado este martes las dudas acerca de su candidatura a la alcaldía de la capital catalana. "Quiero ser el próximo alcalde de Barcelona", ha asegurado Valls durante su presentación en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona, donde ha pronunciado su discurso ante una imagen con el famoso panot de flor que decora las aceras de la ciudad condal.
El político francés ha elegido para presentar su candidatura una sala pequeña –150 personas– que ha quedado desbordada. Periodistas y decenas de asistentes han tenido que quedarse fuera ante la expectación que ha generado su discurso. "Lo siento, pero tampoco lo siento demasiado", ha dicho Valls al respecto, en un discurso en catalán donde también ha usado en algunos momentos el castellano y el francés. "Esto significa que interesa".
A pesar de que su candidatura se presentará coaligada con Ciudadanos, ningún dirigente destacado de la formación naranja ha acudido al acto. Tampoco había rastro alguno del logo del partido. Sí se ha visto, sin embargo, al diputado naranja en el Parlament Ignacio Martín-Blanco. Tanto Albert Rivera como Inés Arrimadas han mostrado su apoyo a través de Twitter.
El discurso de Valls ya anticipa que la apuesta de Ciudadanos es arriesgada. El francés tiene intención de ir por libre y así se ha visto en sus mensajes, donde ha reivindicado el catalanismo de su familia, el catalán como lengua materna e incluso la renaixença, un movimiento cultural y literario del siglo XIX que reivindicaba el catalán como lengua para transmitir la cultura. Costaba encontrar en las palabras de Valls el argumentario que ha desplegado el partido de Rivera durante los últimos años.
El ya candidato a la alcaldía ha recordado su relación "íntima y familiar" con la ciudad de Barcelona, donde nació en 1962, y ha reivindicado políticos e intelectuales como Pasqual Maragall (alcalde de la ciudad entre 1982 y 1997), Joan Brossa o Maria Aurèlia Capmany que, según ha explicado, "frecuentaban su casa" y las vacaciones familiares en la Costa Brava. "Mi relación emocional con esta ciudad es importantísima", ha asegurado, "no puedo olvidar mi primer t'estimo [te quiero] que me salió así, en catalán, no en francés, ni en castellano".
Valls ha desgranado lo que según él son los principales problemas de Barcelona, una ciudad que sigue siendo "una marca global" pero que tiene "algunos problemas graves". El exprimer ministro francés ha desplegado un mensaje de orden, reivindicando su experiencia tanto en el Ejecutivo francés como en la alcaldía de Evry.
El candidato ha mencionado diversos aspectos como la inseguridad, la dificultad de acceso a la vivienda y la gestión del turismo como algunos de los asuntos que quiere abordar, así como la lucha contra el cambio climático, la movilidad y el liderazgo cultural. "Quiero ser el candidato de la cultura", ha asegurado.
El socialista francés también se ha referido al proceso independentista, afirmando que Barcelona "merece ser gobernada pensando en ella misma" ante la "equidistancia forzada" del equipo de Ada Colau. "El independentismo intenta proyectar la idea de Barcelona como capital imaginaria de la república catalana", ha sostenido. "Barcelona no es esto ni le interesa serlo". Valls quiere que Barcelona sea "el inicio de la solución" para "superar las divisiones de Cataluña".
El político francés se aprovechará de los espacios electorales y de los recursos de Ciudadanos, pero prácticamente ha ignorado a la formación naranja durante su discurso y ha llamado a otros actores a sumarse a su proyecto. "Habrá partidos que me darán apoyo, como ha hecho Ciudadanos, pero mi deseo es que sean muchos más". Esa ha sido la única mención a la formación liderada por Albert Rivera durante los casi 45 minutos que ha durado su intervención.
Valls ha desplegado un mensaje conciliador –"yo no tengo enemigos"– y se ha definido como un candidato "independiente" que sin embargo no no está en contra de los partidos. "Soy un hombre de izquierdas, vengo del socialismo francés, con principios y valores republicanos", ha explicado.
El exprimer ministro francés ha asegurado que su apuesta por Barcelona es una "opción personal" y que, pase lo que pase en las elecciones municipales de 2019, se va a quedar a vivir en la capital catalana. Ha anunciado, a su vez, que la semana que viene dimitirá de todas sus responsabilidades políticas en Francia.
Antes de acabar, ha prometido que se va a volcar en escuchar a los ciudadanos y ha proyectado una Barcelona que se erija en el "antídoto del populismo" en Europa, donde él se convertiría en el primer europeo que gozaría de responsabilidades políticas en distintos países de la Unión Europea.
Ciudadanos se arriesga con un candidato con un discurso mucho más catalanista de lo habitual y con suficientes galones como para ir por libre. El eje independentismo / constitucionalismo que tanto le ha funcionado al partido naranja queda desdibujado con la candidatura de Valls y el PSC sufre un auténtico órdago a su espacio político. El PP tiene vía libre por la derecha. Enmedio, los partidos independentistas –con el PDeCAT todavía sin candidato y ERC apostando por Ernest Maragall– y la actual alcaldesa, Ada Colau, que tratará de revalidar su mandato.
La candidatura de Valls ha sacudido por completo el tablero político catalán y anticipa una batalla feroz por conquistar Barcelona.