Lo que Francia envidia de España en la lucha contra la violencia machista

Lo que Francia envidia de España en la lucha contra la violencia machista

“Del otro lado de los Pirineos, hace tiempo que se legisla con eficacia".

Manifestación feminista del 8 de marzo en Madrid.CARLOS PINA

Escuchar de boca de un francés que “España es un modelo” no es algo muy habitual. Más si quien lo dice es la ministra de Justicia del Gobierno de Macron, Nicole Belloubet, en un programa en directo de la televisión gala. Pero ha ocurrido. Este domingo, en una conversación sobre feminicidios en BFMTV, la ministra citó a España como ejemplo a seguir en la lucha contra la violencia de género.

“Nosotros [en Francia] emitimos unas 3000 órdenes de alejamiento al año, mientras que en España se emiten aproximadamente 10.000”, señaló la ministra como muestra de la falta de protección a las víctimas en Francia. Estas cifras suponen que en España se tramitan tres veces más órdenes de alejamiento que en el país vecino, cuando la población francesa (67 millones de habitantes) es un 42% superior a la española.

El sábado, con la mente puesta en las 74 asesinadas por su pareja o expareja en Francia en lo que va de 2019, cientos de personas salieron a las calles de París para exigir acciones concretas a su Gobierno. Como respuesta, Marlène Schiappa, secretaria de Estado para la Igualdad entre mujeres y hombres, anunciaba una serie de negociaciones y propuestas sobre “violencia conyugal” a partir de septiembre.

Pero para muchos, no es suficiente. “Señor presidente, la violencia no se coge vacaciones”, critica en Twitter la organización Nous Toutes [Todas nosotras]. La actriz francesa Éva Darlan también denuncia la situación en su país, lamentando que no se haga tanto por la lacra machista como en España: “Hemos pedido muchas cosas que no se han hecho nunca. [...] Nos reunimos con el primer ministro y con Marlène Schiappa para pedirles que destinen mil millones de euros, como se ha hecho en España. [...] En cuanto dijimos eso, todos empezaron a mirarse el reloj y a decir que tenían otras reuniones. Nos sentimos timados”, cuenta Darlan, muy comprometida con la lucha feminista.  

Este lunes, la edición francesa del HuffPost se hacía eco de esta información, explicando por qué no deja de mencionarse a España como modelo a seguir. “Del otro lado de los Pirineos, hace tiempo que se legisla [contra la violencia machista]. Y con eficacia”, escribe el periodista Paul Guyonnet. “Desde 2004, el presidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero aprobó una ley orgánica infinitamente más protectora que en Francia para las mujeres víctimas de violencias, haciendo de esta plaga una gran causa nacional”, explica.

España fue pionera con la ley de violencia de género de 2004
Susana Gisbert

Para Susana Gisbert, fiscal especialista en violencia de género y en delitos de odio, la afirmación del reportero francés no es ninguna exageración. “España fue pionera con la ley integral contra la violencia de género e incluso a día de hoy no hay muchos países donde se tomen medidas similares”, asegura. Rebeca Palomo, delegada del Gobierno para la Violencia de Género, lo confirma: “Desde 2004 son numerosos los países de todo el mundo interesados en las políticas públicas que desarrollamos y en 2015 el Consejo de Europa llegó a calificar la ley española de ’ejemplar”.

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Gisbert destaca “la amplitud de medidas civiles y penales” incluidas en dicha legislación. “No se trata sólo de las órdenes de alejamiento, sino de las protecciones civiles. En el mismo juicio se decide, por ejemplo, con qué progenitor se van a ir los hijos”, señala. Además, “las víctimas de violencia machista extranjeras no son deportadas, existen casas de acogida, se les da medios y ayudas… y eso facilita que una mujer maltratada se decida a denunciar, que es lo más importante”, recalca. De ahí que haya menos reticencia por parte de las mujeres a dar ese primer paso y alzar la voz con una denuncia. 

El HuffPost Francia apunta a otro acierto: en España se controla a los culpables con un dispositivo telemático que actualmente llevan “entre 1200 y 1500 personas”. Prueba del interés del país vecino por esta medida es que entre abril y mayo de este año ha habido al menos dos visitas a España por parte de autoridades francesas “para conocer el sistema español” y el ”centro de control de los dispositivos de seguimiento telemático”, cuenta Palomo.

“Aunque hay voces en contra de las pulseras electrónicas —admite la fiscal Gisbert—, cuando el agresor sale de prisión, pueden ser muy eficientes para geolocalizarlo”, sostiene. No obstante, lo que ella considera “más positivo” es “que el mismo juzgado se encargue de todos los incidentes de un mismo agresor”. Así el juez conoce el historial de la pareja “y puede entender mejor, por ejemplo, que el agresor haya sido detenido por estar en la puerta de ella”, explica Gisbert.

