La negociación discreta entre Bolaños y Pons
“Lo importante es llegar a un gran acuerdo de Estado, que refuerce al Poder Judicial como pilar esencial de nuestra democracia".
Pongámonos en situación. El Gobierno y el principal partido de la oposición han iniciado los contactos para la renovación del Consejo General del Poder Judicial. Una negociación discreta que, a priori, empiezan “desde cero”. El interlocutor asignado por Pedro Sánchez es Félix Bolaños mientras que Alberto Núñez Feijóo ha elegido a Esteban González Pons, responsable de la nueva vicesecretaría de relaciones institucionales y hombre fuerte del partido.
Nadie discute que urge un acuerdo sobre la Justicia. Hace demasiado tiempo que ese melón está abierto, como alertan periódicamente los propios magistrados. La exigencia de Pablo Casado de que los jueces elijan a los jueces es el principal motivo por el que todavía no ha habido acuerdo. Desde finales de 2018, cuando se debió proceder a la renovación, hasta la actualidad hubo otros impedimentos que rompieron los puentes, pero la clave de bóveda fue esa: el compromiso del lado del PP ante sus votantes y el conjunto de los españoles de despolitizar la Justicia.
Si echamos mano de la hemeroteca, Pedro Sánchez estaba bastante de acuerdo en esta cuestión con Casado, hasta que entró en Moncloa. Entonces, modificó su posición y defendió seguir con el sistema vigente emplazando al PP a cambiarlo si gana las elecciones y gobierna. “Hay que despolitizar el CGPJ. Que los partidos dejen de proponer candidatos”, dijo el entonces líder de la oposición en una entrevista en Telecinco. “Mi compromiso: regenerar la vida democrática es hacer un CGPJ verdaderamente independiente del Gobierno”, llegó a escribir Sánchez en las redes sociales. Y esa, básicamente, era la tesis de Casado.
La Unión Europea y la mayoría de jueces españoles también se han pronunciado al respecto: hay que avanzar en el reforzamiento de la independencia judicial. Algo que comparte la sociedad española, según las últimas encuestas que se publicaron preguntando a este respecto.
¿Qué quiero decir con esto? Que lo importante es llegar a un gran acuerdo de Estado, que refuerce al Poder Judicial como pilar esencial de nuestra democracia, y no pactar por pactar para pasar página sobre el espinoso asunto cuanto antes. Habrá que hablar mucho y ceder ambas partes, cosa que siempre se dio por descontado, pero a mi juicio pocos españoles entenderían que todo acabara en la clásica fórmula de “tú eliges a los tuyos y yo los míos”. Un mero intercambio de cromos como ha ocurrido siempre.
Ahora que la negociación empieza “desde cero”, según informan varios medios, reivindico la necesidad de avanzar en el reforzamiento de la independencia judicial. Sería deseable que ambas partes crearan un marco propicio para que una vez renovado el CGPJ con las actuales reglas de juego, como no puede ser de otra forma, se lograra ese objetivo. ¿Por qué no permitimos que sean los jueces los que elijan su propio sistema de elección?
Alcanzar un buen acuerdo no será sencillo, más con Sánchez caminando en un permanece campo de minas y el ruido cada vez mayor de un adelanto electoral. Pero lograrlo es fundamental para España por mucho que, en la calle, pueda considerarse una cuestión secundaria que solo interesa a unos pocos.
Y, ya de paso, esa interlocución discreta que Bolaños y González Pons han activado para renovar el CGPJ podría extenderse a otras cuestiones, como la económica o la seguridad del Estado. Y es obligación de Sánchez dar ese primer paso, que a buen seguro recibe el aplauso de la mayoría, vista la fractura en el Ejecutivo y el chantaje de sus socios. Que no tenga que ser el líder de la oposición, como hizo Casado con la crisis de Ucrania, el que permanentemente descuelgue el teléfono.