Hemos probado la leche de patata y este es el veredicto
Será una de las nuevas modas alimentarias a partir de 2022.
Primero fue la leche de soja. Luego la de avena, la de almendra, la de coco... Ahora han inventado una nueva leche vegetal, aunque todavía no se comercializa en supermercados. Las reacciones que suscita están bastante polarizadas.
La leche de patata será una de las nuevas modas alimentarias a partir de 2022, según el informe anual de la cadena de supermercados británica Waitrose. Baja en azúcares y grasas saturadas, lo tiene todo para inundar las cafeterías y los supermercados ecológicos dentro de pocos meses, según algunas de las previsiones de este supermercado.
Es una predicción bastante conveniente, teniendo en cuenta que esta misma cadena de supermercados ha programado el lanzamiento del producto para febrero de 2022. Pese a todo, no parece que la moda vaya a tardar mucho en extenderse y, al fin y al cabo, el vodka también está hecho con patatas, así que nos ha picado la curiosidad.
La leche de patata que hemos probado es de la marca sueca Veg of Lund, comercializada por Dug, y tiene tres variedades: original, sin edulcorantes y barista.
Según Dug, la leche de patata es “la alternativa más sostenible del mercado”. Cuatro miembros de la edición británica del HuffPost han tenido la oportunidad de probarla y las opiniones son muy variadas.
Nancy Groves, jefa de Life: ⭐️⭐️
“Soy la reina de los carbohidratos y la patata es la joya de mi corona. Patatas fritas de bolsa, fritas en la sartén, en puré, al horno... Me encantan todas las opciones, así que era lógico pensar que la leche de patata es perfecta para mí. ¿Cómo es que la sola idea de volver a probarla me da repelús?
“Cuando eché leche de patata original en mis cereales, noté un olor distinto al de la leche corriente. Nada de lo que sorprenderse, teniendo en cuenta de qué ingrediente proviene. Tanto el color como la textura se parecen más a la de la leche de soja que a la de la leche corriente, aunque la etiqueta dice que no tiene lactosa, soja, gluten ni frutos secos”.
“Ahora podría meter un chiste y decir que tampoco tiene sabor, pero, por desgracia, no es así. La leche de patata original está ligeramente dulce (lo mínimo que necesitas para acompañar los cereales), pero la versión sin edulcorantes está salada. De hecho, la original también tiene un regusto final y un olor salado que es difícil de describir y aún más difícil de disfrutar. Quizás la leche de patata sea una buena alternativa para las personas con intolerancias y alergias, pero yo prefiero mantener el salado y el dulce separados, sobre todo en el desayuno”.
Faima Bakar, redactora de Life: ⭐️⭐️⭐️⭐️
“Antes de probar la leche de patata, era muy escéptica. Me encantan las patatas, pero ¿en el café? Me daba un poco de reparo. Además, tampoco bebo mucha leche habitualmente. Solo me echo en el café (no como cereales y no me gustan los batidos).
“Cuando estoy en casa, suelo utilizar crema sin lactosa, pero cuando probé la leche de patata (variedad barista) con el café, me quedé gratamente sorprendida. No me supo diferente de mis cafés habituales y, al menos en mi caso, no me dejó ningún regusto raro, algo que sí que me pasa con otras bebidas vegetales.
“La versión sin edulcorantes también me resulta sorprendentemente sutil. Me suelo tomar el café sin azúcar, así que no me supo extraño. Tiene un sabor como a roble (creo) que me gusta. Tengo ganas de probar más tipos de leche de patata. Estoy segura de que compraré más esta leche que la tradicional”.
Rachel Moss, editora de Life: ⭐️
“Quiero dejar claro que la leche de patata es un crimen contra las patatas. Me ha dejado sin palabras la reseña positiva de mi compañera Faima, porque todas y cada una de las variedades de leche de patata de esta marca me han provocado arcadas.
“La versión sin edulcorantes es la peor, de lejos. Es como beber agua con harina y sal. Le di un sorbito para probar y tuve que buscar algo, cualquier cosa, para quitarme el mal sabor de la boca. La original y la barista están algo mejor, pero también fracasan estrepitosamente al mezclarse con té.
“En un intento desesperado por aprovechar mis tres cartones de leche antes de que caducaran, intenté cocinar con la versión sin edulcorantes. Para hacer salsas no está mal (con mucho ajo para enmascarar el sabor) y quizás les sirva a los veganos a los que no les gusta la soja en la bechamel. Eso sí, vigila la sal que le añadas, porque esta leche ya viene salada.
“Espero que los líderes mundiales hayan encontrado otras alternativas en la Cumbre del Clima para salvar el planeta sin que tengamos que bebernos esta basura”.
Habiba Katsha, redactora de Life ⭐️⭐️⭐️
“En lo que respecta a las alternativas a la leche, solo hay una ganadora, y es la leche de avena. He probado la de soja, pero me sabe desagradable, y la de almendra me deja un regusto raro. Desde que probé la leche de avena, no recuerdo la última vez que tomé leche corriente. Cuando oí hablar de la leche de patata, lo primero que pensé fue que no pintaba bien, pero al menos quería darle una oportunidad.
“Probé la versión sin edulcorantes con té (y con tres cucharaditas de azúcar). Aun así, me echó para atrás lo salada que estaba. Me dejó la boja seca, como si hubiera bebido harina.
“Luegó probé la versión barista. Estaba un poco más dulce, pero tenía el mismo regusto a harina. Por último, probé la original, que me pareció la mejor. No tiene mucho sabor, pero tampoco parece que esté bebiendo harina. Aunque la leche de patata sabe un poco rara, me gusta más que la de soja o la de almendra”.
Este artículo fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Reino Unido y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.