La última foto de Yasmine Bleeth nos ha hecho preguntarnos qué ha pasado con su vida tras 'Los vigilantes de la playa'
El cambio de imagen es radical.
Yasmine Bleeth fue todo un icono en los 90. Enfundada en el traje de baño rojo del equipo de Baywatch, su personaje Caroline Holden hizo soñar a muchos al verla correr por las playas de Santa Mónica. Entre 1993 y 1997, tiempo en el que estuvo en Los vigilantes de la playa, llegó incluso a hacerle sombra a Pamela Anderson, pero esa imagen de sex symbol hace tiempo que ha desaparecido.
Numerosos tabloides británicos se han hecho eco este semana de las últimas fotos de la intérprete paseando a su perro por las calles de Los Ángeles (EEUU). Su llamativo cambio nos ha hecho preguntarnos qué ha sido de su vida tras dejar la serie.
Yasmine Bleeth tenía 25 años cuando se incorporó al reparto de Los vigilantes de la playa. Fue pura casualidad. Llegó para hacer de hermana de Stephanie Holden (Alexandra Paul) en un único capítulo, y le gustó tanto a David Hasselhoff (protagonista y productor) que se quedó durante cuatro años más. Se fue (o mejor, la invitaron a irse) en 1997 convertida en una estrella y habiendo sido elegida por la revista People como una de las 50 mujeres más bellas del mundo.
De aquella marcha, cuyos verdaderos motivos se conocieron mucho tiempo después, han pasado 23 años. Bleeth tiene ahora 51 años y su currículo está lleno de huecos vacíos. Podría decirse que su carrera como actriz terminó en 2003 cuando rodó la tv movie Los vigilantes de la playa: misión en Hawái, aunque no es exactamente así. Según el imdB hay que sumar un último trabajo: la película de terror Beautiful Evil. A taste of immortality, pero no hay imágenes del proyecto.
La cocaína obligó a Bleeth a dejar Los vigilantes de la playa. El productor Douglas Schwartz contó en 2012 a la revista Esquire que fue despedida por este motivo. “Era demasiado difícil tratar con ella”, explicó Schwart sobre la actriz, que siguió haciendo trabajos esporádicos pero no muy relevantes y lleva ya tiempo retirada. “Sé que recibe ofertas pero las rechaza”, dijo el produtor.
A día de hoy nadie sabe a qué se dedica exactamente pero, atendiendo a la palabras del productor, estar desocupada no debería ser un problema para ella. “Era muy inteligente con su dinero y creo que invirtió”, dijo en la entrevista.
Su marido, Paul Cerrito, antes dueño de un club de streptease, se describe en Instagram como consultor de comida y bebida y también como chef.
Se casaron el 25 de agosto de 2002 tras dos años de relación. Se habían conocido en 2000 en Promises, una clínica de rehabilitación de Malibú.
La actriz se enganchó a la droga en 1998 cuando terminó su relación con el también actor Richard Grieco. Se iban a casar pero Bleeth canceló la boda al enterarse de que él había dejado embarazada a una modelo durante su noviazgo. Se refugió en las drogas, según contó en un artículo publicado en Glamour en 2003.
“Estaba cansada de sentir dolor. Estaba perdiendo la fe en el amor. Solo quería sentirme bien de nuevo”, reconoció la intérprete, que empezó consumiendo esporádicamente y que luego convirtió en una rutina que terminó por afectar a su trabajo y a su físico. “A finales de 1999 había dejado de parecerme a mí misma. Mis amigos decían que parecía una extraterrestre, que los ojos se me salían de la cara. No tenía aspecto anoréxico pero en lugar de una talla 6 tenía una 0”, contó la intérprete, que aclaró que su naturaleza es de ser una chica con curvas.
No fue una cuestión de peso, fue mucho más. Su representante la excusaba diciendo que tenía sinusitis, pero sus problemas eran mucho mayores. “El médico me recetó antibióticos y dijo: ’Un par de meses más con esta infección [de nariz] y podría haber ido a tu cerebro y matarte”, explicó la intérprete, que en ese momento no frenó el consumo. Tuvo que desplomarse en el set de rodaje para acabar yendo (inútilmente) a rehabilitación.
En septiembre de 2001, cuando ya había salido de la clínica, fue arrestada tras estrellar su automóvil contra una mediana en Detroit. En ese momento iba con el que hoy es su marido, llevaba 25 gramos de cocaína encima y estaba borracha. Pasó una noche en el calabazo y acabó pagando con dos años de libertad condicional y 100 hora de servicio comunitario.
Su relación con Paul Cerrito, del que dijo se enamoró nada más verlo, la impulsó a dejar las drogas. “Gracias a él estoy sobria. Nada solía hacerme sentir tan bien como la cocaína hasta que me enamoré. Ahora la sensación que tengo cuando estoy con Paul es mejor que como me sentía con la cocaína”, reconoció en Glamour, y confesó que su preocupación en ese momento era no volver a recaer al tratarse de una adicción más psicológica que física.
En 2003 desapareció definitivamente de escena y no volvió hasta 2010. Con 41 años sorprendió posando de nuevo en bañador, esta vez blanco, para la campaña Got Milk? en favor del consumo de leche en Estados Unidos.
Yasmine Bleeth volvió para hacer soñar a sus fans con un posible regreso, que nunca terminó de producirse. De hecho, lo siguiente fue desaparecer durante otros cinco años más. Hasta 2015 no volvió a aparecer ante las cámaras. Esta vez los paparazzi la pillaron en Venice Beach, California, junto a su marido.
Entonces su imagen ya no tenía nada que ver con la que un día la hizo famosa.