Una de cada cinco muertes en el mundo se produce por una mala alimentación
Comemos un 12% menos de frutos secos de los que deberíamos y bebemos 10 veces más de la cantidad recomendada de bebidas azucaradas.
Al menos 11 millones de muertes producidas en el mundo en 2017 se relacionaron con una mala alimentación. El alto consumo de azúcar, sal y carne procesada contribuyó a que las personas desarrollaran enfermedades de corazón, cáncer y diabetes, según un estudio global publicado en la revista médica The Lancet.
La investigación ha determinado que, entre los 195 países estudiados, la proporción más alta de muertes relacionadas con la dieta fue en Uzbekistán, mientras que la más baja se registró en Israel. Estados Unidos se encuentra en el puesto 43, China en el 140 e India en el 118.
España no sale tan mal parada y se sitúa en el grupo de países de menos riesgo por mala alimentación: menos de 105 muertes por cada 100.000 habitantes.
El consumo de alimentos más saludables, como frutos secos y semillas, leche y granos enteros fue de media demasiado bajo, con mucha ingesta de bebidas azucaradas, carne procesada y sal, factores que han llevado a que una de cada cinco muertes en 2017 estuvieran relacionadas con una mala dieta. Los investigadores señalan que “las muertes se asocian más con no comer suficientes alimentos saludables que con comer demasiados de los que son malos para la salud”.
El estudio Carga Global de Enfermedad ha abordado tendencias desde 1990 hasta 2017 sobre el consumo de 15 factores dietarios. Chris Murray, director del Instituto de Evaluación y Métricas de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, que ha dirigido la investigación, ha señalado que los hallazgos demuestran lo que muchos habían supuesto durante años: “La mala alimentación es responsable de más muertes que cualquier otro factor de riesgo en el mundo”. “Nuestra evaluación sugiere que los factores de riesgo dietario principales son un alto consumo de sodio, o una baja ingesta de alimentos saludables como granos enteros, frutos secos y semillas y vegetales”, ha añadido.
El estudio ha hallado que las personas comen apenas un 12% de la cantidad recomendada de frutos secos y semillas ―un consumo promedio de 3 gramos al día en comparación con los 21 gramos recomendados― y que beben 10 veces más la cantidad recomendada de bebidas azucaradas.
Las dietas altas en azúcar, sal y grasas malas son reconocidos factores de riesgo para las enfermedades cardiacas, los derrames, la diabetes y muchos tipos de cáncer.
En un desglose de las muertes vinculadas a la dieta, el estudio demuestra que de los 11 millones de 2017, casi 10 millones fueron por enfermedades cardiovasculares, unas 913.000 por cáncer, y casi 339.000 por diabetes tipo 2. Los datos del estudio “confirman además lo que hace años que sabemos, que una dieta pobre es responsable de más muertes que ningún otro factor de riesgo”, declaró Christopher Murray, director del Instituto de Evaluación y medición de la salud de la Universidad de Washington.
Los autores abogan por que las autoridades pongan más énfasis en impulsar dietas equilibradas y el acceso a productos sanos en todo el mundo que en la restricción de alimentos menos saludables.