Los derechos que aún nos quedan por conseguir
Las mujeres día a día nos enfrentamos a situaciones de desigualdad.
Mañana es 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer. Algunos hombres regalarán bombones a sus esposas. Otros, felicitarán a sus amigas. Muchas marcas ofrecerán descuentos para hacerse masajes o peelings corporales. Habrá empresas que regalarán flores a sus empleadas y actores conocidos que publicarán parrafadas comunicando que es el día de las mujeres. Pero nada de eso tiene que ver con el 8M.
Da un poquito de pavor —y de rabia— ver cómo cada año se desdibuja más su verdadero significado, ya sea con prácticas consumistas, felicitaciones equivocadas o protagonismos robados. El 8M no se celebra que las mujeres sean mujeres, sino que se recuerda la lucha de nuestras antecesoras por conseguir los derechos que disfrutamos ahora y se pone el foco en los que aún quedan por alcanzar. No es un día de desfiles de carrozas, sino de manifestaciones y huelgas. Laborales. De consumo. De cuidados. Los derechos no se consiguen a base de regalos, sino de compromiso y acciones a lo largo de todo el año.
Necesitamos noticias positivas y parece que eso se refleja en los carteles que ilustran en los últimos años el 8M. Los dibujos coloridos de mujeres diversas bailando de la mano adornan calles y plazas, pero cuidado con transmitir la idea de que ya está todo logrado. El feminismo es un movimiento social y político que busca la igualdad de derechos y oportunidades reales y efectivos entre hombres y mujeres. Por mucho que algunas leyes hayan cambiado, la realidad nos devuelve una versión diferente: la mayoría de esos derechos escritos no son efectivos.
Las mujeres día a día nos enfrentamos a situaciones de desigualdad y con la pandemia se han incrementado todavía más. Las mujeres seguimos sosteniendo la economía mundial realizando trabajos domésticos y de cuidados no remunerados. Sufrimos la triple jornada. Desempeñamos los trabajos más expuestos al virus (limpiadoras, enfermeras, cuidadoras…). Soportamos la brecha salarial y los empleos peor pagados.
Estaría bien que entre tanta flor, felicitación y promoción recordásemos lo que aún nos queda por conseguir y que el 8M no se quede en un día de postureo, sino que sea un compromiso diario. Aquí van algunas sugerencias de trabajo:
1. Impulsar el liderazgo y la participación de las mujeres en el ámbito laboral:
Procurar la paridad en puestos directivos, comités científicos, congresos, festivales, jurados, becas y premios para generar mayor confianza a la hora de contar con ellas para esos puestos.
2. Acabar con la brecha salarial:
Hombres y mujeres deben cobrar el mismo salario por desempeñar el mismo trabajo y cargo.
3. Visibilizar en los medios de comunicación las aportaciones de las mujeres a la sociedad:
Valorar las aptitudes y los logros de las mujeres evitando poner el foco en su apariencia.
4. Combatir la triple jornada:
Repartir equitativamente los cuidados familiares y las tareas domésticas entre los miembros de la familia. Las mujeres también necesitan disponer de tiempo para el ocio, el autocuidado y desarrollar sus propios proyectos.
5. Evitar el uso de estereotipos en la comunicación visual:
Proyectar una imagen diversa de las mujeres visibilizando todas las edades, tallas, rasgos, condiciones físicas y roles, asociados a características positivas.
6. Compartir la ciudad:
Contar con la visión y las necesidades de las mujeres en el diseño y la organización del espacio urbano construyendo una ciudad inclusiva y segura para ellas.
7. Respetar el cuerpo de las mujeres:
Combatir el maltrato físico, psicológico y el abuso sexual hacia las mujeres. Mantener siempre relaciones sexuales consentidas.
8. Las carreras y las profesiones no tienen género:
Cualquier persona tiene derecho a estudiar y desarrollar la profesión que desee independientemente de su género, sin ser juzgada por ello.
9. Asegurar la formación en materia de género de la estructura judicial:
Contar con profesionales formados/as en materia de género, desde la atención primaria hasta el veredicto final.
10. Poner en valor el trabajo de las mujeres rurales:
Favorecer su independencia y autonomía personal, remunerar de manera justa su trabajo y contar con ellas en puestos de responsabilidad.
11. Ejercer una comunicación virtual respetuosa:
No acosar, insultar o amenazar a las mujeres en redes sociales ni generar odio contra ellas. Dar la cara con perfiles reales e identificables.
12. Liberar a la masculinidad de comportamientos agresivos, dominantes, poco empáticos e individualistas:
Ampliar el concepto de género masculino integrando otras perspectivas que permitan desarrollar su dimensión emocional, su vulnerabilidad, los cuidados y el trabajo en equipo.