La violencia obliga a aplazar la final de la Copa Libertadores
Hinchas violentos de River lanzaron piedras y gases al autobús de Boca Juniors, hiriendo a varios futbolistas.
La final de la Copa Libertadores entre River Plate y Boca Juniors, que debía definirse este sábado, ha sido aplazada para el domingo a las 17.00 horas (21:00 horas en la Península), tal y como ha anunciado el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez.
El motivo: el ataque sufrido por el autobús de Boca, que recibió el impacto de varias piedras y lanzamiento de gas pimienta que dejó a varios futbolistas heridos.
"Un equipo no puede jugar y el otro no quiere ganar en estas condiciones", explicó Domínguez a periodistas.
Según las imágenes de televisión de varias cadenas deportivas, el vehículo llegó al estadio con varios lunas rotas y los jugadores, una vez descendieron del bus, llegaron tosiendo y con los ojos llorosos por efecto de los gases.
"¡Nos tiraron de todo!", dijo visiblemente afectado el volante y capitán 'xeneize', Pablo Pérez.
A su vez, el defensor central Carlos Izquierdoz relató rápidamente a periodistas apostados en el ingreso del vestuario boquense en el Monumental que "nos tiraron gas pimienta, palos, piedras. Entró de todo".
La televisión mostró el ingreso de los jugadores al camerino y en su totalidad, así como el cuerpo técnico y varios directivos que viajaban con el plantel, se veían afectados por los gases.
"Fue un descontrol en las últimas calles cerca al Monumental. La policía se vio desbordada ante tanto vandalismo y tuvo que dispersar a los hinchas de River con gases lacrimógenos, que también por efecto del viento y las ventanas rotas ingresaron al micro", dijo uno de los directivos a la prensa.
Según la televisión local, varios jugadores resultaron cortados por efectos de los cristales rotos y el presidente de River, Rodolfo D'Onofrio, se encontraba en el camerino de Boca expresando su solidaridad al equipo rival.