Ligar por internet, cuando un click separa la 'aventura' del delito
El caso del asesino de Bilbao ha vuelto a encender el debate sobre el uso de las 'apps' de contactos.
Lo que hace años era excepcional hoy forma parte de la vida de millones de personas. La pandemia, la falta de tiempo libre para salir a buscar el amor o un encuentro sexual e incluso la propia comodidad han abierto la puerta a las apps de contactos por internet. Tinder, Meetic, Badoo, Adopte, OkCupid, Grindr... La lista es inmensa y cada día más amplia. Una manera rápida (para algunos) y sin tener que salir de casa... pero también con riesgos que no siempre se tienen en cuenta.
El caso del presunto asesino en serie de Bilbao, detenido por la muerte de varios hombres con los que había quedado por internet para un affaire reabrió el tema, recurrente cada tiempo, de la exposición de quedar con desconocidos. Y la llegada del buen tiempo aumenta las ganas de plan. El riesgo cero no existe, explican distintas fuentes, pero sí hay modos para minimizar la exposición a situaciones peligrosas.
“La seguridad es clave y cada vez destinamos más recursos”, explica Marian Riquelme, portavoz de Badoo a El HuffPost. Esta aplicación es una de las más extendidas en España, tierra propensa a abrirse perfiles en estos espacios; de hecho, un 13% de la población tiene algún perfil de ‘citas’, según un reciente análisis de RTVE.
Todas las apps incluyen ya entre sus contenidos recomendaciones básicas para tratar de garantizar una buena experiencia al usuario. En el caso específico de Badoo, su responsable aclara que disponen de un equipo humano de moderación, así como de herramientas de inteligencia artificial, que hace de detector de mensajes de odio, bloqueando términos o expresiones consideradas ofensivas, incluso aquellas más sutiles. Pero también actúa pixelando imágenes de contenido sexual explícito. “Ahí te salta un mensaje pop-up que te avisa del contenido; así, el receptor puede elegir si abre o no esa foto, sin encontrarse de golpe con algo desagradable que quizás no haya solicitado a la otra persona”, añade.
Marian pone el foco en un término cada vez más popular, las red flags o señales de alarma que pueden hacerte rechazar un perfil. ¿Cómo detectarlas? Apunta a “trucos” que tienen que ver, dice, “con la educación que muestre”. “Por ejemplo, si no te pide permiso para preguntarte temas personales o para mandarte fotos comprometidas; también puede dar una pista si te insiste con saber tus datos personales, financieros o conocer al detalle los sitios por donde sueles moverte”. “Todo esto te da pistas de que no deberías seguir con esa persona”.
¿Pero qué pasa cuando se salta de lo telemático al cara a cara? Fuentes policiales responden con tres ideas: “Comentar tus planes a algún familiar o algún amigo diciéndole dónde y a qué hora has quedado, hacerlo siempre en lugares públicos y llevar siempre el móvil encima, con batería para aguantar toda la cita”.
Incluso, de cara al encuentro hay señales previas para desconfiar. “Ojo si vas a quedar con alguien y de golpe desaparece y luego reaparece como si nada, o si cuando quieres hablar por teléfono solamente llama o solo pide que le llames”, prosigue Marian, volviendo sobre las comentadas red flags.
Los ‘otros’ riesgos
Para el Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) los riesgos son dobles, como explican a El HuffPost. Además de los que puedan surgir en la quedada, advierten de actitudes remotas que induzcan a la futura comisión de un delito. Ante todo, piden controlar la información que se transmite empezando por no enviar fotos reconocibles demasiado ‘picantes’ que podrían ser luego utilizadas en un intento de sextorsión o generar situaciones de acoso.
El INCIBE también reclama cuidado para evitar algo muy extendido en el uso de estas apps, vincularlas con las redes sociales personales. El objetivo es evitar ofrecer demasiada información de uno mismo sin saber quién puede estar al otro lado.
Pero un uso fraudulento de las aplicaciones de contactos puede consistir en utilizar la identidad de otra persona, mismamente la tuya. Facebook, Twitter, Google... son caladeros donde quien más quien menos hemos dejado cantidad de fotos y datos personales. Por ello, el organismo rector de la ciberseguridad pide recurrir al egosurfing, la búsqueda de uno mismo en internet para comprobar que no haya posibles suplantaciones de identidad, fotografía u otros datos privados.
Si se confirma una suplantación, desde el Instituto piden “actuar con rapidez” y dirigirse a la Policía Nacional o la Guardia Civil, probando la suplantación con capturas de pantalla. Y si hay sospechas de que un usuario pueda estar utilizando fotos falsas recomiendan hacer un barrido por bancos de imágenes como Google Imágenes o TinEye para comprobar si ya existen y a quién corresponden.
Qué pasa con el control posterior a una mala experiencia
Más allá del fracaso amoroso/sexual de un plan, en ocasiones los usuarios se ven obligados a dar parte del perfil de su cita por un comportamento inapropiado.
Desde Badoo reconocen que “obviamente, no podemos controlar lo que pasa en la cita, pero sí puedes volver a la app a reportar el perfil. Y con esa acción comienza una investigación interna, para ver si hay indicios que apoyen ese reporte, por ejemplo otras quejas de miembros, mensajes vetados, etc.”.
Si la cuestión va a más en gravedad, la persona afectada debe acudir a una comisaria. “Nosotros no podemos denunciar a un usuario por las quejas de otros; en caso de algo grave debe irse a la policía y en ese caso, si los agentes nos piden ayuda les damos la información de la que disponemos”, remata la portavoz de Badoo.