Las cinco claves de un trimestre nefasto para el empleo
El coronavirus ha provocado un auténtico terremoto en el mercado laboral: más de un millón de empleos destruidos y tres millones de trabajadores desde sus casas.
Un drama sin precedentes. España destruyó más de un millón de empleos entre abril y junio de 2020, según la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Nunca había ocurrido algo así. La pandemia del coronavirus ha provocado el mayor terremoto en el mercado laboral desde que hay registros, superando lo ocurrido en la crisis financiera de 2008.
En El HuffPost te contamos las cinco claves de un trimestre nefasto para el empleo:
1. El peor trimestre de la historia
Tras esta destrucción masiva de empleo, el número de ocupados se ha situado en los 18,6 millones de personas. Se trata del peor dato desde hace tres años, pero que no refleja toda la realidad de lo que ha ocurrido en el mercado laboral.
La crisis del coronavirus ha cambiado todos los paradigmas. Normalmente el segundo trimestre de la EPA suele ser el mejor del año para la creación de puestos de trabajos. Abril, mayo y junio son meses en los que tradicionalmente las empresas empiezan las contrataciones, ya que se acerca la temporada de verano.
Este año no ha sido así. En concreto, se han destruido 1.074.000 empleos durante el segundo trimestre de 2020. Tradicionalmente se generaban más de 300.000 puestos de trabajo durante estos meses, gracias a las contrataciones temporales para aumentar las plantillas de cara al verano.
La ocupación ha disminuido en el segundo trimestre en todos los sectores. Ninguno se libra. El más damnificado ha sido el sector servicios —donde se ubican los hoteles y los restaurantes— con la pérdida de 816.900 empleos. Le sigue la industria, con una caída de 127.000 ocupados.
La apuesta de varios Gobiernos regionales, principalmente del PP, por el ladrillo no ha logrado su objetivo. La construcción también ha caído en 108.700 ocupados en el segundo trimeste. Incluso la agricultura —considerada como una actividad esencial durante la cuarentena— ha perdido 21.400 empleos estos meses.
2. Los ERTE funcionan como un salvavidas
Los expedientes de regulación temporales de empleo (ERTE) se han convertido en un auténtico salvavidas para el empleo durante la crisis del coronavirus. Los trabajadores afectados por estos instrumentos no están contabilizados como parados, ya que se encuentran en una situación de suspensión de empleo.
El número de ocupados que realmente ha trabajado durante el segundo trimestre se sitúa en las 13.901.000 personas. Solo uno de cada tres personas de más de 16 años ha trabajado durante la cuarentena (el 35,14%).
El impacto de los ERTE se puede comprobar en las horas efectivas semanales trabajadas por los ocupados. Aquí no se incluyen aquellos trabajadores que están en su casa con una suspensión de empleo del 100%, ni la reducciones de jornada.
La caída del tiempo real de trabajo durante estos meses resulta impresionante. Un desplome del 22,59% de las horas trabajadas en el segundo trimestre respecto al trimestre anterior.
3. El paro solo se eleva en 55.000 personas (y tiene sentido)
Esta destrucción masiva de puestos de trabajo no se ha visto reflejada en un incremento similar en los niveles de desempleo. Lo lógico en una encuesta como la EPA es que los empleos perdidos se transformen casi de manera automática en parados en búsqueda de empleo. Una vez el coronavirus ha cambiado los paradigmas.
A pesar de que se han destruido más de un millón de empleos, el paro solo ha crecido en 55.000 personas entre abril y junio. Apenas se ha elevado un 1,66% respecto al primer trimestre. En total, hay 3.368.000 desempleados en España.
Esta diferencia abismal entre ambos datos se debe a que los trabajadores que se fueron a la calle no han podido buscar un nuevo empleo durante el confinamiento establecido durante el estado de alarma.
La búsqueda de empleo es un requisito fundamental para ser considerado parado, según la denominación oficial de la Organización Internacional del Trabajo. Por eso, el INE ha computado a gran parte de estos trabajadores como inactivos. Tampoco están incluidos los trabajadores afectados por un ERTE, ya que son considerados ocupados al mantener sus puestos de trabajo.
Por el momento, la tasa de paro se ha elevado hasta el 15,33% en el segundo trimestre de 2020, un 0,92% más que el trimestre precedente. La cifra actual es similar a la que había en ese mismo periodo hace dos años: 15,28%.
4. Un millón de inactivos, ¿futuros parados?
Una gran parte de estos trabajadores que se han quedado sin empleo están computados como inactivos en la EPA y no como desempleados.
La inactividad —personas que han abandonado el mercado laboral— ha aumentado en 1.062.800 personas. Si solo se computan los trabajadores que han abandonado el mercado laboral pero están disponibles para trabajar, el incremento es de 843.000 personas.
Lo más probable es que una parte de estos trabajadores que se han computado como inactivos se conviertan en parados en la próxima EPA, por lo que el coronavirus seguirá trayendo cola.
Los expertos señalan que la tasa de desempleo sería mucho más elevada si estos trabajadores se computaran como parados.
“La tasa de paro aumentaría hasta un 18,45% de la población activa si se tiene en cuenta ese aumento de 843.000 personas. Y si incluyésemos a los 1,07 millones de ocupados que han perdido su empleo, la tasa sería de un 19,27%. Estas mediciones reflejarían de manera mucho más realista el impacto en el mercado laboral de la crisis del covid-19”, explican desde el equipo de Randstad Research.
5. Más de tres millones de teletrabajadores
El Gobierno recomendó a las empresas que optaran por el teletrabajo como una medida de flexibilidad laboral para sus empleados durante el confinamiento de la población. El objetivo era prevenir un mayor número de contagios por coronavirus y, además, ofrecer una alternativa para evitar que más trabajadores tuvieran que acogerse a los ERTE o fueran despedidos.
De acuerdo con el INE, hay 3.015.200 personas que trabajaron desde su casa durante el segundo trimestre del año. Esta cifra implica que el 16,20% de los ocupados hizo teletrabajo, frente al 4,81% que lo había realizado en 2019.