Maldivas se prepara para la reapertura
La belleza paradisíaca de estas islas se ha convertido en uno de los reclamos turísticos más importantes del mundo.
Maldivas es sinónimo de tranquilidad, aguas cristalinas, lujo y relax. De hecho, la primera imagen que a todos se nos viene a la cabeza son los famosos “hoteles tortuga”, como mini-islas a las que se llega en hidroavión –de película— y en las que las horas no pasan.
Las Maldivas, en el corazón del Índico y rodeadas de atolones de coral, son más de 1.000 islas con las que todos soñamos y solo algunos pueden disfrutar. La belleza natural de esta zona del globo se ha convertido en uno de los reclamos turísticos más importantes del mundo. A principios del año 2020, el turismo representaba el 28% del producto interior bruto del país y el 60% de los ingresos de divisas del país. La llegada de la pandemia colapsó el mundo y por supuesto al país.
El gobierno con sede en Malé, su capital, decidió reabrir las fronteras en julio del 2020. Desde entonces, Maldivas ha vacunado aproximadamente al 73% de su población —el personal de los hoteles tuvo prioridad en las vacunaciones— y el turismo se ha recuperado hasta llegar al 70% de los niveles de 2019. El hecho de la vacunación masiva en un país que tiene poco más de medio millón de habitantes, y que sus hoteles son prácticamente hechos a medida individual de las parejas o familias les ha venido al pelo para conocerse como el país Covid-free del turismo.
Próximamente se abrirá la nueva terminal internacional del aeropuerto Velana, lo que incrementará su capacidad a 7,5 millones de pasajeros al año. Porque es tal la demanda mundial para escaparse a Maldivas que en los últimos meses se han abierto una docena de nuevos resorts, y aún faltan los de Alila y Six Senses. Aunque ya tenía más de cien, a cada cual más lujoso y extraordinario, y para todos los gustos: desde hoteles de más de 1.000 euros la noche hasta algunos mas “asequibles” de unos 500 euros la noche —a lo que hay que sumar las comidas, las excursiones y el obligado spa—.
Pero si hay un hotelazo por excelencia, ese es Soneva Fushi. Infinitos y maravilloso reportajes en cientos de revistas aspiracionales se han hecho en este increíble hotel. “Sostenibilidad” no era una palabra que se usara con frecuencia en los hoteles cuando este abrió sus puertas en 1995, pero el respeto por el medio ambiente siempre ha sido parte integral de esta propiedad pionera con 72 villas que combinan una estética Robinson Crusoe con lujos ilimitados.
Ilimitados son ilimitados. Los turistas pueden tomar clases de soplado de vidrio para aprender a reciclar, pueden recorrer los espectaculares jardines orgánicos de la isla antes de recoger las verduras que se utilizarán para preparar su comida y pueden nadar con mantarrayas gigantes —a lo Mohana—. Además, algunas de sus habitaciones privadas cuentan con toboganes infinitos al lado de las piscinas privadas infinitas que miran al océano infinito.
Efectivamente, nos tiene que tocar la lotería, pero como no pasará seguiremos soñando.