La llegada de extranjeros a España vuelve a niveles de 2008
Según datos del INE, los inmigrantes amortiguan el dato de que sigue muriendo más gente de la que nace en nuestro país.
La llegada de extranjeros a España supera la crisis y vuelve a alcanzar niveles de 2008. Es lo que ha desvelado este mes el Instituto Nacional de Estadística (INE), que ha hecho públicos los datos de población del primer semestre de este año. El dato denota una confianza parcialmente recobrada y sirve, además, para equilibrar la balanza, cuando se siguen muriendo más españoles de los que nacen.
Según los datos del INE, el saldo migratorio positivo en el primer semestre de 2017 de 52.926 personas compensa un saldo vegetativo negativo de 31.905 personas -más defunciones que nacimientos- registrado en el mismo periodo. En esta primera mitad de año llegaron a España 237.115 personas procedentes del extranjero, un flujo insólito en 10 años.
Así, la población residente en España se situó en los 46.549.045 habitantes, lo que supuso un aumento de 21.021 personas respecto a comienzos de año (un 0,21% más respecto al semestre anterior), un dato que consolida el crecimiento de la población iniciado en el segundo semestre de 2016 (+0,09%), pese a la baja natalidad y el ritmo de defunciones entre la población residente.
El demógrafo del INE Antonio Argüeso, citado por Europa Press, explica que que el crecimiento poblacional no es tan grande "porque el saldo vegetativo ha sido muy negativo". Sin embargo, el saldo migratorio "se va acelerando" con la llegada de población extranjera (237.115) y una emigración con destino al extranjero que se mantiene "bastante estable" (184.189 personas).
Las llegadas de personas procedentes del extranjero en el primer semestre de 2017 son "prácticamente comparables" a los datos del segundo semestre de 2008, en el que entraron 270.000 personas en España, "el último dato de migración fuerte" y el mayor de la serie histórica. En total, 237.115 personas procedentes del extranjero establecieron en este semestre su residencia en España -lo que supone un crecimiento del 4,1% más respecto del semestre anterior- y 184.189 abandonaron el país, un 14,8% más.
De este modo, el saldo migratorio es positivo (entraron 52.926 personas más de las que se marcharon) aunque este dato es un 21,4% menor que en el semestre anterior (67.323 personas), de forma que se está produciendo cierta desaceleración en línea con la tendencia iniciada a mediados de 2015, tal y como explica el INE.
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LIGERAMENTE AL ALZA
Las cifras han conseguido, no obstante, que se incremente la población total en España. En la primera mitad de 2017 se mantiene una tendencia creciente con 21.021 personas más gracias al empuje de los extranjeros, que tras registrar un saldo migratorio positivo de 65.902 personas, incrementan un 1% su volumen en España y llegan a 4.464.997 habitantes.
Mientras, entre los españoles se da la tendencia contraria: se reducen en 24.355 habitantes por un lado, porque se han marchado 52.393 nacionales españoles más de los que han regresado, y por otro, porque las salidas no se compensan con los procedimientos de adquisición de nacionalidad española a los que se acogieron entre enero y junio 41.014 personas. Además, si se tiene en cuenta solo a los españoles nacidos en España, la población se reduce en mayor medida: 55.380 han dejado de constar en la primera mitad del año.
DE VENEZUELA Y COLOMBIA
Entre los extranjeros que vienen a España, se nota un cambio de tendencia: si hace unos años la nacionalidad más numerosa era de ecuatorianos y bolivianos, actualmente, llegan "bastantes" venezolanos y colombianos, algo que "está marcando la diferencia". También empieza a ser significativo el colectivo de hondureños que recalan en suelo español.
En términos absolutos, destacan los incrementos de población venezolana (10.478 personas más, una subida del 16,6%), la colombiana (8.370 más, un 6%) y la italiana (7.336 más, un 3,6%). Por el contrario, los mayores descensos se dieron en la población ecuatoriana (4.746 personas menos, un descenso del 3,6%), la rumana (pierde 4.114 nacionales, una caída del 3,2%) y la de Reino Unido (3.947 menos, un 1,3% de reducción).
Con todo, las principales nacionalidades de los extranjeros que llegaron en la primera mitad del año son la marroquí (con 17.634 llegadas a España), la colombiana (15.395) y la rumana (15.300) y el INE destaca que, en general, presentan flujos superiores a los del segundo de 2016.
NOS SEGUIMOS YENDO
Respecto a la emigración (184.189 personas), el estudio revela que 46.004 son españoles. Esto supone un aumento del 8,8% en la emigración de nacionales respecto del semestre anterior, aunque disminuyó un 3,2% comparando con el mismo periodo de 2016, aún con la crisis en pleno apojeo. Un total de 29.000 de estos emigrantes habían nacido en España, aunque la proporción varía mucho en función de los destinos.
En este sentido, los mayores receptores de emigrantes españoles fueron Reino Unido (6.323), Francia (4.644) y Estados Unidos (3.824), aunque en el ranking constan también Ecuador y Colombia debido a nacionalizados españoles que regresan a sus lugares de origen y a nacidos aquí que tienen menos de 16 años y se vuelven junto a sus padres.
Como ejemplo, el INE señala que de los 2.399 españoles que emigraron a Ecuador, 751 eran nacidos en España y de ellos 581 eran menores de 16 años y cuando se mira sólo a la población adulta, fueron 170 los emigrantes españoles que llegaron a aquel país. En el caso de Colombia, 384 de los 1.264 emigrantes eran nacidos en España.
En los extranjeros, las nacionalidades más numerosas entre los que se han marchado en la primera mitad de año son rumana (22.766 salidas), de Reino Unido (13.442) y marroquí (11.084), que coincide con que son, además, las mayoritarias entre la población extranjera residente.
Finalmente, la población ha crecido en siete comunidades autónomas y se ha reducido en las diez restantes, así como en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Los mayores incrementos en términos relativos se dieron en Baleares (0,84%), Comunidad de Madrid (0,46%) y Canarias (0,43%), mientras que en el otro extremo, los descensos de población más acusados se dieron en Castilla y León (-0,5%), Extremadura (-0,43%) y Principado de Asturias (-0,41%).