Lo que sucede cuando Margarita del Val se quita la mascarilla en un acto es muy significativo

La viróloga Margarita del Val, una de las voces más populares de la pandemia, ha protagonizado una significativa escena durante una mesa redonda en la que ha participado en el Colegio de Ingenieros Industriales de Madrid.

La científica llegó al acto cuando ya había empezado y todos los participantes estaban sin mascarilla, justo el día en el que los cubrebucas habían dejado de ser obligatorios en interiores

Del Val llegó con su mascarilla puesta, se sentó y a los pocos segundos le preguntaron, por lo que tuvo que hablar. La viróloga, tras unos instantes, comenzó a quitarse el tapabocas y en ese momento intervino la moderadora.

“Sí, puedes sacarte la mascarilla. Estamos en valores de 500, aprovecho para informar a todo el mundo”, apuntó.

Esa anécdota refleja bien la tesis que ha venido sosteniendo Del Val en las últimas semanas, cuando ha subrayado que lo realmente importante a la hora de quitarse o no la mascarilla es la ventilación y la medición del CO2.

En marzo, por ejemplo, aseguró que eliminar el uso de las mascarillas en España es “una necesidad social”, si bien recordó que su uso ha sido “uno de los ases en la manga” con respecto a Europa para reducir las oleadas por coronavirus.

Además subrayó que el uso de la mascarilla en interiores ha ayudado a España para rebajar la incidencia de la pandemia y su no uso ahora debe conllevar otras medidas como reforzar la ventilación de los locales cerrados y aprender a hacerlo mejor y de una manera más inteligente, “con un esfuerzo menor”.

“Podemos no pasar un frío espantoso en invierno y un calor tremendo en verano, si aprendemos a usar medidores de CO2, si conocemos mejor los filtros HEPA adecuados o si se informa de ellos y se regula su fabricación y su uso” señaló en el XI Ciclo de Seminarios “Avances en Biomedicina”, organizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en Ciudad Real.

El acto en el que ha participado este miércoles trataba precisamente de la importancia de asegurar de forma continuada la calidad del aire interior mediante la medición de la concentración de CO2, ya que las evidencias científicas disponibles demuestran la gran importancia de la transmisión de enfermedades infecciosas por medio de aerosoles, lo que a su vez explica que el riesgo de contagio en interiores sea muy superior al que existe en el exterior.