Los estrechos vínculos que unían a la familia real británica con la española
Para Felipe y Letizia, la reina Isabel era la "tía Lilibeth". La relación entre ambas 'casas' era familiar, personal y de profunda cercanía.
La “tía Lilibeth” ha fallecido. Así conocían cariñosamente los reyes de España, Felipe y Letizia, a la reina Isabel II de Inglaterra, y así se dirigieron públicamente a ella para darle el pésame por la muerte de su esposo, el “querido tío Philip”, el 9 de abril de 2021. La relación entre ambas familias reales siempre ha sido cercana, pero además en este caso –como gran parte de la realeza europea– compartían lazos de consanguinidad.
Para ello hay que remontarse a la reina Victoria Eugenia, que estuvo en el trono inglés de 1837 a 1901, y que más tarde sería conocida como “la abuela de Europa” por tener descendientes entre las dinastías de Grecia, Dinamarca y España. Tanto es así que Victoria Eugenia era tatarabuela de la reina Isabel, de su marido Felipe de Edimburgo y de los reyes eméritos de España, Juan Carlos y Sofía.
Se cree que estos lazos familiares impulsaron la relación de amistad entre ambas parejas, que en numerosas ocasiones hicieron gala de su sintonía.
Los “primos españoles” de la reina Isabel
En 1986, don Juan Carlos y doña Sofía protagonizaron la primera visita oficial de un rey español al Reino Unido en más de un siglo, e Isabel II se desvivió por contentar a sus “primos españoles”, que se alojaron en el castillo de Windsor. Además, concedió a Juan Carlos I el collar de la reina Victoria.
Para despedirse del viaje, los reyes españoles celebraron una recepción en la residencia del embajador de España en Londres, en la que también estuvo presente la monarca inglesa, que tuvo ocasión de bromear con Juan Carlos I ante los periodistas españoles que cubrían el evento.
“Venid, que os presento a mi prima”, dijo Juan Carlos a los corresponsales para introducir a “Lilibeth”, como llamaba a Isabel II.
Castañuelas y palmas en Sevilla
Dos años más tarde, la soberana británica aceptaría la invitación de convertirse en la primera reina inglesa en visitar oficialmente España, cuando recibió el Toisón de Oro.
Sus anfitriones les acompañaron por una gira por Barcelona, Palma y Sevilla, donde los cuatro primos disfrutaron de un espectáculo flamenco en los Reales Alcázares en el que Felipe de Edimburgo se atrevió a lanzarse con las castañuelas mientras su esposa acompañaba con palmas.
En Barcelona, tomaron el té en la residencia privada de los padres del rey Juan Carlos en una reunión en la que repasaron momentos y recuerdos de las dos familias. Y el colofón llegó en forma de recorrido turístico en coche por Mallorca, con don Juan Carlos al volante y “Lilibeth” de copiloto.
Ese año, don Juan Carlos y doña Sofía volvieron a ir a Londres para ser investidos doctores “honoris causa” en Leyes de la Universidad de Cambridge a instancias del duque de Edimburgo, canciller de la centenaria institución académica. “Un honor que recibimos con placer y emoción por nuestra parte y en nombre de nuestro amado país, España”, agradeció don Juan Carlos al marido de Isabel II.
Desde entonces, se sucedieron otras visitas oficiales y privadas que constataron la familiaridad entre los dos matrimonios.
En 1989, Juan Carlos I recibió la orden de la Jarretera concedida por Isabel II; en 1997, acudieron a los festejos por las bodas de oro de Isabel II y Felipe de Mountbatten, y, cinco años después, por el medio siglo de la coronación de la reina británica.
La carroza con doña Letizia y las naranjas sevillanas
La última ocasión en la que Felipe de Edimburgo tuvo contacto con la familia real española fue por la visita de Estado de Felipe VI y la reina Letizia al Reino Unido en julio de 2017. Durante ese viaje, el marido de Isabel II, por entonces de 96 años, compartió coche de caballos con doña Letizia en un paseo en carroza a lo largo del Mall, la avenida que lleva al Palacio de Buckingham.
Como gesto de hospitalidad, los reyes de España se alojaron en Buckingham, donde antes de los actos oficiales compartían desayuno, acompañado siempre de mermelada amarga de naranja. Entonces se desveló que cada año se envían al palacio Buckingham el fruto de los naranjos que crecen y florecen en los Reales Alcázares de Sevilla.
Ya con la tormenta política del Brexit desatada, don Felipe y doña Letizia regresaron en junio de 2019 con motivo de la proclamación del monarca como caballero de la Orden de la Jarretera, que Isabel II también había concedido a Juan Carlos I en 1989.
La eterna espina de Gibraltar
Y sin embargo, la amistad entre familias reales no impidió que surgieran roces diplomáticos, principalmente a causa de la disputa por Gibraltar entre España y el Reino Unido.
Así, don Juan Carlos y doña Sofía no asistieron a la boda del príncipe Carlos y de Diana de Gales en 1981 ante la decisión de los novios de comenzar la luna de miel en la colonia británica. En 2012, por el mismo conflicto, la reina Sofía suspendió su presencia al banquete con que Isabel II conmemoró sus 60 años de reinado.
La última vez que los actuales monarcas españoles coincidieron con su “querida tía Lilibeth” fue el pasado 29 de marzo, cuando se celebró en la abadía de Westminster una mesa para conmemorar un año de la muerte del duque de Edimburgo.