La magistral (y demoledora) explicación de Aimar Bretos de por qué sube tanto la luz
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Hay informadores didácticos y luego está Aimar Bretos. El periodista de Hora 25 (Cadena SER) se arremangó anoche para explicar cómo funciona el sistema eléctrico y por qué la luz sube de una forma tan desaforada en los últimos tiempos. De hecho, este miércoles, el precio medio de la luz en el mercado mayorista tocará un nuevo máximo histórico, superando la cota de los 106 euros por megavatio hora (MWh) tras encarecerse un 4,6% con respecto a este martes.
¿De dónde viene todo esto? ¿Por qué el consumidor acaba pagando unos precios tan elevados? En cuatro minutos que se han convertido en virales, Bretos lo explica con ejemplos transparentes. “Imaginen que ustedes van mañana a la carnicería a comprar para esta semana. Compran un poco de pollo, que es barato; un poco de cerdo, que también es barato; un poco de tapa de ternera, que no está mal, y para un día así bueno compran solomillo de ternera. Comprada la carne, van a pagar y el carnicero dice: “te lo voy a cobrar todo al precio del solomillo, al precio de la carne más cara, a ese precio te lo voy a cobrar todo, incluido el pollo, el cerdo y todo”. Y ustedes dirán: “Bueno, ¿qué broma es esta?”. Pues es exactamente esto lo que pasa con nuestro sistema eléctrico”, arranca.
Según Bretos, “hay varios tipos de energía y en la práctica la estamos pagando toda al precio de la más cara de la que compramos”. “Para entender cómo funciona esto -prosigue-, cada día Red Eléctrica calcula cuánta electricidad va a hacer falta mañana en España, en todo el país. Y a partir de ahí se les compra a las empresas eléctricas. Eso es lo que se llama la subasta, hay 24 subastas, una por cada hora del día siguiente. Red Eléctrica dice: “según mis cálculos, mañana, de cinco a seis de la tarde, voy a necesitar nosecuantosmil megavatios. Véndanme, señoras eléctricas, vayan ofreciéndome. Y las eléctricas empiezan a ofrecer. Hay algunos tipos de energía que son mucho más baratas que otras, se empieza siempre por las renovables, pero por ejemplo la hidroeléctrica o la nuclear teóricamente caras no son. Esas son las primeras que compra Red Eléctrica, porque son más baratas. Eso es una subasta. Pero a veces, con ese tipo de energías digamos baratas, no llega para todo lo que necesitamos, no se cubre la cantidad de electricidad que va a hacer falta en España al día siguiente. Y entonces hay que tirar de la energía más cara de todas, que es la que se produce con gas”.
″¿Por qué es más cara que el resto?”, se pregunta. Y responde: “primero, porque en España no tenemos gas, hay que comprarlo fuera y últimamente está carísimo, y porque además la energía producida con gas emite CO2, y para poder generarla las empresas tienen que pagar derechos de emisión de CO2. Por lo tanto, la energía producida con gas suele ser la más cara, pero muchas veces hay que tirar de ella porque con el resto de tipos de energía no llegamos para cubrir la demanda”, ahonda.
Y entonces Bretos llega a lo más “perverso” del proceso: “El sistema está montado de tal manera que toda la electricidad que se compre para una hora se paga al precio de la más cara que se compra para esa hora”. “Imaginen que tenemos comprara para mañana a tal hora muchísima energía hidroeléctrica a 30, por ejemplo, y otro montón de energía nuclear a 50, pero con eso no nos llega, nos hace falta un poquito más para cubrir la necesidad de España y tenemos que comprar ese poquito más de gas, que está a 100. Bueno, pues toda la energía para esa hora, incluida la que íbamos a pagar a 30 y la que íbamos a pagar a 50, toda la pagamos a 100. Al precio de la más cara”, explica con aplastante claridad.
″¿Quién hace negocio ahí?”, insiste en preguntarse. “Pues obviamente el que nos iba a vender la nuclear y la hidráulica. Si ya vendiéndonosla a 30 o a 50 iban a sacar margen de beneficio, imaginen el que sacan vendiéndonos ese mismo tipo de energía a 100. Imaginen lo que se iba a forrar el carnicero vendiéndonos pollo a precio de solomillo de ternera. Y por si faltara algo, en algunas subastas por horas en las que no hace falta llegar a comprar energía producida por gas porque basta con la que hay de hidroeléctrica y nuclear, se está viendo que las eléctricas directamente ofrecen la hidroeléctrica al precio de la del gas. O sea, que incluso aunque no haga falta tirar del gas, ya de por sí las eléctricas, las que teóricamente son baratas, las hidráulicas, las pagamos caras. Eso está pasando para hoy mismo. Para hoy, en 12 de las 24 horas, en 12 de las 24 subastas horarias, la energía más cara era hidroeléctrica, cosa que es bastante inexplicable, porque es un tipo de energía que se consigue con centrales que tienen la tira de años, que están completamente amortizadas y esa energía se está ofreciendo en subasta a precios altísimos. Por lo tanto, si hay que tirar de gas, lo pagamos todo caro, a precio de gas. Si no hay que tirar de gas porque no hace falta, lo pagamos también caro porque las eléctricas venden la hidroeléctrica a precio de gas”.
″¿Y qué hace ante esto el Gobierno?”, se cuestiona, finalmente. “Pues, por ahora, pequeños remiendos. Ha suspendido el impuesto a la generación eléctrica por tres meses, ha reducido hasta final del año el IVA de las facturas, pero ha subido tanto la luz que se ha comido incluso ese pequeño colchón que buscaba el Gobierno con estos cambios. También ha impulsado el Gobierno una reforma para que esas empresas que ingresan cientos de millones por vender su energía barata al precio de la más cara terminen devolviendo parte de ese gran margen de beneficios, pero esto va a tardar todavía meses porque le queda muchísima tramitación parlamentaria”, concluye.
El pool eléctrico registrará para mañana un precio medio de 106,57 euros/MWh, pulverizando los 103,76 euros/MWh que eran el récord histórico en el mercado hasta mañana y que databan del 11 de enero de 2002, según datos de OMIE.