  Manifestación en Madrid de apoyo a la víctima de La Manada.CARLOS PINA

España también va a la vanguardia en la formación especializada de los funcionarios. “Todos los profesionales de la cadena de intervención (en las áreas médica, policial y judicial) reciben una formación obligatoria” y “los jueces están obligados a instruir los casos en menos de 72 horas”, destacan en Francia. Aunque Gisbert matiza que la implantación de la formación obligatoria “está todavía en proceso” y que se necesita más “perspectiva de género”, la fiscal reconoce que la legislación española sigue siendo “una de las mejores contra la violencia de género”.

La sociedad española ya habla de 'crímenes machistas' y no de 'sucesos'

Y para Francia es un referente. Porque, pese a que en España se sigue asesinando a mujeres, la cifra se ha reducido. En 2003 fueron asesinadas 71 mujeres por violencia machista y en 2018, 49. En Francia, fueron 130 las asesinadas en 2017. Pero no sólo eso: la sociedad española ya habla de “crímenes machistas” y no de “sucesos”, recalca el HuffPost Francia, y la mayoría de la población está concienciada. Por poner un ejemplo, en Francia, la protesta más concurrida contra la violencia machista fue la del pasado 25 de noviembre, con unas 30.000 manifestantes en París, frente a las 350.000 personas que se congregaron en Madrid y a las 200.000 en Barcelona —por citar sólo dos ciudades— con motivo del 8 de marzo.

  Manifestación el 8 de marzo en Madrid.CARLOS PINA

Los datos de la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA) también lo confirman: según un estudio que realizó esta entidad en 2014, el grado de sensibilización de la sociedad española frente a la violencia de género es el más alto de la Unión Europea, afirma la delegada del Gobierno para la Violencia de Género. Y esa concienciación se nota a la hora de denunciar: si en España se presentaron 160.000 denuncias de malos tratos en 2017, en Francia fueron cuatro veces menos.  

“La inversión es esencial para que haya progresos”, aclara Susana Gisbert. Porque “para la prevención, protección y asistencia a las víctimas y a sus hijos e hijas”, se necesitan fondos, recuerda Rebeca Palomo. “El Pacto de Estado contra la Violencia de Género [aprobado por unanimidad en 2017] contempla un presupuesto de 1.000 millones de euros en los cinco años de su desarrollo”, señala Palomo. Además, en enero de 2019 el Gobierno de Pedro Sánchez amplió a 220 millones el dinero reservado al cumplimiento del Pacto de Estado —tres veces más que en Francia—, el presupuesto destinado al Instituto de la Mujer y la partida para financiar los gastos de personal en Justicia y para crear nuevas unidades judiciales centradas en evaluar el riesgo que corren las víctimas.

Y, sin embargo, no es suficiente. “Cada asesinato es un fracaso”, resume Gisbert. El HuffPost Francia cita además la violación múltiple de La Manada, así como la sentencia inicial del Tribunal Superior de Justicia de Navarra, que finalmente fue revocada por el Tribunal Supremo al concluir que la víctima sufrió “violación” y no “abusos sexuales”, como se concluyó en primera instancia.

El riesgo no es tanto que se derogue la ley, sino que la violencia machista se convierta en un tema incómodo y por ello se evite llevar a la mesa de negociación
Susana Gisbert

Lo que no citan nuestros compañeros franceses es que desde que Vox está en las instituciones, todo lo avanzado en la lucha contra la violencia machista peligra. La ley de violencia de género de 2004 y el Pacto de Estado de 2017 fueron aprobados “por unanimidad”, recuerda Gisbert, por eso la fiscal no logra entender ”que un partido que votó su aprobación (Partido Popular) se alíe ahora con otro que defiende su derogación (Vox)”. Para ella, “el riesgo no es tanto que se derogue la ley, sino que la violencia machista se convierta en un tema incómodo y por ello se evite llevar a la mesa de negociación o se evite pedir recursos”. “Todo lo que no sea avanzar es retroceder”, advierte.

En cualquier caso, la fiscal celebra “que se hagan reportajes en positivo”. Esto hace ver “a quienes dicen que las medidas no son efectivas que, pese a sus carencias, la ley de violencia de género sigue siendo muy, muy necesaria”.

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Marina Velasco Serrano es traductora de formación y periodista de vocación. En 2014 empezó a trabajar en 'El HuffPost' como traductora de inglés y francés en Madrid, y actualmente combina esta faceta con la elaboración de artículos, entrevistas y reportajes de sociedad, salud, feminismo y cuestiones internacionales. En 2015 obtuvo una beca de traducción en el Parlamento Europeo y en 2019 recibió el II Premio de Periodismo Ciudades Iberoamericanas de Paz por su reportaje 'Cómo un Estado quiso acabar con una población esterilizando a sus mujeres', sobre las esterilizaciones forzadas en Perú. Puedes contactar con ella escribiendo a marina.velasco@huffpost.es