Listeriosis: ¿dónde ha estado el fallo?
Hay ya 150 casos confirmados y unos 500 bajo sospecha, pero seguimos sin saber dónde está el foco y por qué se retrasó tanto el lanzamiento de la alerta
Alerta andaluza, alerta nacional, alerta internacional. Una decena de casos, un centenar, luego 500 sospechosos. La evolución de la crisis de la listeriosis causada por la carne mechada de la marca La Mechá nos trae en vilo. No es un problema de salud menor: ya ha causado la muerte de una anciana de 90 años, puede que fuera la causa de dos abortos en un estado avanzado de gestación y tiene aún a 53 personas ingresadas, de las que 23 son mujeres embarazadas, y tres están en la UCI.
Eso es lo que sabemos, más bien poco. Números. Evolución. Lo que no sabemos es mucho más. A esta hora no se conoce ni dónde está el foco de la infección ni tampoco hay explicaciones sobre los retrasos de la Junta de Andalucía, denunciados desde el primer minuto por la organización de consumidores Facua, a la hora de controlar la crisis. Desde la pasada medianoche, no sólo están inmovilizadas y retiradas todas las partidas de carne mechada de esta marca, sino todos los productos que han salido de su factoría, aunque no se han encontrado bacterias en ellos. Una medida de precaución.
¿Pero dónde está el problema? No se sabe aún. Puede estar en la carne o puede estar en la fábrica sevillana donde se produce todo. Hoy se esperan los resultados definitivos a las muestras tomadas a pacientes y carne mechada y los demás productos de la misma empresa (sobre todo con base de lomo y chicharrón), para aclarar las cosas.
Anoche, en la Cadena SER, el consejero de Salud andaluz, Jesús Aguirre -en la diana de las responsabilidades políticas y que es médico además-, reconoció que desconoce aún dónde está el foco de contaminación. “No sabemos en qué punto se ha contaminado... Sabemos que (la carne) se hace en horneado a temperaturas altas que destruyen las bacterias. Tiene que ser entre el terminado del horneado o el envasado. Puede ser instrumental, el propio plástico, manipulación... Como no sabemos fijo cuál es el foco, por eso hemos comunicado la analítica y la paralización cautelar”, sostuvo.
Tampoco se sabe por qué se han ido encadenando retrasos, los que han llevado a que no se ponga coto antes a la crisis, falte información y los casos se multipliquen, generando cada vez más alerta. Revelaciones periodísticas hechas por El País y la Cadena SER dan cuenta de pasos errados, de procedimientos de rutina que no se siguieron con diligencia. Por ejemplo: se seguía diciendo que la crisis se limitaba a Sevilla y Huelva, cuando había ya 225 kilos de este producto fuera de la comunidad; la alerta se lanzó 38 días después de la detección de los primeros casos de listeriosis y cinco días se tardó en dictar esa alerta, aún teniendo sobre la mesa los resultados concluyentes de los laboratorios sobre el origen del brote.
La Dirección General de Salud Pública de la Junta de Andalucía ha admitido que tenía conocimiento de un incremento de casos de listeriosis en relación a otros años. Esto, desde la segunda quincena de julio. La SER ha divulgado un documento oficial, enviado a las delegaciones territoriales y con fecha de 19 de agosto, que dice que “el Punto de Contacto de Andalucía informó que desde la segunda quincena de julio se había detectado un incremento en relación a los casos esperados, a tenor de los datos anteriores de casos de listerioris en Andalucía”.
Lo que se hizo fue notar esa subida de casos, conforme a la media de años previos, e informar de seguido a la Junta. Sin embargo, no se conocen nuevos movimientos hasta el 5 de agosto
En el mismo documento, en el punto 37, se añade que “el 5 de agosto se declaró el brote de toxiinfección alimentaria en una localidad de la provincia de Sevilla, se inmovilizaron los alimentos consumidos y se tomaron muestras para su análisis”.
Entre el 5 y el 8 de agosto se desconoce lo que ocurrió. No fue hasta ese día cuando se llevaron las muestras al laboratorio. “Entre los días 11 y 12 también se declararon otros brotes y también se tomaron muestras”, añade el escrito.
