La guerra comercial: un lastre para las multinacionales americanas
La multinacional Harley Davidson amenaza con la apertura de factorías fuera de los Estados Unidos con el fin de evitar una posible guerra comercial. Esta amenaza por parte de Harley podría repercutirle en un incremento en la presión fiscal. Pese a esto, Harley se niega a perder su nicho de negocio en el exterior ante un contexto de tensión comercial internacional.
Ante el estallido de la inminente guerra comercial entre Estados Unidos y el resto de países, muchas son las empresas que buscan establecer planes de contingencia con el fin de sortear los aranceles comerciales. El último caso más sonado ha sido el de la icónica compañía norteamericana de motocicletas Harley Davison, la cual ha propuesto la apertura de nuevos centros de fabricación fuera de los Estados Unidos en la última junta de accionistas.
Ante un contexto de extrema incertidumbre, donde la globalización y el comercio internacional están sufriendo una constante amenaza por parte de gobiernos proteccionistas, ver este tipo de comunicados y actuaciones por parte de las grandes compañías multinacionales se está convirtiendo en algo habitual, pues ante un contexto proteccionista donde la guerra comercial dominase el mercado, las empresas serían las más perjudicadas.
El mundo está sufriendo un cambio, los países son cada vez más interdependientes y la globalización penetran cada vez con más rapidez. Hablar de economías proteccionistas con una base histórica que demuestra el sólido crecimiento de las economías con apertura de mercado es un completo error, ya que únicamente estaríamos frenando el crecimiento de la economía para no retornar ningún beneficio tangible.
Para Trump, que una marca americana tan icónica como Harley Davidson comience a establecer centros de producción fuera de los Estados Unidos sería un acto por parte de la compañía traicionero e imperdonable, que por otro lado, advierte de una elevada sanción administrativa en materia de impuestos y un incremento en la presión fiscal para la firma de motocicletas.
Al igual que Harley, muchas empresas americanas están siendo amenazadas por una guerra comercial que, a parte de Trump, nadie la quiere. Ante esta incertidumbre política y económica las empresas están desarrollando métodos de contingencia que salvaguarden los intereses de la compañía y su crecimiento en el mercado internacional.
En definitiva, y pese a que Trump lo vea como una mala actuación por parte de la histórica compañía de motocicletas, la decisión de Harley es una actuación totalmente lícita y que, con el aumento en las tensiones que alientan la guerra comercial, se volverá en una práctica más habitual por parte de compañías que desarrollan su actividad económica en el panorama internacional.
Ante semejante contexto económico, el cual posee una gran dependencia del comercio internacional, podríamos decir que entrar en una guerra comercial es un rotundo error, pues lastraría el crecimiento económico mundial, el cual se prevé que sea del 3,9%. No obstante, no debemos olvidar que todavía existen muchos desajustes en materia de comercio por parte de la organización del comercio mundial.
En resumen, estamos viendo un panorama internacional bastante tenso. Un panorama de tensiones entre países que no favorecen la interconexión comercial y la interdependencia. Un panorama que no favorece a una globalización más que necesaria en el mundo. Un panorama proteccionista muy distante de economías prósperas como las liberales y abiertas al mercado internacional. Ante este panorama, las empresas tendrán que seguir desarrollando planes, que como comentaba anteriormente, salvaguarden los intereses económicos de las mismas, así como su negocio en el panorama internacional, pues es necesario que las empresas punteras sigan creciendo para favorecer a la competitividad mundial.