Malas noticias para el presentador Óscar Martínez
Los jueces han dado la razón a Hacienda.
El presentador Óscar Martínez ha perdido en la Audiencia Nacional el caso por sus declaraciones de la renta de los años 2007 y 2008, cuando trabajaba principalmente como presentador en El programa de Ana Rosa.
Según informa Cinco Días, los jueces le han dado la razón a Hacienda, que le exigió 768.000 euros entre cuota y multa por facturar en esos dos años a través de la sociedad Okleiser, de la que es administrador único, unos ingresos de explotación de 1,04 millones de euros en 2007 y de 833.925 euros en 2008 por la intervención en programas de televisión y similares.
Pese a ello, la sociedad sólo pagó como sueldo a Martínez como rendimientos del trabajo 75.000 euros en 2007 y 78.000 en 2008, que él declaró como rendimientos del trabajo. Y Hacienda creía que esas cifras no se corresponden con el valor de mercado de la prestación que realizaba Martínez a la sociedad y por eso le hizo una paralela.
Según la sentencia, la valoración del trabajo de Martínez para Okleiser, “se realizó con un valor muy inferior al de mercado, logrando así una inferior tributación del demandante en su IRPF”, un “régimen de tributación orquestado” cuya ”única justificación era el ahorro fiscal”.
El caso recuerda mucho al del actor Jordi Rebellón, que también ha sido condenado por la Audiencia Nacional a pagar 1,34 millones de euros por evasión de impuestos.
Según informa Cinco Días, el intérprete ha perdido dos recursos contencioso administrativos contra Hacienda por sus declaraciones del IRPF.
La Justicia ha determinado que Rebellón facturaba indebidamente desde una sociedad y además se deducía sin derecho a ello gastos que iban desde compras en Mercadona o El Corte Inglés, hasta las reparaciones del coche
El actor era es socio y único y administrador de la sociedad Traspapelat, que en 2005 tuvo unos ingresos de 597.130 euros; en 2006, de 660.906 euros, y en 2007, de 762.238 euros. Pero solo pagó al actor 72.121,44 euros, por lo que declaró en el IRPF unos 216.000 euros cuando hacienda consideraba que debía haber declarado unos 2 millones.