La felicidad organizacional en los tiempos de incertidumbre: de la necesidad a la acción
La felicidad llevada a todos los terrenos, el trabajo no se queda fuera de la ecuación.
Por Adela Balderas-Cejudo y Rafael Ravina Ripoll
Las ideas se amontonan al hablar de felicidad en un mundo que se siente triste. Los datos sobre depresiones, ansiedad y suicidios crecen y se tiñen de rojo para recordarnos la importancia de cuidar un bien tan preciado como estigmatizado: la salud mental.
Como en el cuadro de El Grito de Munch, tan grabado en nuestro cerebro que recordarlo nos hace sentirlo de manera profunda y dolorosa, hablar de salud mental nos causa una mezcla de impotencia, de alerta, de llamada a la empatía, y la sensación de que la acción es crucial ante tanto dolor incomprendido.
“La salud mental es el bienestar general de la manera en que piensas, regulas tus sentimientos y te comportas”, reza la web de la clínica Mayo. Cuánto dicho en tan sólo dos líneas. Y en estos tiempos en los que la pandemia ha puesto de manifiesto lo importante que es poner el foco en ese bienestar a todos los niveles, charlas Ted, universidades como Harvard o Yale, la creación de la Red Universitaria de la Felicidad, investigaciones e investigadores nos recuerdan que ya hacía tiempo se hablaba de algo que sin duda abarcaba más que esloganes o frases de anuncios: la felicidad.
La felicidad llevada a todos los terrenos, y el trabajo no se queda fuera de la ecuación. Cada vez con más frecuencia se analiza, usa e investiga el término Felicidad Organizacional, y son muchas las personas investigadoras que afirman que las empresas que buscan brindar a sus trabajadores condiciones basadas en un modelo de felicidad organizacional, logran personas más comprometidas, con un mejor desempeño además de una mejor rentabilidad.
Más que nunca, las organizaciones necesitan personas con un estilo de liderazgo humanista, centrado en la búsqueda de la calidad de vida de su capital humano y su bienestar, líderes preocupados por los latidos laborales de sus empleados. Un enfoque que pone en el centro del debate de las teorías de los recursos humanos, un liderazgo que vigorice holísticamente la confianza, el compromiso, la fidelización, el pensamiento disruptivo y la pasión laboral de los trabajadores a través de la búsqueda de su felicidad colectiva.
“The Great Resignation”, así denominan en Estados Unidos lo que está ocurriendo. Según la Oficina de Estadísticas Laborales de EE UU ( U.S. Bureau of Labor Statistics), cuatro millones de estadounidenses renunciaron a sus empleos en julio de 2021. Las dimisiones alcanzaron su punto máximo en abril y se han mantenido anormalmente altas durante los últimos meses. ¿Cuáles son las razones y, sobre todo, qué hacer ante semejante maremagnum de renuncias que también vemos en diferentes sectores en nuestro país?
Desde luego, centrarse en cuidar a las personas no debe ser parte de una estrategia de atracción vacía, sino de una manera de entender, de hacer y de gestionar personas en las organizaciones, desde esa mirada a su bienestar: what else? Sin la intención y menos la ambición de emular a George Clooney, parece que va siendo hora de pasar a la acción.