La ‘tournée’ de Iglesias: ensayo de la Vicepresidencia
Iglesias busca apoyos para sacar los presupuestos aunque dice que no habla por Moncloa.
Pablo Iglesias, en la cárcel de Lledoners visitando a Oriol Junqueras. Pablo Iglesias, en la Lehendakaritza en Vitoria reunido con Íñigo Urkullu. Pablo Iglesias, en La Moncloa con Pedro Sánchez firmando los presupuestos. Pablo Iglesias, al teléfono hablando con Carles Puigdemont.
Iglesias no pierde el tiempo. Su agenda está completa. Y todos lo miran. Después de su baja de paternidad, el líder morado ha vuelto con fuerza en un momento que pretende rentabilizar, convertido en socio prioritario del Gobierno y a las puertas de un tumultuoso ciclo electoral que arrancará el próximo 2 de diciembre con los comicios andaluces.
El dirigente busca el sitio de Podemos después de unos meses con un partido desdibujado por la ausencia del líder y de la portavoz en el Congreso, Irene Montero. Y el morado vuelve a despertar, como en todo lo que hace, algunas alabanzas y muchísimas críticas. Los partidos de la derecha lo tienen claro: actúa como vicepresidente in pectore y es un flanco con el que atacar duramente a Pedro Sánchez.
"Nunca hablamos en nombre del Gobierno"
Desde el entorno de Iglesias señalan a El HuffPost: "Las críticas de vicepresidente las lanzan quienes se lo han inventado. No tiene mucho sentido". Fuentes cercanas al líder de Podemos subrayan: "Nunca hemos dicho que estemos actuando en nombre del Gobierno". Lo que está haciendo el secretario general, indican las fuentes, es su "trabajo" y defiende los presupuestos porque son un avance "importante". Aunque no sean las cuentas ideales para los morados, son mucho "mejores de las que serían" sin ellos, sostienen.
Desde Podemos insisten en que no hablan en nombre del Gobierno, pero sí llevan semanas transmitiendo la idea de que cogobiernan. El propio Iglesias lo ha dicho en público, y además ya se empiezan a enviar señales de que quieren entrar en un Gobierno de coalición con el PSOE a partir de las próximas elecciones de 2020.
Desde el Gobierno y el PSOE se han cuidado mucho las declaraciones sobre el papel de Iglesias. Diferentes ministros y portavoces siempre han dicho que respetan los pasos del secretario general, aunque también ha habido algunos toques. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lanzaba este mensaje desde Bruselas la semana pasada sobre la visita de Iglesias a Junqueras en la cárcel: "Agradezco el apoyo a esa propuesta presupuestaria pero también recuerdo que la negociación en nombre del Gobierno la hace el Gobierno".
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ahondaba este martes en esa idea, defendiendo que el Gobierno es el único interlocutor para negociar los presupuestos. Y le advertía a Iglesias: "Hay una única vicepresidenta que es la señora Calvo". La "gira", proseguía, la estaba habiendo "en función de su posición exclusivamente como representante de Podemos".
Moncloa: "Es legítimo que defienda lo que firmó"
Sobre este asunto, fuentes de Moncloa consultadas por El HuffPost hacen estas reflexiones: "El Gobierno no tiene que decir nada sobre la agenda y los contactos de Pablo Iglesias, los gestiona él mismo y su equipo". A la vez, desde el Ejecutivo se afanan en indicar que tienen su propia agenda para defender el proyecto de presupuestos. "Es legítimo que quiera defender lo que él firmó y lo que se comprometió", agregan.
Los presupuestos son la gran batalla que librará la política española en los próximos meses y de la que puede depender que vayamos antes a elecciones generales. Si se aprueban las cuentas, Sánchez estarían en disposición de llegar hasta 2020. Además, se quiere imprimir un fuerte sello social a los presupuestos para demostrar que se pueden hacer las cosas de manera diferente al Partido Popular.
E Iglesias y Podemos quieren demostrar que no apoyan gratis al PSOE, sino que son los garantes de que los socialistas estén a la izquierda en las cuentas. Además, el líder de Podemos busca visualizar en esta ronda de contactos su tesis de una España plurinacional y de ser el partido que puede lograr una solución al conflicto territorial que envenena el escenario político.
PP y Cs, al ataque contra el "vicepresidente" Iglesias
Pero esta toruneé está dando también munición a la oposición. El PP y Ciudadanos señalan que el Gobierno es rehén de Iglesias y de sus socios independentistas. Y lo están utilizando para atacar a Sánchez por varías vías. Uno de los argumentos es que Podemos va a llevar a unos presupuestos pésimos para la economía y que España podría volver a la recesión. Siempre añadiendo críticas con referencias a países latinoamericanos y al comunismo.
Además, se presiona a través de Iglesias sobre el modelo territorial, un tema muy sensible en vísperas de las elecciones andaluzas. El 'número dos' del PP, Teodoro García Egea, lanzaba a Susana Díaz si cree que los andaluces están de acuerdo "con que el AVE a Almería, el puerto de Motril o el futuro de las inversiones en Sierra Nevada o la Costa del Sol se negocien en una prisión". "Hay muchísimos andaluces que tampoco están de acuerdo con que los presupuestos se negocien en la cárcel de Lledoners", remachaba. Su líder, Pablo Casado, lleva ya días lanzando la idea de que es de "extrema gravedad" que Iglesias ejerza de "vicepresidente económico".
Los contactos de Iglesias para los presupuestos todavía no han dado sus frutos. El PDeCAT y ERC siguen instalados en el 'no' pidiendo al Gobierno que mueva ficha y presione a la Fiscalía para acabar con la prisión preventiva de los políticos presos. No obstante, en el Gobierno y entre los morados existe la sensación de que estos partidos dirán sí finalmente a las cuentas porque es difícil explicar la negativa a unas partidas más sociales.
Pablo Iglesias is back. Y ensaya para un hipotético Gobierno de coalición.