Las claves del aumento de la preocupación en Ucrania por la concentración de tropas rusas
Los uniformados toman posiciones. ¿Para qué? Kiev y EEUU temen una eventual invasión, pero Moscú denuncia que es su vecino quien quiere hacer cosas por la fuerza.
La Unión Europea y la OTAN están preocupados estos días ante el despliegue de tropas rusas en varias de sus fronteras, especialmente en la ucraniana. Se calcula que entre 90.000 y 103.000 efectivos militares se han movido hacia el norte, hacia el aliado que es Bielorrusia; al este, en Transdnistria, una región rebelde de Moldavia controlada por fuerzas prorrusas; y lo que más preocupa, hacia Crimea, la península ucraniana anexionada por Moscú en 2014. ¿Es una posición defensiva o de ataque, vienen maniobras, entrenamientos, algo más? ¿Es una jugada de presión, simplemente? Por ahora nadie lo sabe.
Lo que denuncian Kiev y EEUU y asusta a la UE
Según informaciones de los servicios de inteligencia de EEUU, que han hecho llegar a sus socios en la Alianza Atlántica, el presidente ruso, Vladímir Putin, estaría sopesando una invasión de la exrepública soviética a principios de 2022. Contaría con un centenar de grupos tácticos de batallones, apoyados desde el aire. La mitad de esos casi 100.000 militares ya habría completado el despliegue, indican estas fuentes de inteligencia.
La agencia de inteligencia militar de Ucrania, Kyrylo Budánov, declaró el sábado al medio Military Times que Rusia tiene a más de 92.000 soldados en la frontera y prepara un ataque para “finales de enero o comienzos de febrero”.
Una eventual invasión militar implicaría probablemente ataques aéreos, de artillería y blindados seguidos de asaltos de tropas aerotransportadas en el este, desembarcos anfibios en Odesa y Mariúpol y una incursión más pequeña a través de la vecina Bielorrusia, según el general.
En su opinión, el supuesto ataque podría estaría precedido por una serie de operaciones psicológicas para sembrar protestas y descontento a fin de desestabilizar a Ucrania y socavar su capacidad de defensa.
Ucrania afirma, a su vez, que no tiene previsto llevar a cabo una ofensiva en la región del Donbás, donde combate desde 2014 contra milicias separatistas prorrusas, y trabaja para buscar una solución pacífica al conflicto, declaró ayer el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitró Kuleba. “Oficialmente: Ucrania no planifica una operación ofensiva en el Donbás. Expresamos nuestro apego a la búsqueda de una solución político-diplomática del conflicto. Ucrania continúa trabajando tenazmente para revivir el formato de Normandía junto a Alemania y Francia como mediadores”, escribió en su cuenta de Twitter.
Kuleba acusó a Rusia de incrementar “la intensidad de la desinformación, incluyendo acusaciones falsas contra Ucrania de supuestos preparativos para un ataque militar en el Donbás”.
En la UE, quien más claro ha hablado es Francia. Tiene “una duda seria” sobre las intenciones de Rusia, que mantiene “fuerzas ofensivas muy significativas” en la frontera con Ucrania. Su ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, en una entrevista, pide que se despejen las dudas y se verifique el motivo de esa concentración de tropas, por más que sea en suelo ruso, y avisa de que “cualquier acción contra la integridad territorial de Ucrania tendría necesariamente consecuencias graves y de gran alcance”, que no detalló.
¿Qué replica Moscú?
Rusia dice que no hay nada que temer y que esto es un invento de sus adversarios. El Servicio de Espionaje Exterior de Rusia (SVR) ha calificado de “absolutamente falsas” las declaraciones de Occidente sobre esta concentración de tropas y la hipotética preparación de un ataque contra el país vecino. “El Departamento de Estado de EEUU transmite a sus aliados por medios diplomáticos informaciones absolutamente falsas sobre la concentración de tropas en nuestro territorio para una intervención militar en Ucrania”, señaló la entidad en un comunicado citado por la agencia Interfax, en el que se señala que Washington busca avivar la “histeria” sobre este conflicto abierto.
Según el servicio de inteligencia ruso, Washington busca amedrentar de este modo a la comunidad internacional. “Los estadounidenses describen la terrible imagen de cómo las huestes de tanques rusos destruyen ciudades ucranianas, aseguran que tienen ciertas informaciones verídicas de estas intenciones de Rusia”, señaló la entidad.
En tanto, según el SVR, mientras Kiev habla de la amenaza rusa, sus tropas avanzan hacia los territorios del este controlados por las milicias separatistas prorrusas. “Tenemos datos sobre el avance de las posiciones ucranianas al fondo de la llamada zona gris en torno a la línea de separación, y sobre la concentración de tropas y medios del Ejército ucraniano en las zonas fronterizas con Rusia y Bielorrusia”, añadió el SVR.
Además, el servicio denunció que Washington y sus aliados continúan suministrando armas a Ucrania e incentivan el uso de estas “con el fin de perpetrar provocaciones militares” y resolver “por la fuerza” el conflicto en el Donbás, que se ha cobrado ya unas 14.000 vidas.
El contexto de esta tensión agrava cualquier movimiento, hace que todo se mire con lupa. La presión se mantiene en otro flanco del tablero geopolítico del Kremlin, como es Bielorrusia, con la crisis humanitaria y migratoria en la frontera con Polonia y Lituania, en lo que la UE considera una “guerra híbrida” de Minsk, aliado de siempre de Moscú, a quien acusan de usar a los migrantes, vulnerables y desesperados por llegar a la UE, como “arma”. Y todo ello, a las puertas de un invierno que promete ser frío, en medio de una crisis energética global y cuando Putin tiene la llave del gas, del que Rusia es el mayor suministrador de Europa.