Le da por preguntar cómo le gustan los chicos y se lleva un brutal 'zasca' que le deja devastado
"Tú no eres el tipo de chico que me pueda llamar la atención".
Frente a él tenía a Tamara, una teleoperadora de 25 años que, todo hay que decirlo, ha combinado suavidad y sinceridad (de lo más directa) durante toda la cita.
Desde un primer momento, la cosa no terminaba de fluir. Ambos, Tamara y Alejandro, parecían de lo más majetes. Pero algo no carburaba.
Pincha aquí para ver el programa completo en la web de Cuatro
Para romper el hielo, el chaval explicó a Tamara que vive con su madre y su hermana y ha afirmado que, quizás por ello, tiene muchos gestos femeninos que no le avergonzaban. La chica, sorprendida, explicaba ante la cámara que para nada había percibido eso que el chico le dijo y que, en caso de que así fuera, a ella le daba igual: "Yo no lo veo algo malo al final".
Sin embargo, los problemas de verdad no tardaron en llegar con otro aspecto: el físico.
Tamara no se anduvo por las ramas y dejó claro que buscaba un chico que pudiera llamarle la atención. Entonces, llegó el mal rollito:
Pero ya era tarde. La autoestima de Alejandro había quedado devastada. Ante la cámara, el chico se limitó a reconocer que las palabras de Tamara le habían hecho pupa: "Cuando me ha dicho que no soy su prototipo es verdad que se ha roto un poco mi corazoncito, porque es lo que te dicen cuando te quieren llamar feo con un poco de tacto. A ver, ya tengo 24 años y me han rechazado muchísimas chicas, a otras les he gustado. Pero que te lo digan nunca es plato de buen gusto".
Pero lo cierto es que, tras ese momento, la cosa nunca volvió a ser igual... y eso no era mucho decir, ya que en ningún momento la cita terminó de funcionar.
No obstante, y pese a la falta de química, aún había un hilillo de esperanza. Un hilillo que, todo hay que decirlo, se fue al garete de un plumazo con las primeras palabras de Tamara en la sentencia final: "No lo quiero como pareja, esto no tiene futuro. Como amigo podemos volver a vernos", concluyó la chica.
El chaval, aún escocido por el revés que se había llevado, argumentó por su parte que no creía que se hubieran gustado en ningún momento y que como pareja nada de nada.
Si quieres leer más historias como esta visita nuestro Flipboard