El Real Madrid sobrevive a la locura en el campo del City (4-3) y se jugará todo en el Bernabéu
Un doblete de Benzema y un golazo de Vinicius salvan a los de Ancelotti en la ida de semifinales después de verse noqueados tres veces por el equipo de Guardiola.
No hay manera de tumbar al Real Madrid en Europa. Lo sufrió el PSG, lo sufrió el Chelsea y hoy lo ha sufrido el todopoderoso Manchester City de Pep Guardiola, que tuvo sobre las cuerdas una, dos y hasta tres veces a los de Ancelotti. Pero el 4-3 final deja las semifinales de Champions League muy abiertas y todo se decidirá en el Santiago Bernabéu.
Fue, en una palabra, una locura de partido. Siete goles y los que pudieron llegar. Por tres veces se fue de dos tantos el City, 2-0, 3-1 y 4-2, pero Benzema y Vinicius no querían que todo acabase en el césped del Etihad Stadium.
Muy pocos, en la previa, podríam haber imaginado el resultado final, pero viendo el comienzo, tampoco nadie podría esperarse lo que vino después. Con una salida en tromba, el City se puso 2-0 antes de que el Madrid comenzara a jugar. De Bruyne en el 1′ y Gabriel Jesus en el 10′ reventaron la red de Courtois, que estuvo a punto de ser batido instantes después Mahrez. Pero cuando peor pintaba todo, apareció la raza madridista y Benzema, tras una gran presión de Modric, puso el 2-1.
Las cosas parecían calmarse, con el descanso de por medio; sin embargo, la vuelta de vestuarios fue nefasta para los blancos (hoy de azul oscuro). El City asedió el área madridista y en el 52′ encontró el premio buscado. Foden volvía a abrir brecha, pero no tuvo, casi, ni tiempo para celebrarlo. Una contra magnífica de Vinicius, toda para él, valió un gran gol del brasileño y el 3-2.
El Madrid comenzó a ganar terreno y peso. Espejismo de lo que estaba al caer. En el 73′, un disparo inapelable de Bernardo Silva, en plena confusión de la zaga madridista puso el 4-2 en el marcador. Un mazazo para Ancelotti y una fiesta para Guardiola, que enloqueció en la celebración.
Este 4-2 hubiera hecho mucho daño a cualquier equipo, pero el Real Madrid volvió a levantarse, no se sabe muy bien cómo (podía ir ya 5-2 o 6-2) y en un error de Laporte, que sacó su mano a pasear en el área citizen, sacó un penalti que podía valer oro. De Benzema, que venía de fallar dos contra Osasuna hace días, dependía media vida deportiva. A lo grande, a lo Panenka, la estrella blanca acertó y puso el 4-3 que, visto lo visto, vale oro para el Madrid.
Un partidazo, una locura... y todo para que decida el Santiago Bernabéu. La final de la Champions espera.