Las víctimas somos nosotros

Pasan los años y las personas, pero la corrupción del PP en Madrid sigue estando ahí. Consideran que las instituciones pertenecen a su patrimonio y pueden usarlas para sus corruptelas y guerras internas.

Lo que estamos viendo es la última entrega de una serie que cada 4-5 años nos emiten en prime time por todas las televisiones y copa grandes espacios en el resto de medios de comunicación. Una guerra fratricida en el seno del PP donde saltan las corruptelas de unos y otros con dinero público para luchar por el poder de la Calle Génova.

Los madrileños y madrileñas somos las víctimas, y a su vez culpables por consentirlo muchos de ellos con su voto, nos cambian a los actores y actrices, pero la trama siempre es la misma. Da igual que se llame Esperanza Aguirre o Isabel Díaz Ayuso, o que en lugar de Mariano Rajoy ahora esté Pablo Casado, y que el tercero en discordia sea el alcalde de Madrid, pasando de Gallardón a Almeida.

Me dirijo a todos esos votantes del PP, los que fielmente meten su papeleta desde hace años hasta los que votaron alguna vez a esa formación, como a los que por primera vez votaron a Isabel Díaz Ayuso el pasado 4 de mayo.

¿Hasta dónde llega vuestra tolerancia a la corrupción endémica del PP en Madrid? ¿Hasta cuándo vais a permitir que con vuestros impuestos se lo lleven a su bolsillo los amiguetes y familiares de los dirigentes del PP de Madrid?

Estoy convencido que hay miles de madrileños y madrileñas de pensamiento liberal y conservador que no admiten como ético y normalizado que los dirigentes del PP conviertan las instituciones en una pocilga de corruptelas. Me consta que muchísimos afiliados del PP sienten vergüenza ajena cada vez que se emite una nueva temporada de esta serie interminable de corrupción y lucha por el poder.

Por eso, y a pesar de que desde la presidencia de la Comunidad riegan cada año con decenas de millones de euros a los medios de comunicación afines con publicidad institucional y subvenciones, es impresentable que nos traten de presentar a Isabel Díaz Ayuso como una heroína que lucha contra el poder establecido en Génova.

Nunca puede ser una heroína quien dicto órdenes desde su gobierno para que se dejara morir a las personas mayores en las residencias. Nunca podrá ser una heroína quien recibió un préstamo público para su familia y jamás lo devolvió a las arcas públicas. No es ninguna heroína quien vivió gratis durante el confinamiento en un hotel de lujo.

Y jamás será una víctima quien consintió que su hermano hiciera negocios con su gobierno para recibir una comisión de casi 300.000 euros en plena crisis sanitaria. Jamás explicarán por que la cobro, que intermedio con el gobierno de su hermana para que otro amigo de la familia se llevará un pastizal.

Ni heroína ni víctima, Isabel Díaz Ayuso es una más del engranaje mafioso del PP que ha utilizado las instituciones públicas madrileñas desde hace 27 años para medrar en la Calle Génova y, a su vez, enriquecer a familiares y amiguetes a costa de los impuestos de los madrileños y madrileñas.

Y recuerden siempre que José Luis Martínez-Almeida, Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso son discípulos de Esperanza Aguirre, la madre de todas las ranas corruptas del PP de Madrid.