La parálisis del sueño: historias de terror muy reales (con explicación médica)
Documentales como 'The Nightmare' o series como 'La maldición de Hill House' (Netflix) han recogido este trastorno al que se conoce también como "subida del muerto".
“Tengo dos vidas separadas. Una en la que estoy aquí, todo va bien y voy a trabajar. Pero cuando me acuesto, tengo la vida a la que debo enfrentarme (...) Es como si el cuerpo me dijera ’voy a matarte y tienes oportunidad de pararlo” (The Nightmare, Netflix).
Escuchar a alguien que sufre parálisis del sueño hablar de sus experiencias es como atender al argumento de una película de terror. De esas en las que te repites “es solo cine” para sacarte el miedo del cuerpo. Sin embargo, no son historias para no dormir —aunque quitan el sueño—, sino casos reales con una explicación médica. Creer que estás muerto o ver fantasmas mientras estás dormido es posible y más común de lo que pensamos, mientras que diferenciar la realidad de los sueños no lo es tanto.
La parálisis del sueño vuelve a estar en muchas conversaciones. The Nightmare o La maldición de Hill House, ambas de Netflix, han hecho que mucha gente se interese por este trastorno tan desconocido. A pesar de que el documental —que reúne el testimonio de ocho personas sobre lo que les acecha en la oscuridad— es de 2015, su incorporación en enero al catálogo de la plataforma ha hecho que hoy todo el mundo vuelva a hablar de él. Aunque este tipo de parasomnia no se descubrió hace cuatro años: el neurólogo William John Adie ya estudió su relación con la narcolepsia en 1926.
“Comienza con un hormigueo en el cuerpo o una descarga eléctrica”, comenta uno de los afectados en la película. Un episodio de parálisis del sueño suele tardar entre uno y tres minutos que se hacen eternos y se puede tener de manera recurrente hasta dos o tres veces por semana. Más de la mitad de la población mundial sufre episodios al menos una vez en la vida, según los psiquiatras Yagüe Alonso y De Gregorio González.
- Síntoma de narcolepsia o de apnea del sueño.
- Privación del sueño severa, es decir, no dormir lo suficiente o no hacerlo de manera reparadora. Se trata de un déficit del sueño.
- Un trastorno hereditario.
- Por situaciones psicológicamente estresantes, ansiedad extrema, ataques de pánico, agorafobia o sensación de muerte inminente.
- Tomar antidepresivos (aunque hay otros medicamentos de este tipo que se utilizan para tratarlo).
- Jet lag
Puede resultar más fácil sentirse reflejado en películas como Pesadilla en Elm Street o Insidious que contárselo a un profesional. “No busqué ayuda médica porque sabía que lo que experimentaba era real. No quería que nadie me dijera que estaba loca”, explican en The Nightmare: “Siendo niño nadie me tomaba en serio. La oscuridad parecía estar viva. Vi personas que entraban (en mi habitación) y que caminaban delante de la luz”.
Otros prefierieron buscar directamente en Google. Al escribir “hombre de las sombras, pesadillas” aparecían enlaces que hablaban sobre la parálisis del sueño. Esas sombras, a veces de ojos rojos (o gatos que se les ponen sobre el pecho) llegan incluso a dirigirse a ellos diciéndoles “vas a morir”.
Es un despertar incompleto. Cuando se pasa del sueño a la vigilia, el cerebro y el cuerpo de quien padece este trastorno del sueño se descoordinan y se recupera la consciencia antes que la movilidad corporal. Aun estando despierto, todos los músculos están paralizados, excepto los ojos y el diafragma. No puedes respirar, sientes presión en el pecho y la angustia hace que creas que estás enloqueciendo.
El terror que se sufre es tal que aparecen las alucinaciones visuales, auditivas y táctiles: las ves, las oyes, las sientes. Puedes experimentar que estás flotando (por eso se le llama también subida del muerto), cómo un desconocido que se ha colado en tu casa te saca a rastras de la cama o cómo alguien te respira en la cara. Y todo sin poder hablar ni llamar la atención de nadie para pedir ayuda, porque estás despierto pero inmóvil. Son situaciones terroríficas de las que no puedes escapar.
“Recuerdo una presencia maligna detrás de mí, pero no podía girarme. Era como si pudiese describir la sensación de morir. Es un terror peor que el de las películas. Una cosa gélida, oscura y maligna que te está mirando”, relatan. La experiencia es tan real que el dolor también puede serlo. Uno de los hombres que aporta su testimonio sueña que le atacan y le hieren. Al despertar, todavía siente la herida: “Me parecían reales. Todavía hoy creo que eran reales. Me hizo pensar que era algo más que un trastorno del sueño”.
No se trata de un trastorno grave. Después de esos angustiantes segundos, la parálisis remite. Pero el miedo a que vuelva no. “Estoy convencido de que un día (la parálisis) será la razón por la que no me despierte”, concluye uno de los afectados en The Nightmare.