Los epidemiólogos advierten: 13.000 personas pueden morir al año en España por el calor
La falta de medidas podría triplicar las muertes por olas de calor, según señala la Sociedad Española de Epidemiología. No todas las poblaciones lo sufren por igual.
España se está adaptando al aumento de las temperaturas, pero no de forma heterogénea ni al ritmo que debería, con lo que si no se toman medidas, la mortalidad podría triplicarse hasta las 13.000 anuales, frente a las algo más de 4.300 que se estima han provocado las sucesivas olas de calor de este verano.
Es una de las conclusiones que ha expuesto Julio Díaz, codirector de la Unidad de Referencia en Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), en la primera jornada de la XL Reunión Anual de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE) que este año dedica a los “Retos del siglo XXI: Cambio climático, medio ambiente y desigualdades sociales”.
Los últimos siete años -y muy probablemente, 2022 sea el octavo- han sido los más calurosos desde que hay registros; por ahora, los españoles se han ido adaptando al incremento de las temperaturas, pero no lo están haciendo de manera igual, pues entran en juego otros factores socioeconómicos o geográficos. “La adaptación es clave”, y mientras “hay provincias que se han adaptado muy bien, como Huelva, otras fatal como Ciudad Real o Valladolid”, ha explicado Díaz.
“El nivel de renta es incluso más determinante que la edad”
¿Qué factores explican esta desigualdad? Son numerosos: “la pobreza, el carácter urbano (vivir en una ciudad es peor) o la buena calidad de la vivienda” -ha enumerado el experto- son algunos de ellos. No en vano, el nivel de renta es aun incluso más determinante que la edad, ha apuntado.
Las predicciones apuntan a que tampoco lo están haciendo a la velocidad requerida, con lo que, teniendo en cuenta el escenario más desfavorable recogido en modelos de la Aemet, que calculan una subida de 0,7 grados por década, la capacidad de adaptación actual no sería suficiente y podrían dispararse los fallecimientos.
En el periodo 2000-2009, la media anual de defunciones es de 1.300 pero, si no se hace nada para adaptar la capacidad de adaptación al calor extremo, “podría haber hasta 13.000 muertes al año” en el peor de los escenarios, de ahí la necesidad de adelantarse.
Con datos aún sin consolidar, se calcula que se han producido más de 4.300 muertes atribuibles al calor este verano; Díaz ha querido dejar claro que las de este año no son cifras de muertos reales, de momento solo proyecciones sin consolidar como las que hace el Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo) del ISCIII, que estima 4.654 muertes por calor desde el pasado 1 de junio hasta hoy.
“El principal problema es que ahora mismo no sabemos las causas de la muerte”, ya que el INE ofrece su estadística anual de defunciones a un año vista, de modo que lo que ha ocurrido este verano no se sabrá hasta finales de 2023.
“El cambio climático mata y hay millones de vidas en juego”, han concluido los expertos en el centro Carlos Santamaría de la UPV/EHU, en San Sebastián.