Las preguntas más impertinentes de la familia que mandan tu Navidad a la mierda
Hogar, dulce hogar. ¡JA!
El relato es de Johanne, la protagonista de la serie Navidad en casa (Netflix), pero podría ser el de cualquiera que ronde su edad y no tenga pareja. Lo de ‘vuelve a casa, vuelve por Navidad’ suena muy bonito cuando lo dice El Almendro, pero se convierte en un escape room de lo más enrevesado en la vida real. Ay, hogar dulce hogar... JA.
Si vives lejos, en otra ciudad u otro país, y la familia te telefonea poco es porque prefiere reservarse la batería de preguntas para dispararlas en las reuniones navideñas. Si te telefonea y sabe de ti, ya se le ocurrirán otros asuntos sobre los que indagar. Y si vivís en la misma ciudad, no pienses que te vas a librar, ingenuo: que no todos los días os sentáis juntos a la mesa.
Aquí, si hay que hablar con la boca llena para lanzar los comentarios más impertinentes, se hace. No vaya a ser que la presa se escape. Da igual lo mucho que te arrincones en una esquina de la mesa. Los cañones, hacia tu persona.
Qué comiencen los juegos del hambre:
Al sobrino o sobrina de 30 años: “Y tú qué, ¿todavía no tienes novio?”
Respuesta:
”¿Y qué pasó con ese chico tan majo con el que salías?” (Ese con el que rompiste hace 15 años, cuando ibais juntos al instituto, y que ahora tiene una familia de 20 hijos)
Respuesta:
¿Tú qué? Vienes a mesa puesta
Respuesta:
“Los kilos te sientan bien. Estás más guapa así, más gorda”
Respuesta:
Con cierto cachondeo: “Cómo nos saltamos la dieta, ¿eh?”
Respuesta:
″¿Y los hijos para cuándo?”
Respuesta (parecerás muy normal):
“Estás más delgado, ¿es que no te alimentas bien?” (Y te sirven carne, bombones, polvorones, jamón y un trozo de roscón con peladillas para el postre)
Respuesta (gracias, abuela):
“Madre mía, cómo pasa el tiempo... ¿Cuántos años tienes ya?”
Respuesta:
“Vaya saque tienes, qué bien te entra el vino, ¿eh?”
La única respuesta posible es... seguir bebiendo:
Muy de izquierdas pero bien que comes marisco...
Respuesta:
″¿Quién te escribe tanto?” (Mirando de reojo la pantalla de tu móvil)
Respuesta:
″¿Y qué tal el trabajo? ¿Te suben el sueldo o no? Pues el hijo de Honorio no deja de viajar”
Respuesta (pensando en los viajes del hijo de Honorio):
″¿Después vas a salir a tomar una copa? ¿Con esa ropa?”
Respuesta:
″¿Todavía estás compartiendo piso? ¿No te apetece irte a vivir solo?”
Respuesta:
“Deja esa silla libre, que es para el novio de tu prima. Tú siéntate ahí, con los niños”
Respuesta (evitando ese lugar a toda costa):
“Bueno, ¿y a qué te dedicas? ¿Y de eso se puede vivir?”
Respuesta:
“Entonces, ¿hay boda o no hay boda? ¿Me compro la pamela?”
Respuesta:
“No sé ni lo que parece la gente ya con tanto tatuaje. Tú no llevarás, ¿no?”
Respuesta:
No serás tan ateo cuando estás celebrando la Navidad
Respuesta:
La de 2019: “Y esa obsesión de ahora con el succionador... ¿Tú no tendrás uno? Como no tienes novio...”
Respuesta:
Ya se sabe: la ropa sucia se lava en casa.