Los museos los siguen prefiriendo hombres
Fue la primera portuguesa en la Bienal de Venecia, el evento artístico de mayor relevancia internacional, y que se celebra desde 1895. Era 2005 y se necesitaron 110 años (y una dirección encabezada por dos mujeres): era Joana Vasconcelos, que muestra ahora un recorrido por sus obras desde el año 2000 en el Museo Guggenheim de Bilbao, en la que es su primera exposición antológica en España. En las salas podemos ver algunas de sus obras más representativas, como La novia (una gran lámpara de araña a base de tampones blancos) o Burka (donde varios burka superpuestos suben unos metros y caen ruidosamente al suelo de un golpe).
Abiertamente feminista y con un trabajo que reivindica la liberación de las mujeres y denuncia las opresiones sexistas, Vasconcelos sigue preguntándose qué pasa con un sistema (el del arte) que desplaza a las creadoras y arroja cifras preocupantes como que más del 75% de las exposiciones de este verano en España en los grandes museos siguen siendo para ellos. En la que es una de las citas culturales ineludibles de este año en nuestro país, las salas estaban a rebosar; una noticia a celebrar, teniendo en cuenta también que las grandes exposiciones (y sobre todo las que buscan importantes cifras en caja), las más de las veces, están también protagonizadas por ellos.
Se impone una reflexión sobre el compromiso que los museos tienen con la realidad contemporánea, y esto atañe a la cuestión de las mujeres. ¿Cómo es posible que, a más de un década de la aprobación de la Ley de Igualdad, ni el 30% de las exposiciones que se celebran sean de mujeres? Ellos siguen ocupando las grandes muestras, las adquisiciones principales para los fondos de los museos, los puestos de dirección de las grandes instituciones... ¿Dónde están ellas, entonces? Si más del 60% de las graduadas en Bellas Artes son mujeres, ¿a dónde van en esta etapa posterior, durante su profesionalización? ¿Por qué apenas hay un mísero 2% de rectoras? Hay varias respuestas para esto: en los museos ellas están en la gestión, los departamentos educativos, en restauración... incluso inmediatamente después del director, en coordinación. Como artistas también están, en minoría, en los almacenes, raramente expuestas (si acaso en alguna exposición colectiva, pero no en exposiciones individuales).
En un sector que sobrevive con horarios cambiantes, donde la gestión de las relaciones públicas es directa y continua, con viajes y movimientos constantes... un hecho como la maternidad es algo inviable para muchas. Así que, o renuncian a ella o, habitualmente, empiezan a desaparecer a partir de los 35 años.
La asociación MAV (Mujeres en las Artes Visuales) denuncia que en ferias como ARCO, la más importante de nuestro país, solamente el 25% de artistas son mujeres y apenas el 5% de españolas.
Urgen cambios reales y estructurales que prioricen en la cultura la igualdad como perspectiva transversal a toda la creación. Una reforma de la Ley de Igualdad que no recomiende sino que sancione las desigualdades en nuestro sector, porque la cultura transforma las formas de pensar el mundo. El arte condiciona cómo vemos y qué vemos, así que en los lugares donde se muestra tiene que reflejarse la realidad democrática del presente y, por tanto, la igualdad entre hombres y mujeres; sino, al igual que el "Burka" de Joana Vasconcelos, las mujeres seguiremos subiendo muy poco en nuestra profesión para darnos, de repente, de bruces de contra el suelo.