La Junta todavía tardaría cinco días en retirar la carne con listeria. Inició la inmovilización del producto el día 14, pese a que sabía desde el día 9 que una de las dos muestras analizadas dio un resultado “altamente positivo” a la bacteria. Este dato se extrae de otro documento interno del Laboratorio Municipal de Sevilla, dependiente del Ayuntamiento, conocido por El País.
Cuando el Gobierno andaluz (ahora en manos de la alianza PP-Ciudadanos) lanzó la alerta, el aviso ya estaba en las redes sociales, de mano de Facua.
Los casos, mientras, se iban sumando en las urgencias de los hospitales de Sevilla y Huelva, sobre todo. Los grupos de riesgo, como ancianos, personas con bajas defensas, niños y embarazadas estaban bajo especial aviso. El pasado martes, 20 de agosto, se conoció la hasta ahora única muerte por listeriosis, de una mujer de 90 años, hospitalizada desde el pasado día 15 en el hospital Virgen del Rocio de Sevilla y que había consumido esta carne contaminada.
Ese mismo día trascienden nuevos casos fuera de Andalucía. Cataluña investiga dos posibles casos de listeriosis y el Gobierno central confirma que la alerta por esta bacteria afecta a todo el país. La alerta “se activa en el momento en el que una comunidad nos comunica un brote y existe la sospecha de que se extienda”, defiende el Ministerio de Sanidad, insistiendo en que las competencias de la crisis son de la Junta, que es la encargada de lanzar la alerta inicial e inmovilizar los productos.
¿De quién es el retraso?
Empiezan los primeros reproches políticos: el Ejecutivo andaluz habla de un problema en el laboratorio de Sevilla, una ciudad gobernada por el PSOE. Hubo, dicen, un error que provocó que la identificación de dicha carne contaminada se retrasase cuatro días. Los especialistas de ese laboratorio lo niegan, tajantes. Las muestras venían mal etiquetadas por la Junta de Andalucía, que se encargaba de recogerlas e identificarlas, mientras que el Laboratorio del Consistorio fue el encargado del análisis de las muestras, dicen. Estaban “cerradas con precinto de plástico inviolable” e identificadas por el inspector responsable de Junta.
La Junta ha repetido que, al parecer, los análisis apuntaban en un principio a que la carne contaminada era elaborada por un establecimiento de Benaoján (Málaga). Hasta el día 14, el Laboratorio de Sevilla no notificó a la Administración regional que había habido un error y que los resultados iniciales -y provisionales- que habían dado positivo en listeria no correspondían a la carne elaborada en Málaga, sino a la distribuida con el nombre de La Mechá, fabricada por la empresa Magrudis.
Ya el 21 de agosto, miércoles, las autoridades informan de que ya hay 150 afectados en cinco comunidades: Andalucía, Aragón, Madrid, Cataluña y Extremadura. Además se han detectado otros tres posibles casos en Castilla La Mancha y otro en Castilla y León. En total, solo en Andalucía hay bajo sospecha más de 500 casos, según ha señalado el portavoz de la Junta de Andalucía para esta crisis sanitaria, José Miguel Cisneros, a los que hay que añadir los que se están evaluando en otras comunidades.
Este jueves, el Ministerio de Sanidad ha activado también la alerta internacional, no porque se hayan dado casos fuera de nuestras fronteras, sino por si acaso, por precaución, por si hay turistas o emigrantes que se hayan podido llevar la carne mechada, tan popular en Andalucía.
La Junta de Andalucía, desde anoche, ha paralizado la actividad y la retirada de todos los productos elaborados por la empresa sevillana Magrudis. Pese a ello, su página web mantiene todos sus productos cárnicos a la venta. No ha introducido cambios en la información a los clientes y consumidores sobre sus productos tras la orden dictada por la Junta.
La Dirección General de Salud Pública del Gobierno andaluz “está muestreando otros productos diferentes” a la carne mechada también elaborados por Magrudis, y este jueves se sabrán los resultados.
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